Miles de grupos de adolescentes invaden las inmediaciones del Vaticano
(ZENIT – Ciudad del Vaticano).- Comenzó el sábado 23 por la mañana en Roma el jubileo de los adolescentes. Miles de muchachos entre 13 y 16 años llenaban la plaza de Castel Sant’Angelo y el corredor hacia la plaza de San Pedro y la Puerta Santa en la basílica.
El Papa Francisco fue a la plaza para confesar a los jóvenes, causando mucha emoción entre ellos y la voz se corrió rápidamente, al punto que recogiendo opiniones, varios de ellos aún en el recorrido anterior de la Plaza, manifestaban el deseo de que el Papa les confesara.
La oficina de prensa posteriormente indicó que “el Papa escuchó las confesiones de 16 muchachos y muchachas, desde las 11,30 hasta las 12,45″. Se añade que las confesiones se realizaban de manera simple: los sacerdotes y los penitentes estaban sentados en sillas puestas una cerca de la otra a lo largo de la Columnata”.
Durante la mañana ZENIT conversó con varios coordinadores y jóvenes. Cada grupo lleva algo identificativo, pañuelos, camiseta o polos, gorros, sombreros, rojos, amarillos, verdes y de otros colores, además de carteles, banderas y banderillas.
Un coordinador de unos 35 años nos dijo: “Soy David de la parroquia san Gegorio Barbarigo de Milán, aquí están unos 40 jóvenes más los educadores, hemos venido en tren. Es un momento muy particular para ellos porque les permite practicar la caridad fraterna entre ellos, y que representa el amor que el Padre tiene por nosotros. Dormimos en la parroquia del Sagrado Corazón de Jesús, aquí cerca”.
Un joven intervino: “Ver al Papa no es algo de todos los días y pasar por la Puerta Santa es algo que nos purifica”. “Sería lindo que el Papa me pudiera confesar”, añadió otro.
Marcos, de la diócesis Monticchiari, en Brescia indicá: “En total de la diócesis vinimos 1300, lo que a los chicos más le gusta son los colores, la confusión y tanta gente”.
Tonia de la Parroquia San Mauro de Lavello, en Basilicata nos dice: “Lo más lindo fue la emoción de la Puerta Santa y todos estos jóvenes que están aquí conmigo se han confesado, ha sido una experiencia lindísima. Llegamos ayer y nos quedamos hasta el 25, dormimos en la parroquia Santa Brígida”.
Nicoletta sonriendo nos señala: “venimos desde la dióceesi de Gorizia, en tres pulman. Somos 147 y nos hospedan en la parroquia de San Alberto Magno, en el gimnasio con bolsas de dormir y estamos muy contentos”.
Don Tierry, salesiano de Torino: “Es una linda ocasión para asociar unos días de vacaciones juntos, a un jubileo para ellos. Sus amigos más grandes van a la JMJ de Cracovia y ellos tienen así algo a su medida. Somos catorce y nos hospedan los salesianos en Testaccio”.
Don Giovanni que llega desde la ciudad de Fiumicino indica: “Somos 15 y nos quedamos solamente hoy. Por la noche iremos al Estadio Olímpico. Visitaremos los diversos stand para conocer las obras de misericordia y visitaremos algunas basílicas. A los jóvenes les despertó mucha ilusión juntarse con tantos de su edad y la idea de cruzar la Puerta Santa. No pensábamos que seríamos tantos”.
El programa en la tarde prevé un concierto y espectáculo en el Estadio Olímpico y el domingo por la mañana es la misa con el papa Francisco.
El Papa a los adolescentes: La felicidad no es una ‘app’, el amor pide sacrificio
En la misa a los 70 mil adolescentes que interrumpen con aplausos la homilía les indica que el amor es concreto y no una telenovela, que practicar las obras de misericordia distingue al cristiano
Con el himno “Misericordiosos como el Padre” el papa Francisco entró desde la basílica de San Pedro hacia la plaza, para celebrar el domingo 24 la santa misa, en medio de los aplausos unos 70 mil jóvenes de 13 a 16 años que participan del Jubileo de los adolescentes.
La plaza estaba más colorida de lo habitual, con banderas, carteles y símbolos varios de identificación que llevaban o vestían los jóvene, como camisetas, sombreros, gorros y pañuelos, indicando lugares y países de proveniencia. A pesar de las previsiones meteorológicas adversas, no llovió.
El santo Padre vistiendo paramentos blancos con ribetes verdes y dorados presidió la santa misa, mientras los jóvenes con el librito que les habían entregado pudieron seguir y acompañar en la medida de lo posible, cantos como el Kyrie en latín, las lecturas y las peticiones.
Uno de los niños del coro de la Pontificia Capilla Sixtina, adolescente como ellos, cantó como solista: “Misericordioso es el Señor lento en la ira (…) su ternura se expande en todas las criaturas”.
El Santo Padre en la homilía, con muchas pequeñas improvisaciones respecto al texto programado, animó a los jóvenes a la caridad. Les recordó que la gente conocerá a los discípulos de Jesús por cómo se aman entre ellos y que vivir las bienaventuranzas da la identidad del cristiano y es el único “documento” válido para ser reconocidos como discípulos de Jesús.
Les señaló que amar quiere decir dar, no sólo algo material, sino algo de uno mismo: el tiempo personal, la propia amistad, las capacidades personales. Y que debemos agradecer al Señor todos los días, por su amistad fiel, que supera las decepciones que le damos, porque Jesús sigue amándonos.
Así el Papa les recordó que Jesús les mira a los ojos y les llama para seguirlo, para «remar mar a dentro» y «echar las redes» confiando en su palabra.
Les advirtió que muchos les dirán que ser libres significa hacer lo que se quiera y a esto hay que saber decir no, porque la libertad es el don de poder elegir el bien. “No se contenten con la mediocridad”, dijo. Les señaló que que el amor es concreto no una telenovela. Que es necesario desconfiar de quien les hace creer que ellos son valiosos cuando los hacen pasar por fuertes, como los héroes de las películas, o cuando llevan vestidos a la última moda. Vuestra felicidad no tiene precio y no se negocia; no es un “app” que se descarga en el teléfono móvil, les dijo.
“Levántense, Jesús los quiere siempre de pie. Y cuando uno cae, les invitó a levantarse tomándose de la mano de Jesús, apoyándose en los buenos amigos, en la familia. A trabajar junto con los otros y por los otros, pero jamás contra alguien.
Y concluyó: “Que vuestro programa cotidiano sean las obras de misericordia:”, así “serán discípulos de Jesús” y “vuestra alegría será plena”.
Al concluir la misa, el Papa entregó a varios jóvenes un crucifijo invitándolos a “ser misioneros y mensajeros de la Misericordia del Padre que se revela en Jesús”.
Texto completo de la homilía del papa Francisco a los jóvenes del Jubileo de los Adolescentes
“El amor es el único documento válido para ser discípulo de Jesús”, evitando falsos modelos, con amor concreto en su vida
“Queridos muchachos: Qué gran responsabilidad nos confía hoy el Señor. Nos dice que la gente conocerá a los discípulos de Jesús por cómo se aman entre ellos. En otras palabras, el amor es el documento de identidad del cristiano, es el único “documento” válido para ser reconocidos como discípulos de Jesús. Es el único documento válido.
Si este documento caduca y no se renueva continuamente, dejamos de ser testigos del Maestro. Entonces les pregunto: ¿Quieren acoger la invitación de Jesús para ser sus discípulos? ¿Quieren ser sus amigos fieles? El amigo verdadero de Jesús se distingue principalmente por el amor concreto, no el amor en las nubes. El amor siempre es concreto, lo que habla de amor y no es concreto es telenovela, un romance. ¿Quieren vivir este amor que él nos entrega? ¿Quieren o no quieren? Entonces, frecuentemos su escuela, que es una escuela de vida para aprender a amar. Esto es un trabajo de todos los días, aprender a amar.
Ante todo, amar es bello, es el camino para ser felices. Pero no es fácil, es desafiante, supone esfuerzo. Por ejemplo, pensemos cuando recibimos un regalo: esto nos hace felices, pero para preparar ese regalo las personas generosas han dedicado tiempo y dedicación y, de ese modo regalándonos algo, nos han dado también algo de ellas mismas, algo de lo que han sabido privarse.
Pensemos también al regalo que vuestros padres y animadores les han hecho, al dejarles venir a Roma para este Jubileo dedicado a vosotros. Han programado, organizado, preparado todo para vosotros, y esto les daba alegría, aun cuando hayan renunciado a un viaje para ellos. Esto es lo concreto del amor. En efecto, amar quiere decir dar, no sólo algo material, sino algo de uno mismo: el tiempo personal, la propia amistad, las propias capacidades.
Miremos al Señor, que es invencible en generosidad. Recibimos de él muchos dones, y cada día tendríamos que darle gracias. Quisiera preguntarles: ¿Dan gracias al Señor todos los días? Aun cuando nos olvidamos, él no se olvida de hacernos cada día un regalo especial. No es un regalo material para tener entre las manos y usar, sino un don más grande para la vida. Nos regala, ¿qué nos regala?, nos regala su amistad fiel, el Señor es siempre un amigo que no la retirará jamás. Aunque lo decepciones y te alejes de Él, Jesús sigue amándote y estando contigo, creyendo en ti más de lo que tú crees en ti mismo. Y esto es muy importante.
Porque la amenaza principal, que impide crecer bien, es cuando no le importas a nadie. Es triste esto. Cuando te sientes marginado. En cambio, el Señor está siempre junto a ti y está contento de estar contigo. Como hizo con sus discípulos jóvenes, te mira a los ojos y te llama para seguirlo, para «remar mar a dentro» y «echar las redes» confiando en su palabra; es decir, poner en juego tus talentos en la vida, junto a él, sin miedo. Jesús te espera pacientemente, espera una respuesta, aguarda tu ‘sí’.
Queridos chicos y chicas, a la edad vuestra surge de una manera nueva el deseo de afeccionarse y de recibir afecto. Si van a la escuela del Señor, les enseñará a hacer más hermosos también el afecto y la ternura. Les pondrá en el corazón una intención buena, esa de amar sin poseer: amar sin poseer, de amar a las personas sin desearlas como algo propio, sino dejándolas libres. Porque el amor es libre, no existe amor si no es libre.
Esa libertad que el Señor nos deja cuando nos ama. Él está siempre cerca de nosotros. Existe siempre la tentación de contaminar el afecto con la pretensión instintiva de tomar, de poseer aquello que me gusta. Y esto es egoísmo. Y también la cultura consumista refuerza esta tendencia.
Pero cualquier cosa, cuando se exprime demasiado, se desgasta, se estropea; después uno se queda decepcionado y con el vacío adentro. Si escuchas la voz del Señor, te revelará el secreto de la ternura: interesarse por otra persona. Quiere decir respetarla, protegerla, esperarla. Y esto es lo concreto de la ternura y del amor.
En estos años de juventud ustedes perciben también un gran deseo de libertad. Muchos les dirán que ser libres significa hacer lo que se quiera. Pero a esto es necesario saber decir no. Si tu no sabes decir no, no eres libre, libre es quien sabe decir sí y sabe decir no.
La libertad no es poder hacer siempre lo que se quiere: esto nos vuelve cerrados, distantes y nos impide ser amigos abiertos y sinceros; no es verdad que cuando estoy bien todo vaya bien. No, no es verdad.
En cambio, la libertad es el don de poder elegir el bien. Esto es libertad, es libre quien elige el bien, quien busca aquello que agrada a Dios, aun cuando sea fatigoso. No es fácil. Pero creo que ustedes no tienen miedo de las fatigas, son valientes, son valientes. Sólo con decisiones valientes y fuertes se realizan los sueños más grandes, esos por los que vale la pena dar la vida. Decisiones valientes y fuertes.
No se acontenten con la mediocridad, con “ir tirando”, estando cómodos y sentados; no confíen en quien les distrae de la verdadera riqueza, que son ustedes, cuando les digan que la vida es bonita sólo si se tienen muchas cosas; desconfíen de quien quiera hacerles creer que son valiosos cuando los hacen pasar por fuertes, como los héroes de las películas, o cuando llevan vestidos a la última moda. Vuestra felicidad no tiene precio y no se negocia; no es un “app” que se descarga en el teléfono móvil: ni siquiera la versión más reciente podrá ayudaros a ser libres y grandes en el amor. La libertad es otra cosa.
Porque el amor es el don libre de quien tiene el corazón abierto; el amor es una responsabilidad bella que dura toda la vida; es el compromiso cotidiano de quien sabe realizar grandes sueños. Pobres los jóvenes que no saben, no osan soñar. Si un joven a vuestra edad no sabe soñar ya está jubilado. No sirve.
El amor se alimenta de confianza, de respeto y de perdón. El amor no surge porque hablemos de él, sino cuando se vive; no es una poesía bonita para aprender de memoria, sino una opción de vida que se ha de poner en práctica.
¿Cómo podemos crecer en el amor? El secreto está en el Señor: Jesús se nos da a sí mismo en la Santa Misa, nos ofrece el perdón y la paz en la Confesión. Allí aprendemos a acoger su amor, hacerlo nuestro y a difundirlo en el mundo. Y cuando amar parece algo arduo, cuando es difícil decir no a lo que es falso, miren a la cruz del Señor, abrácenla y no se suelten de su mano, que les lleva hacia lo alto y levántense cuando se caen.
En la vida siempre se cae porque somos pecadores, somos débiles. Pero está la mano de Jesús que nos levanta cuando nos caemos. Jesús nos quiere de pié. Esa palabra hermosa que Jesús le decía a los paralíticos: ‘levántate’. Dios nos creó para estar de pié.
Hay una llinda canción de los alpinos cuando escalan que dice: ‘En el arte de subir lo importante no es no caer, sino no permanecer caídos”. Debemos, tener el coraje de levantarnos, de dejarnos levantar por la mano de Jesús y esta mano viene muchas veces de la mano del amigo, de los papás, de quienes nos acompañan en la vida, el mismo Jesús también está allí. Levántense, Jesús los quiere de pie, siempre de pié.
Sé que son capaces de grandes gestos de amistad y bondad. Están llamados a construir así el futuro: junto con los otros y por los otros, pero jamás contra alguien. No se construye contra, esto se llama destrucción. Harán cosas maravillosas si se preparan bien ya desde ahora, viviendo plenamente vuestra edad, tan rica de dones, y no temiendo al cansancio.
Hagan como los campeones del mundo del deporte, que logran llegar a las metas altas entrenándose todos los días con humildad y duramente. Que vuestro programa cotidiano sean las obras de misericordia. Entrénense con entusiasmo en ellas para ser campeones de vida, campeones de amor. Así serán conocidos como discípulos de Jesús. Así tendrán el documento de identificación de los cristianos y les aseguro que vuestra alegría será plena.
(Traducido por ZENIT desde el audio)
Videomensaje del Papa a los adolescentes del Jubileo reunidos en el Estadio Olímpico
El papa Francisco grabó un videomensaje para los jóvenes reunidos en el evento programado en el Estadio Olímpico de Roma. Unos 70 mil jóvenes de 13 a 16 años participaron en este evento que se inició el sábado 23 y continuó hasta lunes 25 de abril.
Las palabras del Papa
“Queridos muchachos y muchachas, ‘¡buonasera!’
Están aquí reunidos para un momento de fiesta y de alegría. No he logrado venir, lo lamento… Y he decidido saludarles con este video. Me hubiera gustado tanto poder venir al Estadio pero no lo he logrado…”
“Les agradezco por haber acogido la invitación para venir a celebrar el Jubileo aquí, en Roma. Esta mañana ustedes han transformado la Plaza de San Pedro en un gran confesionario y después han cruzado la Puerta Santa. No se olviden que la Puerta indica el encuentro con Cristo, que nos introduce en el amor del Padre y nos pide volvernos misericordiosos, como Él es misericordioso”.
“Mañana, además rezaremos juntos en la misa. Era justo que hubiera un espacio para estar juntos con alegría y escuchar algunos testimonios importantes, que les pueden ayudar a crecer en la fe y en la vida”.
“Se que tienen un pañuelo con escrito obras de misericordia corporal’. Hay que ponerse en la cabeza estas ideas porque son el estilo de vida cristiana. Como saben las Obras de misericordia son gestos simples, que pertenecen a la vida de todos los días, permitiendo de reconocer el rostro de Jesús en el rostro de tantas personas, ¡también jóvenes!, jóvenes como ustedes que tienen hambre, sed; que son refugiados, forasteros o enfermos y que solicitan vuestra ayuda, nuestra amistad”.
“Ser misericordiosos quiere decir ser capaces de perdonar. ¿Y esto no es fácil, verdad? Puede suceder que a veces en la familia, en la escuela, en la parroquia, en el deporte o en los lugares de diversión alguno pueda hacernos mal y nos sentimos ofendidos; o aún en algún momento de nerviosismo nosotros podemos ofender a los otros. ¡No nos quedemos con el rencor o el deseo de venganza!”
“No sirve para nada: es una polilla que nos come el alma y no nos permite ser felices. ¡Perdonemos Perdonemos y olvidemos el mal recibido, así podremos comprender la enseñanza de Jesús y ser sus discípulos y testimonios de misericordia”.
Muchachos, cuántas veces me sucede que debo llamar por teléfono a mis amigos, pero no logro porque no hay cobertura. Estoy seguro que muchas veces les sucede también a ustedes, que el móvil en algunos lugares no funciona…”
“Bien, acuérdense que en vuestra vida ¡si no está Jesús es como si no hubiera la cobertura del móvil!, no se logra hablar y uno se cierra en sí mismo. ¡Pongámonos donde siempre hay cobertura! La familia, la parroquia, la escuela, porque en este mundo siempre tenemos alguna cosa para decir de bueno y de verdadero.
“Ahora les saludo a todos, les deseo vivir con alegría este momento y les espero a todos mañana a la Plaza de San Pedro. ¡Ciao!”.