Este martes 15 de octubre, en la conferencia de prensa sobre los trabajos del Sínodo, intervinieron el Cardenal Leonardo Ulrich Steiner, arzobispo de Manaos (Brasil); monseñor Roberto Repole, arzobispo de Turín (Italia); la hermana Nirmala Alex Maria Nazareth, A.C., superiora general de las Hermanas del Carmelo Apostólico (de la India).
Ciudad del Vaticano, 15 de octub re 2024.- Recordando a José Carlos de Sousa -el poeta brasileño que vivió en la pobreza bajo la columnata de la Plaza de San Pedro, fallecido en agosto y cuyos funerales se han celebrado esta mañana-, los trabajos sinodales se han abierto esta mañana en el Aula Pablo VI. Así lo informó Paolo Ruffini, prefecto del Dicasterio para la Comunicación y presidente de la Comisión para la Información, en el briefing para periodistas que comenzó a las 13.30 horas en la Oficina de Prensa de la Santa Sede y que fue presentado por la subdirectora Cristiane Murray.
Ruffini recordó también que a las 18.30 se proyectará, en el Aula Nueva del Sínodo, la película Io Capitano, dirigida por Matteo Garrone -que estará presente con algunos de los protagonistas- por iniciativa del Dicasterio para la Cultura y la Educación. E informó también de que tanto ayer por la tarde, lunes 14, como esta mañana, martes 15, había 347 personas presentes en el Aula, que también participaban en los trabajos de los círculos menores.
Lugares de relación como espacios de encuentro
En particular, «esta mañana han tenido lugar la oración y las meditaciones de la Madre Maria Ignazia Angelini y la charla del cardenal Hollerich», señaló Sheila Pires, secretaria de la Comisión de Información.
Sobre la meditación de la monja benedictina, Pires destacó algunos puntos. En primer lugar, «las raíces eclesiales», es decir, que «la Iglesia debe encarnarse en un contexto concreto». Después, «el dinamismo del Evangelio», con «lugares de relación que representan espacios de encuentro humano donde el Evangelio puede ser vivido y anunciado».
Una visión dinámica
«El cardenal Hollerich subrayó en su informe la importancia de la Parte III del Instrumentum laboris, dedicada a los Lugares», prosiguió Pires. Y, añadió Ruffini, se trata de una discusión en la concreción de los lugares de misión con una mirada a las ciudades y megaciudades, en una visión no estática sino dinámica que incluye también las migraciones.
Así como la reflexión sobre los «territorios en los que caminar juntos», «los vínculos que configuran la unidad de la Iglesia» y «el servicio a la unidad del obispo de Roma».
Este módulo, señaló el cardenal relator general en su discurso, «nos invita a considerar la concreción de los contextos en los que se viven las relaciones, frente a la idea de un universalismo abstracto». Pires añadió que «la Iglesia no puede entenderse sin estar enraizada en un lugar y en una cultura». Y «otro punto importante es el reconocimiento de las relaciones entre lugares y culturas, ya que no son entidades separadas, sino que están interconectadas».
Para concluir, el secretario de la Comisión de Información reafirmó que «el cardenal Hollerich nos invitó a reflexionar sobre las experiencias compartidas, destacando cómo el crecimiento de las relaciones en el Aula Paulina ha enriquecido a todos» y también «recordó a los delegados sinodales que no se guarden esta experiencia para sí mismos, sino que garanticen que la riqueza del encuentro sinodal sea accesible al pueblo de Dios».
Mirar al futuro y continuar el camino
Es una «riqueza que crece en la diversidad» lo que se está viviendo «y respirando» en el Sínodo: «una experiencia única». De ello se mostró convencida la superiora general de las Hermanas del Carmelo Apostólico, Nirmala Alex Maria Nazareth, al intervenir hoy en el habitual briefing con los medios de comunicación en la Oficina de Prensa de la Santa Sede.
Preguntada por la vicedirectora Cristiane Murray, la religiosa india habló de la «extraordinaria oportunidad» que se ofrece a los participantes en la asamblea sinodal de poder entrar en relación con tantos representantes y miembros de las Iglesias locales de todo el mundo.
«Estamos animados en el espíritu sinodal por las palabras que escuchamos en el retiro y en las meditaciones del padre Timothy Radcliffe y de la hermana Maria Ignazia Angelini. Ahora, continuó, será importante para nosotros entender cómo relacionarnos con las Iglesias de nuestras naciones, una vez que volvamos a casa, aunque ya nos consuela lo que dijo la Madre Teresa de Calcuta, que estamos llamados a colaborar con la gracia de Dios». Pero incluso ahora, concluyó la Hermana Nirmala, «sentimos que tenemos una gran esperanza: hemos comenzado un viaje y no podemos volver atrás, sólo mirar hacia delante y continuar el viaje. El verdadero reto, con discernimiento, será comprender cuál es la mejor manera de hacerlo».
La Iglesia debe estar arraigada
El cardenal franciscano Leonardo Ulrich Steiner, arzobispo de Manaos (Brasil), habló de «nuevos caminos que se abren y que nos ayudan a comprender lo que es concretamente la sinodalidad». Lo que está naciendo, «es una nueva forma de ser Iglesia para anunciar el Reino de Dios y el Evangelio».
Y esto -añadió- «es un proceso que estaremos llamados a vivir también y sobre todo después del Sínodo». En Brasil, por ejemplo, «es un proceso que ya ha comenzado: muchas mujeres, en la Amazonía, ya son lideresas de sus comunidades, hay muchos diáconos permanentes, en fin, todos participan en la vida de las comunidades de forma activa. Lo que vivimos aquí, por lo tanto, nos ayuda a comprender aún mejor la sinodalidad en nuestra Iglesia local».
En conclusión, «creo que estamos llamados a vivir cada vez más la interculturalidad y la interreligiosidad, porque la Iglesia debe estar arraigada». Los «lugares, que son el tema del módulo 4 de los trabajos sinodales», por tanto, son aquellos «en los que vivimos nuestra vida cotidiana y que nos ayudan en la comprensión de nuestro papel» dentro de la Iglesia: por ejemplo, ‘preguntémonos cuál es el lugar de las conferencias episcopales, cuál es el lugar de los migrantes… y así sucesivamente'», finalizó el cardenal.
Relanzar el Evangelio
Comprender cómo relanzar concretamente el mensaje del Evangelio es una de las mayores solicitaciones que «están surgiendo y surgirán en el curso de los trabajos de estos días», y que luego «llevaremos a nuestras Iglesias locales». Le hizo eco el cardenal electo Roberto Repole, arzobispo metropolitano de Turín y obispo de Susa, quien confió cómo en su Iglesia «se están dando fases de cambio que hay que leer también a la luz de la sinodalidad vivida aquí en Roma, y que por otra parte», sin embargo, le están ayudando «en la mayor comprensión de lo que está sucediendo en el Aula Pablo VI».
A Repole, en su experiencia, le llamaron especialmente la atención algunos factores: «En primer lugar, el perfil espiritual de los participantes: emerge claramente que estamos dentro de la búsqueda de la voz del Espíritu también en la voz del hermano y de la hermana que tenemos al lado». En segundo lugar, «la familiaridad cada vez mayor entre los miembros, que nos hace comprender cómo verdaderamente la palabra de cada uno tiene algo de específico, en su diversidad con respecto a la de los demás». Por último, «se ve en acción la catolicidad de la Iglesia, que respira verdaderamente todas las culturas y está dispuesta a ofrecer el Evangelio también a las diferentes culturas», concluyó.
La situación climática en Brasil
A continuación se dedicó un espacio a las preguntas de los periodistas, que preguntaron a los invitados especialmente sobre el medioambiente, la relación con el Sínodo sobre la Amazonía, el papel de la mujer en la Iglesia y la inclusión de las personas con discapacidades.
Sobre el tema de la emergencia climática, el Cardenal Steiner informó sobre la dramática situación que vive actualmente la región debido a la falta de lluvias:
“Llevamos un mes sin agua, los grandes ríos ya no son navegables y sin un circuito fluvial activo muchas comunidades siguen siendo inalcanzables. La escasez de agua afecta también a otras regiones de Brasil.”
La pesca depredadora y la contaminación del agua por mercurio completan el cuadro de una vulnerabilidad ambiental que lastra un ecosistema delicado y necesitado de protección. «Aunque no lo tratemos específicamente, dijo el Arzobispo de Manaos, sabemos que el medio ambiente forma parte de la sinodalidad según el Papa Francisco, que en Querida Amazonia esboza una verdadera hermenéutica del mismo. A nivel diocesano también tratamos el tema con cuidado».
Respondiendo a una pregunta sobre la continuidad con el Sínodo para Amazonía, el purpurado dijo que este sentó las bases para el encuentro actual: «La sinodalidad no tiene punto de retorno, estamos entrando en un movimiento que es nuestro ser Iglesia, invitados a participar en un modo de ser Iglesia en virtud del bautismo, donde todos deben sentirse responsables de la misión. Hace cinco años que vivo en la Amazonía y hace 50 que vivo este proceso: hemos consultado a más de mil comunidades para entender cómo ser más misioneros, gracias sobre todo a la vibración de los laicos».
La actividad de las mujeres en la Iglesia brasileña
En cuanto al papel «fundamental» de la mujer en la Iglesia, el cardenal Steiner destacó que en la región brasileña de la que procede -donde durante más de 100 años se ha vivido sin sacerdotes- «las comunidades se han organizado y han seguido rezando. Las mujeres han sido fundamentales en este proceso». Muchas, en la inmensa archidiócesis que se extiende por más de 90.000 metros cuadrados, «son responsables de la comunidad, reciben también el ministerio de la Eucaristía y de la Palabra de Dios, trabajan en Cáritas, en la pastoral carcelaria, con la gente en situación de calle». A Frente a un enorme número de fieles -sólo en la ciudad de Manaos hay 2.300.000, de los cuales 30.000 son venezolanos y 75.000 indígenas- y una gran necesidad de encuentros con diferentes culturas, el componente femenino no es secundario, las mujeres «representan nuestra Iglesia, que no sería tal sin ellas».
Y sobre el tema tan debatido del diaconado femenino, afirmó: «Nos gustaría que incluso las comunidades más alejadas pudieran celebrar algunos sacramentos, como el bautismo. Muchas de nuestras mujeres son de hecho diaconisas, para nosotros lo son a todos los efectos, aunque no oficialmente. No tenemos una palabra para designar esa función, pero ellas lo hacen y es admirable. ¿Por qué no restablecer el diaconado femenino ordenado? Ya teníamos una Iglesia con este rostro, el diaconado femenino puede ir a la par con el masculino. No creo -concluyó- que la cuestión sea de género, sino de vocación».
A otra pregunta sobre la posibilidad de que las mujeres dirijan sermones, el arzobispo respondió que «en la celebración de la Palabra de Dios, la reflexión la hace siempre Dios, no es un hombre o una mujer quien reflexiona, si acaso ayuda a hacerlo».
Monseñor Repole le secundó al respecto: «Cuando el Concilio Vaticano II habla de la Eucaristía, la define como ‘cumbre de la vida cristiana’. Si hablamos de una cumbre, significa que hay algo que subyace a ella. Hay muchas mujeres teólogas, el catecismo está en manos sobre todo de mujeres: la necesidad no es de espacio, sino de corresponsabilidad entre todos y todas».
La riqueza de las formas de ministerio
A una pregunta sobre el celibato de los sacerdotes – uno de los temas más tratados en 2019 en el Sínodo especial para la región panamazónica – el arzobispo brasileño admitió la dificultad de trabajar con apenas 172 presbíteros para mil comunidades, y la necesidad de profundizar la relación entre comunidad y ministerio.
Sobre este punto, el cardenal electo Repole añadió que ya en la asamblea sinodal, gracias a la presencia de las Iglesias orientales que también tienen sacerdotes uxorati, «hay una riqueza de formas de ministerio». Por su parte, la religiosa india especuló que en algunos temas en su país podría haber necesidad de más tiempo.
El Prefecto Ruffini hizo referencia a la inclusión de la discapacidad en respuesta a una pregunta: «Al menos en mi círculo se está debatiendo, veremos en los próximos días si se tratará en la Congregación General. Ciertamente, el tema está en el corazón de todos y se puede hacer más. Pero cuando hablamos de los más pequeños, de los marginados, hablamos también de las personas discapacitadas».
Por último, se formuló una pregunta de los periodistas sobre el funeral del clochard-poeta José Carlos de Sousa al cardenal Steiner, que lo concelebró esta mañana. «Cuando supe cómo vivía, no pude evitar ir. Me conmovió, al entrar el féretro en el coche, ver a los amigos de José Carlos, compañeros de camino, entregando cada uno una flor». En la pobreza, en casi nada, «hay una fraternidad profundamente evangélica. La vida de Dios florece incluso en la muerte», concluyó.
LORENA LEONARDI y ROBERTO PAGLIALONGA