Ponen los cronistas parlamentarios en boca de Rufián, ese inabarcable estadista con un curriculum académico y profesional que no se lo salta un gitano, la frase de que los «diputados no están para achicar agua», en referencia a su negativa a suspender el pleno del Congreso justamente cuando los muertos en Valencia se hacinaban uno tras otro. Luego, llegó el otro descomunal estadista, un tal López de nombre Francisco (Patxi), para comparar la Cámara Baja con una empresa. Son apuntes para la crónica negra de un Parlamento que se engaña a sí mismo y antes que nada a los que lo pagan.
El Parlamento que menos legisla en toda la Unión Europea poniéndose estupendo cuando la inmensa tragedia del agua desbordada ya apilaba cadáveres. No es que ese manantial de diputados con derecho a apretar el botón no achique agua, cierto, es que sólo cobra. No vamos a pedir peras a un erial, pero al menos podían haber tenido la mínima sensibilidad de respetar las formas.
Compara Patxi, el ingeniero, al Congreso de los Diputados con una empresa. ¡Hombre López, un poco de por favor! Si fuera una empresa es de suponer, a la vista de los resultados, que ni usted ni otros muchos cobrarían a final de mes la soldada que sale de los impuestos ciudadanos. Y dudo mucho que algunos de ustedes/vosotros tuvieran en una empresa seria ni un minuto de gloria.
Sucedió lo que sucede siempre desde que el frankestein es un hecho político. Que esa parte de la Cámara que suma algún diputado más que la bancada de la oposición no manda; no tiene ninguna capacidad de maniobra legislativa propia porque es Moncloa, es decir, Sánchez, el que dirige los debates, hace el orden del día y finalmente señala qué botón hay que apretar.
Y estuvo claro que entre la decencia y aplazar el brutal y antidemocrático asalto a RTVE le convenía lo segundo. ¿La indignación del pueblo? ¡Ya se les pasará! Es decir, como siempre…
GRAACIANO PALOMO
Publicado en OKdiario el 2.11.2024