El papa Francisco recibió el sábado 21 en el Vaticano, al presidente de Bielorusia, Alexandr Lukashenko, en una audiencia que duró unos 22 minutos. Al encontrarle el presidente le dio al Santo Padre un abrazo y después ambos se dirigieron a la biblioteca privada en donde a puertas cerradas conversaron con la ayuda de dos intérpretes.
Bielorrusia, (oficialmente República de Belarús), se declaró independiente de la Unión Soviética en 1991, tiene un 80 por ciento de población ortodoxa vinculada al Patriarcado de Moscú y los católicos constituyen una minoría, junto con los judíos y musulmanes.
El Vaticano a través de su oficina de prensa señaló: “Durante las conversaciones transcurridas en una atmósfera de cordialidad, se ha manifestado la satisfacción por el buen estado de las relaciones bilaterales y se ha hablado de algunas cuestiones de interés común, con particular referencia a la vida de la Iglesia en Bielorrusia y a la convivencia pacífica entre la comunidad católica y ortodoxa del país, así como entre las otras confesiones religiosas”.
El comunicado añade que “se ha subrayado además, el papel desempeñado por la ciudad de Minsk como sede de varios coloquios recientes encaminados a la búsqueda de soluciones de paz en la región”.
Al concluir la audiencia, entró la delegación que acompañaba al mandatario, en la que estaba también el hijo adolescente del presidente. Lukashenko le regaló al Pontífice una cruz oriental, un pequeño icono y el modelo de una carroza.
Por su parte el Santo Padre le entregó el medallón con el olivo de la paz y le dijo “Llévela a Minsk para que se sea una ciudad de paz”. Le regaló también la encíclica Laudato Si’ y las exhortaciones apostólicas Evangelii Gaudium y Amoris Laetitia.
El presidente bielorruso al recibir la encíclica le preguntó si era su tesis de doctorado, a lo que Francisco respondió: ‘No, la he escrito aquí’.
Antes de despedirse el presidente invitó al Papa a que visite la exposición de los 33 iconos de su país que se está realizando en los Museos Vaticanos y que lleva por título: “Iconos de Bielorrusia en del siglo XVII al XXI”, los cuales son parte de la colección del Museo Nacional de Arte de Minsk, y que estará abierta al público hasta el próximo 25 de julio.
Sucesivamente el mandatario se ha encontrado con el secretario de estado, el cardenal Pietro Parolín, acompañado por el secretario para las relaciones con los estados, el arzobispo Paul Richard Gallagher.
El mes pasado el presidente Lukashenko aseguró que todos los bielorrusos que hayan combatido en el este de Ucrania serán llevados ante la Justicia, independientemente de por quíen han luchado en el conflicto que dura ya dos años y tiene un saldo de al menos nueve mil muertos, según los datos de las Naciones Unidas.
Lukashenko se encuentra gobernando en su quinto mandato consecutivo, en un país que fue sometido a las sanciones económicas de la Unión Europea, suspendidas solamente el mes de febrero pasado tras la liberación de seis detenidos políticos y la aceptación de observadores internacionales en las elecciones.
Sergio Mora (Zenit-Ciudad del Vaticano)