La Conferencia Episcopal Española estudia el documento con las sugerencias de 54 diócesis y 20 realidades eclesiales. Las aportaciones todavía señalan «la necesidad de mayor comprensión y clarificación de lo que significa la sinodalidad».
6 de mayo 2024.- La Conferencia Episcopal Española ha recopilado ya las aportaciones solicitadas a las diócesis para continuar el proceso sinodal hacia la segunda Asamblea del Sínodo sobre la sinodalidad que se celebrará en Roma con el Papa en octubre de este año. Estas aportaciones, sintetizadas en un documento titulado Hacia octubre de 2024, se trabajan este sábado en una Asamblea Sinodal en la Casa de la Iglesia en la madrileña calle Añastro.
Se ha recibido aportaciones de 54 diócesis y 20 realidades eclesiales distintas. No se han recibido todavía todas las reflexiones, pero se esperan en los próximos días. Se pedía a diócesis y entidades una reflexión en base a la pregunta «¿cómo ser una Iglesia sinodal en misión?».
La Conferencia Episcopal Española, a través de una nota, destaca que «la participación en esta fase del proceso ha descendido en número de grupos y de participantes». Por ello, los obispos se preguntan si «deberíamos valorar cuáles son los motivos: si influyen los plazos de tiempo tan cortos para recibir aportaciones, si hay dificultades de armonizarlo con otras programaciones ya en marcha, si las preguntas estaban claramente formuladas…». En cualquier caso, destacan desde Añastro que es importante continuar haciendo «experiencia de la sinodalidad» para hacer que «la sinodalidad cale en la vida cotidiana de nuestras comunidades». La nota de la conferencia episcopal indica asimismo que nuestra Iglesia es muy plural y, por tanto, «resulta muy difícil recoger todos los ricos matices en un breve documento resumen».
Mayor comprensión de la sinodalidad
Pero hay puntos coincidentes, como la necesidad de que la iniciación cristiana y primer anuncio se complementen y renueven, esto es, «fortalecer los aspectos de la iniciación cristiana para pasar de un “cristianismo sociológico” a una fe en Jesús descubierta». O «retomar lo esencial de cada sacramento, pero con un lenguaje y unas celebraciones litúrgicas, sobre todo la Eucaristía dominical, que de verdad sea alimento, el primer lugar de formación del cristiano, momento central de la vida de la comunidad». Y otro punto común de la consulta es «la opción preferencial por los pobres» como «una razón de coherencia evangélica entre lo que pensamos, decimos y obramos como forma de dar testimonio».
Como temas menos frecuentes de la consulta, el episcopado subraya «la necesidad de mayor comprensión y clarificación de lo que significa la sinodalidad»; o la cuestión de las mujeres en la vida y misión de la Iglesia. «Se considera prioritario su presencia activa en todos los ámbitos de la vida de la Iglesia, en los órganos de participación, formación y decisión, así como asumiendo tareas de responsabilidad a nivel pastoral y ministerial: “Abrumadora mayoría de presencia de la mujer en la vida de la Iglesia, que no se traduce en visibilidad”», reza el texto.
Todas las vocaciones en los consejos
Las aportaciones, entre otras cosas, proponen que las parroquias sean más acogedoras, que haya equipos bien formados de acogida, escucha y acompañamiento, especialmente en situaciones como el duelo o los problemas familiares. También que se cuiden las celebraciones, que se implique en las actividades parroquiales incluso a quienes no pertenecen a la comunidad, que se valoren las celebraciones, aunque no estén dirigidas por el sacerdote o que se impulsen las iniciativas caritativas.
Todo ello guiado por consejos parroquiales «con presencia de todas las vocaciones». Además de crearlos donde no haya todavía y que sean obligatorios en lugar de aconsejados, se pide, en los lugares en los que ya existen, «potenciarlos y renovarlos para que se trabaje con “un estilo participativo que nos ayude a ser comunidad”». En la misma línea, se sugiere la «celebración de asambleas parroquiales; acciones para potenciar la corresponsabilidad de los laicos». Para fomentar esta corresponsabilidad, se propone «revisar el ejercicio de la autoridad» y una reflexión sobre «su significado dentro del contexto sinodal y cómo debe entenderse hoy el binomio autoridad / obediencia para no llegar a extremos que provoquen situaciones de abuso de poder o conciencia».
REDACCIÓN
Alfa y Omega