Luis de la Fuente, líder del equipo nacional de fútbol, ha conducido a España a un nuevo e inesperado éxito deportivo que ha venido a paliar las carencias en el humor nacional, al menos por unos días.
En cualquier caso resulta importante, en la actual coyuntura española, subrayar las claves de ese éxito protagonizado por un grupo de muchachos alrededor de un entrenador de fútbol sencillo y siempre respetuoso, coherente consigo mismo y sin ningún tipo de complejos.
Para empezar, sabe de lo que habla cuando habla. Es una persona auténtica que se conduce con su propio paso, incluso cuando reivindica su sentido religioso de la vida, rara avis por estos predios cuando lo normal es transitar por la manida corrección política en todos los ámbitos.
Después, Luis de la Fuente habla de «valores» como esencia básica de los comportamientos posteriores. Por eso le respeta su muchachada y le tiene como su punto de referencia básica. Un ejemplo extensible a toda la sociedad. A unos se les admira y se les respeta, y a otros no. Véase el caso de Pedro Sánchez, al que la práctica totalidad del equipo nacional demostró desprecio cuando éste quiso de alguna forma apropiarse de su éxito deportivo en la reciente Eurocopa de Alemania.
De cuando en vez, cuando el país pasa por los peores momentos, España ofrece lo mejor que tiene: el pueblo llano. Porque lejos de ir de divo o conducirse como una estrella, De la Fuente ha demostrado que sabe andar por su propio paso. Es lo que los expertos llaman un líder.
PD.: Al hilo de este tema, destacar el abyecto comportamiento del otrora diario independiente de la mañana contra Dani Carvajal y otros componentes de la Selección Nacional. Ha bastado un pequeño y merecido desprecio a Sánchez para que su maquinaria de fango se pusiera en marcha. En este caso contra el bravo jugador del Real Madrid.
GRACIANO PALOMO
Publicado en OKdiario el 20.7.2024