Durante su discurso ante las autoridades belgas, el Papa hizo una extensa digresión improvisada – que proponemos íntegramente – denunciando el flagelo de la violencia y reafirmando la «decisión y firmeza» con la que se enfrenta el fenómeno, «acompañando a las personas heridas y aplicando en todo el mundo un programa de prevención generalizado».
Palabras del Papa Francisco:
«La Iglesia es pecadora, es santa y pecadora. En esta coexistencia perenne entre santidad y pecado, la Iglesia vive esta convivencia de luces y sombras, a menudo con resultados de gran generosidad y espléndida dedicación, y a veces desgraciadamente con el surgimiento de dolorosos anti-testimonios. Pienso en los dramáticos sucesos de los abusos de menores – a los cuales el Pimer Ministro se ha referido – un flagelo – también el Rey – una plaga que la Iglesia está afrontando con dedicación y firmeza, escuchando y acompañando a las personas heridas y actuando en todo el mundo un programa generalizado de prevención.
Hermanos y hermanas, ¡esto es una vergüenza! La vergüenza que hoy todos debemos tomar en nuestras manos y pedir perdón y solucionar el problema: la vergüenza del abuso, del abuso de menores. Pensamos en el tiempo de los santos inocentes y decimos: «Oh que tragedia, qué hizo el rey Herodes», pero hoy en la misma Iglesia hay este crimen y la Iglesia debe avergonzarse y pedir perdón, y tratar de resolver esta situación con humildad cristiana. Y poner todas las cosas, todas las posibilidades para que esto no vuelva a suceder.
Alguien me dice: ‘Pero Santidad, ¿mire usted que según las estadísticas la gran mayoría de los abusos se producen en la familia o en el barrio o en el mundo del deporte, en la escuela…? Uno solo es suficiente para avergonzarse. En la Iglesia debemos pedir perdón por esto, que los otros pidan perdón de su parte. Esta es nuestra vergüenza y nuestra humillación”.
VATICAN NEWS