La congelación del programa USAID es «una insensible decisión» que «amenaza la vida y la dignidad de millones de personas».
17 de febrero 2025.- En Vietnam, unas 8.000 personas con discapacidad dejarán de recibir terapia. En Guatemala, unas 10.000 familias ya no contarán con las semillas que les permiten mantener unos cultivos que son su principal fuente de ingresos. En Etiopía quedarán desamparadas cerca de 2 millones de personas que percibían ayuda alimentaria. Y en Bangladés, tres proyectos de Cáritas Bangladés financiados por USAID se han suspendido mientras que la asistencia a los refugiados rohinyá en el campo de Cox’s Bazar se ha reducido drásticamente.
Son algunas de las primeras consecuencias de la retirada de los fondos de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional, la USAID, decretada por la administración Trump. La congelación de las ayudas ha provocado que el Catholic Relief Services (CRS), Cáritas en EE. UU., se esté preparando para recortes masivos que afectarán a sus proyectos y a su personal.

De hecho, los despidos ya han comenzado por este recorte, de hasta un 50 % este año, al cerrarse programas financiados por USAID. El CRS ayuda a más de 200 millones de personas en 121 países en cinco continentes. Aproximadamente la mitad de los 1.500 millones de dólares de presupuesto de la organización católica provienen de USAID.
Instituida en 1961 por el presidente John F. Kennedy y financiada por el Congreso, la USAID es la principal agencia humanitaria internacional de los Estados Unidos. En 2024, recibió más de 44.000 millones de dólares, lo que representó solo el 0,4 % de todo el presupuesto federal, según USAspending.gov.
Sin embargo, la USAID ha sido uno de los primeros objetivos del presidente Donald Trump y el nuevo departamento que ha asignado a Elon Musk para reducir el gasto gubernamental. Los demócratas en el Congreso han cuestionado la legalidad de los intentos por recortar la financiación de USAID o cerrar la organización puesto que, en comparación con otros departamentos federales, USAID representa una parte mínima del presupuesto.
Ante este panorama, Caritas Internationalis alza la voz señalando que las consecuencias de esta decisión se extienden mucho más allá de las fronteras estadounidenses porque que la USAID representa aproximadamente el 40 % del presupuesto total de ayuda mundial. En un comunicado, Alistair Dutton, secretario general de Caritas Internationalis asegura que «la interrupción brusca de USAID matará a millones de personas y condenará a cientos de millones más a una vida de pobreza deshumanizadora».
Desde Cáritas reconocen el derecho de la administración de Trump a revisar su estrategia de ayuda exterior, pero afirman que «la forma despiadada y caótica en que se está aplicando esta insensible decisión amenaza la vida y la dignidad de millones de personas».
Por ello, desde la organización instan a gobierno y organismos internacionales a que se pronuncien contra esta decisión y piden al gobierno de Trump que reconsidere sus medidas y las revoque.
ÁNGELES CONDE MIR
Alfa y Omega