El Papa desafía con sus mensajes de paz «los malentendidos de quienes están cerca y lejos» y continúa poniendo «en el centro el carácter sagrado de la vida».
14 de marzo 2024.- Hace exactamente 13 años, el entonces arzobispo de Buenos Aires, Jorge Mario Bergoglio, fue elegido por los cardenales para guiar la barca de Pedro. En un artículo publicado en el medio de comunicación oficial del Vaticano, la página web Vatican News, su responsable editorial, Andrea Tornielli, ha destacado que el pontificado de Francisco se ha fraguado a partir de la «misericordia» y «la paz».
En un mundo «entregado a una loca carrera armamentista» y caracterizado por la ausencia «cada vez más evidente de iniciativa política y de liderazgo», la voz solitaria del Papa sigue «pidiendo silenciar las armas e invocar el coraje para favorecer caminos de paz», ha afirmado Tornielli.
En efecto, el pontífice no pierde ocasión para reclamar un alto el fuego en Tierra Santa, donde a la masacre despiadada del 7 de octubre llevada a cabo por los terroristas de Hamas le siguió la trágica matanza en Gaza.
Sigue pidiendo silenciar las armas en el trágico conflicto que estalló en el corazón de la Europa cristiana, en Ucrania destruida y atormentada por los bombardeos del ejército ruso agresor. Continúa pidiendo la paz en otras partes del mundo donde los conflictos olvidados que constituyen las partes cada vez más grandes de un conflicto global se luchan con una violencia indescriptible.
Tornielli ha comentado también las últimas declaraciones del Papa en las que abogaba por una solución diplomática del conflicto en Ucrania y que han despertado la polémica entre las autoridades y líderes eclesiásticos de ese país invadido por Rusia.
«Con lucidez y realismo» —ha señalado el periodista italiano que maneja los hilos de la comunicación vaticana— el Papa dijo que «el que tiene el coraje de negociar», porque «negociar es una palabra valiente», es «más fuerte».
Francisco ha desafiado —según Tornielli— «los malentendidos de quienes están cerca y lejos» y continúa poniendo «en el centro el carácter sagrado de la vida», mostrando su cercanía a las víctimas inocentes y denunciando «los intereses económicos sucios que mueven los hilos de las guerras encubriéndose en hipocresía».
Tornielli ha invitado a echar la vista atrás hacia estos últimos once años de pontificado para comprender «el valor profético de la voz de Pedro». Y hace un elenco con los mensajes más destacados del Papa: La alarma, lanzada por primera vez hace dos décadas, sobre la Tercera Guerra Mundial a pedazos; La encíclica social Laudato si’ (2015), que mostró cómo el cambio climático, las migraciones, las guerras y la economía que mata son fenómenos interconectados entre sí y solo pueden abordarse a través de una mirada global; La gran encíclica sobre la fraternidad humana (Fratelli tutti, 2020), que indicó el camino para construir un mundo nuevo basado en la fraternidad, quitando una vez más cualquier coartada al abuso del nombre de Dios para justificar el terrorismo, el odio y la violencia. Y, por último, la referencia constante en su enseñanza a la misericordia, que teje todo la red de un pontificado misionero.
El testimonio de la misericordia representa, pues, un elemento fundamental de este «amor salvífico de Dios» que es «previo a la obligación moral y religiosa», según Tornielli.
Asímismo ha señalado que aquellos que aún no han entrado en contacto con el hecho cristiano, como ya observó lúcidamente Benedicto XVI en mayo de 2010, difícilmente se «sentirán impresionados y fascinados por la afirmación de normas y obligaciones morales, por la insistencia en las prohibiciones, por las detalladas listas de pecados, condenas o apelaciones nostálgicas a los valores del pasado». Por eso ha remachado que en el origen «de la acogida, de la cercanía, de la ternura, del acompañamiento, en el origen de una comunidad cristiana capaz de abrazar y escuchar, está el eco de la misericordia» de Dios.
Finalmente, Tornielli ha instado a leer bajo la perspectiva de la misericordia los gestos del Papa, «incluso aquellos que provocaron en algunos las mismas reacciones de escándalo que provocaron los gestos de Jesús hace dos mil años», para descubrir su profundo poder evangelizador y misionero.
VICTORIA ISABEL CARDIEL C.
Alfa y Omega
Imagen: El Papa Francisco besa la bandera de Ucrania, en la plaza de San Pedro del Vaticano.
(Foto: CNS).