Las informaciones desde Gaza son terribles. Además de las 1.200 víctimas mortales y los más de 5.400 heridos en Israel del fatídico 7 de octubre, en Gaza hay, a día de hoy, casi 27.000 muertos, incluidos más de 10.000 niños asesinados. Varios miles de personas más están bajo los escombros. Casi 66.000 han sido heridos, muchísimos de gravedad. Más de 1.000 han sufrido amputaciones y hay miles de huérfanos.
En la Franja viven más de 2,3 millones de personas, de las cuales 1,7 millones están desplazadas. Cientos de miles han perdido por completo sus casas, con todo lo que eso conlleva. Las escuelas de sus hijos, sus lugares de trabajo y de recreación, sus clínicas, negocios de barrio y hasta barrios completos han desaparecido.
La comunidad cristiana, que contaba con 1.017 miembros al inicio de la guerra (135 católicos y 882 griegos ortodoxos), perdió 27. Primero 18, muertos por un bombardeo israelí hecho frente a la iglesia ortodoxa, que causó la destrucción de un edificio parroquial donde dormían refugiados cristianos. Luego dos mujeres, refugiadas, asesinadas dentro del recinto de la parroquia católica por un francotirador de las Fuerzas de Defensa de Israel. Otros siete cristianos murieron por falta de asistencia hospitalaria. En la parroquia católica hay unos 600 parroquianos refugiados; en la ortodoxa, 200. En otra escuela católica hay más de 700 civiles musulmanes.
La gente vaga de un lado a otro buscando de todo: amparo, una manta, agua, algo que comer, algo que quemar para calentarse ya que estamos en época de lluvias y frío. También intentan evitar ser bombardeados. ¡Miles y miles de personas con tanta necesidad! Les hace falta, sobre todo, un poco de humanidad.
Los cristianos han decidido quedarse «junto a Jesús». Padecen, como el resto de la población, y piden a Dios y a su Madre por el cese inmediato y permanente de las hostilidades, la liberación de los cautivos, la urgentísima ayuda humanitaria en toda la Franja (norte y sur), la cura para los miles y miles de heridos. Gaza parece el infierno en la tierra; o casi. Sigamos rezando por la paz.
GABRIEL ROMANELLI, IVE
Párroco de Gaza
Publicado en Alfa y Omega el 8.2.2024.