En el Ángelus de la Solemnidad de la Asunción de María, Francisco dirigió un pensamiento a la población de Atenas y de las ciudades vecinas afectadas por un incendio desatado en el noreste del país, que obligó a evacuar a miles de personas: «Daños materiales y catástrofe medioambiental. Que cuenten con el apoyo de la comunidad internacional».
Ciudad del Vaticano, 15 de agosto 2024.- En el Ángelus de hoy, 15 de agosto, Solemnidad de la Asunción, no faltó un pensamiento del Papa para Grecia devastada por un enorme incendio que se declaró el domingo 11 y sigue amenazando toda la zona noreste del país, la región que comprende Atenas y decenas de pueblos y ciudades vecinas. «Mi pensamiento se dirige ahora a Grecia, que en estos últimos días está luchando contra un gravísimo incendio, que se ha declarado en el noreste de Atenas», dijo el Pontífice, inmediatamente después del llamamiento por las tierras asoladas por la guerra, en particular Oriente Medio.
Apoyo de la comunidad internacional
Francisco recordó a las decenas de miles de personas que ya han sido evacuadas: Muchas familias se han quedado sin casa, miles de personas afrontan terribles dificultades y, además de los inmensos daños materiales, se está creando un desastre medioambiental.
Rezo por las víctimas y los heridos, aseguro mi cercanía a todos los que son probados por este grave acontecimiento, confiando en que puedan ser sostenidos por la solidaridad común.
La catástrofe
Las llamas, que en un principio se desarrollaron cerca de Varnavas, han envuelto en humo unas 100.000 hectáreas de terreno en la región del Ática, donde las labores de rescate no cesan en estas horas. Más de 700 bomberos y 200 camiones de bomberos han sido movilizados para hacer frente a las llamas y limitar el número de víctimas, que hasta la fecha asciende a más de 70.
La propagación del fuego se debió también a las rachas de viento de hasta 70 kilómetros por hora. El enorme incendio obligó a evacuar a los habitantes de decenas de pueblos y aldeas de los alrededores de Atenas. En el municipio de Patima Halandriou, el 13 de agosto, las autoridades encontraron también la primera víctima de la catástrofe: una anciana de origen moldavo cuyo cuerpo yacía indefenso en una de las fábricas incendiadas.
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