Tras el atentado contra una parroquia que costó la vida a una docena de personas, el titular de la diócesis afectada y presidente de la Conferencia Episcopal local, relata la reacción de su Iglesia: «A los que nos ofrecen balas les ofrecemos paz, fe y esperanza. El atentado no es una persecución contra los cristianos: se intenta hacer pasar la falsa idea de que hay una guerra de religión». Gracias al Papa por su cercanía y oración.
Ciudad del Vaticano, 29 de febrero 2024.- Monseñor Laurent Birfuoré Dabiré sólo conoce una manera de reaccionar ante los hombres armados que dispararon contra algunos fieles reunidos en una capilla de su diócesis mientras rezaban: «La única respuesta es el amor, la paz». Es el obispo de Dori, esa porción de la Iglesia de Burkina Faso que se encuentra en la frontera norte del país de África Occidental e incluye la parroquia del pueblo de Essakane en la que los terroristas irrumpieron el 25 de febrero y llevaron a cabo esa matanza que conmocionó al mundo.
Un martirio
En su reconstrucción con los medios vaticanos, el prelado -que también es presidente de la Conferencia Episcopal local- destaca detalles poco conocidos de lo que quizá podría calificarse como un auténtico martirio. Aquel día, a primera hora de la mañana, los fieles habían acudido a la parroquia para el oficio dominical sin la presencia de un sacerdote. Tras la segunda lectura y la proclamación del Evangelio, un catequista se disponía a pronunciar una exhortación sobre la Palabra de Dios cuando los terroristas entraron y empezaron a disparar. «Sólo alcanzaron a los hombres, evitando a las mujeres, que pudieron escapar fuera de la capilla», recuerda el obispo, que explica que «el número de víctimas es aún incierto: los testigos hablan de 12 muertos y 8 heridos, pero estamos esperando la confirmación oficial».
Monseñor Laurent Birfuoré Dabiré junto a líderes musulmanes
Ninguna persecución
Aunque hasta ahora no ha habido ninguna reivindicación y la masacre parece haber sido bien preparada, monseñor Dabiré está convencido de que la motivación no es el odio contra los cristianos. El obispo explica que esta certeza suya se apoya en el hecho de que «el mismo día del ataque a la parroquia, se produjo un atentado terrorista en otro lugar del país en el que murieron el mismo número de personas que en Essakane». La estrategia de los terroristas, por tanto, sería un intento flagrante de «instrumentalizar las religiones para crear confusión en la nación, enfrentar a las diferentes comunidades y dar la impresión de que existe una guerra religiosa. Puedo afirmar con certeza que no existe ninguna persecución contra los cristianos».
Paz frente a violencia
Paz, fe y esperanza son los tres sustantivos que el pastor de la diócesis de Dori utiliza desde hace días para pedir a sus fieles que sigan viviendo la caridad cristiana sin caer en la tentación de responder a la violencia con violencia. «Los cristianos -dice- no tenemos otra forma de vivir: debemos basar nuestra vida en el Evangelio. Nuestra relación con los demás debe basarse en la fraternidad, la amistad, la ayuda mutua. Debemos evitar que se diga que pertenecemos a una religión que medita la venganza. Eso no es cierto».
La Iglesia, abierta al diálogo
La Iglesia de Burkina Faso -país de mayoría musulmana y cristianos en torno al 30%, seguidos de los pertenecientes a religiones animistas tradicionales africanas- lleva casi diez años enfrentándose al terrorismo, que bloquea las actividades de muchas diócesis. Monseñor Dabiré informa que «más de 30 parroquias están cerradas mientras que algunas diócesis como Dori, Fada N’Gourma, Nouna y Dédougou están paralizadas». Pero la gente no ha perdido la fe ni la esperanza. «La nuestra -añade- es una Iglesia rural, de gente sencilla. No faltan vocaciones, van en aumento. También tenemos un grupo numeroso de catequistas que son líderes de pequeñas comunidades rurales. Y además practicamos una fructífera pastoral de diálogo con los musulmanes y los líderes de las religiones tradicionales africanas».
Agradecimiento al Papa
Por último, monseñor Laurent Birfuoré Dabiré agradeció al Papa Francisco que, tras la audiencia general de hoy, miércoles 28 de febrero, volviera a rezar por las víctimas de los recientes atentados contra lugares de culto en su país. «La cercanía del Santo Padre nos da valor, fuerza y nos invita a la perseverancia. Cuando nuestros fieles supieron que el Papa estaba informado de sus sufrimientos, se sintieron verdaderamente reconfortados. Es un gran estímulo para seguir adelante».
FEDERICO PIANA
Imagen: Monseñor Laurent Birfuoré Dabiré con algunos refugiados cristianos y musulmanes.