Estaba flamante con su corbata roja y su camisa azul. Henchido de felicidad. En la sala de la Conferencia Episcopal Española donde se entregaron el pasado lunes los Premios ¡Bravo! 2023 no cabía ni un alfiler. Todo el mundo quería ir a acompañar a Manolo. No hubo quien no aplaudiera a rabiar cuando le entregaron el galardón a la Comunicación Institucional, y en este caso, a la entrega silenciosa, constante, amable, que ha definido toda su vida. Desde sus días en el santuario de Torreciudad a la Oficina de Comunicación del Opus Dei en España. Manolo Garrido fue el gran protagonista de esta edición. Ni siquiera Pedro Piqueras pudo eclipsar el centro de todas las sonrisas y agradecimientos. Él, en su implacable humanidad, la que caracteriza toda su vida, se sintió conmovido por «el espaldarazo» en un momento de angustia, en el que un diagnóstico complejo de una enfermedad degenerativa planea sobre su presente y su futuro. No le faltaron halagos al Hospital Universitario La Paz, entregado en su recuperación. Y una petición, que el beato Álvaro del Portillo obre el milagro. Cuenta con mi próxima visita a su tumba, amigo. Gracias por ser ejemplo.
CRISTINA SÁNCHEZ AGUILAR
Directora de ‘Alfa y Omega’
Publicado en Alfa y Omega el 1.2.2024.