La crisis humanitaria en el país se deteriora rápidamente, con un sistema sanitario que falla y una población cada vez más vulnerable. La lucha de Msf para garantizar la asistencia a la población en dificultad.
10 de marzo 2025.- La situación en Haití, especialmente en la capital, Puerto Príncipe, sigue empeorando debido a la inseguridad, con un número creciente de heridos que necesitan atención inmediata. Los hospitales locales están colapsados y Médicos Sin Fronteras está intensificando sus esfuerzos para hacer frente a la emergencia sanitaria. Ante el cierre de muchos hospitales locales, la organización ha decidido reabrir su centro de urgencias en el distrito de Turgeau dos semanas antes de lo previsto.

Msf también ha inaugurado un nuevo hospital en Carrefour, equipado con un quirófano y 25 camas, y está buscando otras instalaciones operativas para garantizar la asistencia médica. Sin embargo, la inseguridad y los bloqueos de carreteras dificultan el transporte de pacientes, lo que agrava aún más la crisis sanitaria. La precaria situación y la violencia han obligado a miles de personas a huir de sus hogares. Por ello, las clínicas móviles de Msf han tenido que suspender temporalmente sus actividades en varias zonas de la ciudad. Otro problema crítico se refiere al acceso a los suministros médicos.
Tensión, inseguridad y violencia
«Estamos preocupados porque es extremadamente difícil acceder a nuestras reservas de materiales, tanto por los bloqueos como porque los procedimientos de despacho de aduanas están actualmente paralizados. Tememos quedarnos sin medicamentos y suministros esenciales», explican los trabajadores de Msf. Por este motivo, también se confirma el cierre temporal del puerto internacional, ya que actualmente es difícil acceder a él debido a las tensiones provocadas por la gran inseguridad.
Además, el clima de inestabilidad también ha provocado un aumento de la violencia, incluida la de carácter sexual. Según Médicos Sin Fronteras, el número de agresiones sexuales ha aumentado en los últimos años y la crisis actual podría agravar aún más el fenómeno. «El año pasado -afirma la organización- fuimos testigos de más de 4.000 supervivientes de violencia sexual y tememos que estas cifras puedan aumentar aún más».
FEDERICO AZZARO