Frente a hechos no caben argumentos. Los que quieren laminar a Felipe VI bajo el argumento de que el mantenimiento de la Corona resulta caro (no son pocos a tenor de las encuestas) son los mismos que aplauden con las orejas que el erario público por mor de la voluntad de Sánchez destine 14 millones anuales para pagar al cómico Broncano, con la decidida intervención del jefe del Gobierno que intenta, vanamente, poner sordina a Pablo Motos.
Nunca se había visto por estos lares tamaño desatino. Frente al hecho cierto de que el presupuesto de la Casa Real apenas ha experimentado incremento alguno (salvo el ajuste realizado en 2021), el derroche sanchista en el resto de las partidas (ha pasado de 450.000 millones a 590.000 en los Presupuestos Generales) resulta tan escandaloso como denunciable.
¿Se ha enamorado Sánchez del cómico? No. El asunto va por otros barrios. Sus edecanes mediáticos (José Miguel Contreras, entre otros y principal, el que siempre factura y gana) tomaron buena nota de que el jefe del Gobierno odiaba hasta los tuétanos al comunicador de Atresmedia y se inventaron la idea de que la mejor manera de poner sordina a El Hormiguero pasaba por dopar al marginal Broncano dando una morterada de millones públicos y poniendo asiento en la desprestigiada RTVE. Sabido es que los deseos del gran conducator monclovita son órdenes para sus botafumeiros, que de paso se llevan su parte del festín.
No parece que el hombre que pregunta a sus invitados sobre el número y calidad de sus relaciones sexuales, amén de sus cuentas corrientes, pueda en modo alguno mojar la oreja al incombustible Motos. Se habrán mandado al averno 28 millones de euros del contribuyente, se pasará página y después el silencio. El «Gobierno limpio» (sic) se llamará a andanas y la vida seguirá peor para todos, excepción hecha de los que aprovechando los deseos del gran timonel se lo llevarán, una vez más, calentito y precocinado.
GRACIANO PALOMO
Publicado en OKdiario el 8.9.2024