El director fray Firas Lufti afirma: ‘En Aleppo ya no hay ningún lugar seguro’
(ZENIT – Roma).- Un misil golpeó la Escuela de Tierra Santa en Alepo (Siria), el pasado sábado 21 de mayo, hiriendo a dos personas y provocando la muerte de una mujer, entre los ancianos residentes en el Escuela donde había encontrado refugio. Así lo indicó una nota publicada en la página web de la Custodia de Tierra Santa, subrayando que la Escuela, rodeada de un parque grande, era considerada hasta entonces uno de los pocos lugares seguros de la ciudad. Los frailes lo habían adaptado como lugar de acogida, durante esta guerra que asola el país desde 2011.
El año pasado, algunas aulas fueron acomodadas para acoger a unas veinte personas ancianas, que habían huido de sus casas bombardeadas. Este sábado, mientras que algunos ancianos estaban reunidos para las actividades de la tarde, el misil atravesó el muro.
“La detonación fue extremadamente violenta”, declaró fray Firas Lufti ofm, director de la Escuela, en una llamada hecha a los frailes de Beirut: “En Alepo ya no hay ningún lugar seguro al 100%”.
Para las familias cristianas –aseguró fray Ibrahim Sabbagh, párroco de Alepo– el Convento de Alepo es considerado un pulmón donde poder venir a tomar aire. “Es un lugar en el que encontramos refugio para respirar un poco de aire puro y hacer jugar a los niños. Es el único lugar que permanece verde. Aquí los jóvenes, no pudiendo salir de Alepo, se encuentran para organizar los campos de verano. Acabábamos de empezar la preparación para la acogida del verano, pero los sucesos de esta tarde nos llevan a suspender los trabajos, esperando que vuelva la calma”, ha indicado.
En Alepo los frailes tienen tres centros: la parroquia San Francisco de Asís, la parroquia del Convento de Er Ram y la Escuela de Tierra Santa. Estos últimos meses, la parroquia de San Francisco fue golpeada una vez y el Convento de Er Ram, cinco. En Siria residen 14 frailes franciscanos, de los cuales 5 en Alepo.
Por su parte, el recién elegido nuevo custodio de Tierra Santa, fray Francesco Patton, indicó este domingo a Radio Vaticano que “los frailes de la Custodia están allí, y allí permanecen, porque quieren quedarse junto a la gente confiada a su cuidado”. Ellos saben –indicó el custodio– que las personas que se han quedado allí no pueden ir a otro sitio; por tanto no les abandonan y están allí incluso poniendo en riesgo su vida. “Son testimonios de caridad heroica”, aseguró fray Patton. Asimismo, invitó a una oración profunda e insistente e incluso –como hizo en su día el Santo Padre– a ayunar por Siria, por los que viven allí y son inocentes en medio del conflicto.