El comisario pontificio de Belorado confirma que están estudiando la mejor manera para desalojar a las exreligiosas y garantizar la libertad religiosa de las mayores.
¿Cómo es posible que unas monjas de clausura hayan llegado a esta situación?
Es la gran pregunta. Nosotros no teníamos información de que este camino se había tomado hasta un mes antes de que tuviera lugar la declaración por parte de las exreligiosas del abandono de la Iglesia católica. Hasta entonces, ni los capellanes ni los que iban a confesarlas o a predicar los ejercicios espirituales tenían la más mínima sospecha. Y eso que eran visitas diarias, por ejemplo, para celebrar la Eucaristía. Tampoco el delegado para la Vida Consagrada de Burgos ni el vicario para la Vida Consagrada de Vitoria habían observado ningún signo que evidenciara lo que se precipitó en apenas un mes.
¿Este caso ha suscitado algún tipo de reflexión interna en cuando a la revisión de los procesos formativos o de control de los religiosos?
Toda situación de crisis conlleva siempre una reflexión. ¿De qué modo se puede mejorar la atención y el acompañamiento de los monasterios? ¿De qué modo la madurez de las personas es adecuada? ¿Cuál es la atención diferenciada a unos y otros monasterios, en virtud de las particulares situaciones de cada uno de ellos? Son preguntas que hay que hacerse. El caso merece una reflexión sobre en qué elementos podemos mejorar, mirar más qué indicios puede haber que enciendan señales de prevención que requieren un cuidado más especial y específico.
Dijo usted que rezaba un rosario diario por ellas. ¿Lo sigue haciendo a día de hoy tras la excomunión?
Lo sigo haciendo. Casi todos los días rezo un rosario por ellas y si no, por lo menos, un misterio. Me parece que es una situación realmente lamentable y penosa y espero que puedan salir de esta situación, aunque a día de hoy no hay ningún signo de recapacitación.
¿Cuándo piensa iniciar acciones legales para desalojar a las exreligiosas del monasterio? Usted comentó que sería prudente esperar, por lo menos, hasta principios de julio.
En primer lugar, quisiera decir que allí sigue habiendo una comunidad monástica, que son las cinco hermanas mayores, más otras tres que no residen allí pero que canónicamente pertenecen al monasterio. La cuestión del tiempo está en manos de los servicios jurídicos. Están estudiando cuál es la mejor forma de actuar. Y cuando esa decisión esté madura y esté trazado el camino que se debe seguir, se realizarán las actuaciones correspondientes. En este momento no prima el calendario, sino ver cuál es el camino justo, legal y respetuoso que se debe seguir.
Claves
• Una vez ratificada la excomunión, las clarisas ya no cuentan con un aval legal para permanecer en el monasterio.
• La comisión pontificia ha descubierto un agujero económico importante que están sufragando en buena parte el resto de clarisas de la federación.
• Con Pablo de Rojas y José Ceacero ya fuera del monasterio las siguientes en salir deberían ser las monjas excomulgadas.
¿De cuánto es el agujero económico y quién lo está pagando?
Tenemos una visión muy incompleta de la economía, porque la exabadesa no transfiere ninguna información más allá de las facturas y, además, nos consta que ha dado orden para que no se nos transfiera información. Por tanto, se nos ha impedido la administración de los monasterios. Con esta información muy fragmentaria, vemos que existen deudas importantes. Hay una hipoteca de 700.000 euros que se está pagando con el alquiler de un caserío que hay en Derio. Hay otra deuda viva de 70.000 euros y otra más de 32.000 euros. Luego están los suministros habituales y las nóminas, que hay que ir pagando. Todo ello se está sufragando con el dinero que han avanzado los otros monasterios de la federación, porque el saldo de las cuentas a las que tenemos acceso es insuficiente.
¿Qué está pasando con las hermanas mayores? ¿Están pudiendo recibir los sacramentos?
Quiero decir, en primer lugar, que ciertamente para nosotros la atención de las hermanas mayores es una prioridad y una preocupación. Nos consta su atención física, porque hay personas contratadas para ello. La verdad es que la comunidad siempre ha tenido un cuidado exquisito con ellas. Pero usted ha aludido a un elemento que es muy importante. Son religiosas contemplativas de votos solemnes. Hay una religiosa que roza los 100 años, con 80 de vida consagrada. Para ellas es esencial la atención espiritual en la Iglesia católica a la que han dedicado toda su vida. Tenemos informaciones muy parcas de que debe de haber algún sacerdote que parece que está celebrando alguna Eucaristía. Pero son informaciones de terceras personas. No sabemos muy bien de dónde ha salido, si realmente es un sacerdote o en qué situación está esta persona respecto a la Iglesia católica. Le hemos pedido a la exabadesa que comunicara el modo en que se está atendiendo a las hermanas mayores y también le hemos pedido ir nosotros a atenderlas, porque la libertad religiosa y la libertad de conciencia es un derecho humano fundamental que tiene que ser tutelado y protegido. Esto también lo están estudiando los servicios jurídicos, el modo de garantizar este derecho humano fundamental que está recogido en la Constitución. Este derecho que tienen las religiosas no puede ser impedido por unas personas que han dejado la Iglesia católica voluntariamente.
JOSÉ CALDERERO DE ALDECOA
Alfa y Omega
11 de julio 2024