No será porque no se advirtiera a tiempo y desde hace muchos meses. La gestión de los fondos europeos, justo cuando el Gobierno ha solicitado a Bruselas el cuarto pago por valor de 10.021 millones de euros, es un cóctel que rezuma caos, clientelismo y oscuridad.
La dimisión de Jorge Fabra (Ministerio de Hacienda) como director general del Plan de Recuperación y Resiliencia, máximo responsable de los fondos que provienen de Bruselas, pone de manifiesto el caso que impera en ese predio. La señora Montero, siempre tan frívola con casi todo, ha quitado importancia a una situación que sí la tiene porque, en efecto, el cuarto pago no es una cifra cualquiera. La inoperancia y el clientelismo, que siempre suele ir acompañado de oscuridad para tapar el favoritismo gubernamental, tendrá que destaparse algún día y desde las esferas gubernamentales. Que la marcha de Fabra sea ocasión propicia para ello.
Durante años, Sánchez y sus ministros económicos se agarraron a los 170.000 millones como salvación para salir del atolladero económico producto de la pandemia. Hablaron de las Next Generation que cambiarían la faz del país. Muchos empresarios y emprendedores confiaron en esa promesa repetida hasta mil veces como las mentiras de Goebbels. Lo único cierto es que se pusieron en marcha múltiples operaciones de lobbies, casi todos ellos cercanos al Gobierno sanchista, con ex ministros del PSOE prestos y avaros a llevarse buena tajada por sus intermediaciones. Deben ser los únicos que han visto algún euro de la cosa.
Cuando se llega al ecuador del periodo del Plan (2020/2026), casi el 80% de esa morterada de dinero está sin resolver ni asignar. ¡Un escándalo de organización e incapacidad para la administración de los mismos! La oposición anda muy tímida en esta materia. Debería exigir en la comisión parlamentaria correspondiente una investigación ad hoc, so pena de que se queden con el dinero o se pierda sin dar explicación alguna. Datos ciertos que confirman la ineptitud de un Gobierno fatuo y prepotente.
Los impuestos, la inseguridad jurídica y el deterioro institucional hunden la inversión en España. Por el momento, un 32% menos que la media de los países de la UE. Mientras, el gasto público crece y crece sin parar…
Esta es la verdad. Sólo en enero, los precios de la alimentación aumentaron un 7,4%. ¡Y presumen!
GRACIANO PALOMO
Publicado en OKdiario el 18.2.2024