Frente al triunfalismo gubernamental infantil y fatuo sobre el «extraordinario estado de salud de la economía española» (Montero dixit) se alza la realidad cotidiana para millones de españoles agobiados por los impuestos y con una carestía de vida realmente insoportable.
Ello resulta especialmente lacerante para los jóvenes que, según los datos que certifican los estudios sociológicos más serios y creíbles, un tercio de ellos en España se ha ido o prepara ya las maletas para buscar destinos donde se les garantice que podrán vivir mejor que sus padres. Algo que no parece importar en demasía a un Gobierno que está mirándose permanentemente el ombligo y que anda más preocupado por sus mamandurrias que por otear un futuro con garantías en España para las nuevas generaciones.
Lo peor de todo es que los emigrantes españoles de nuevo cuño son, por lo general, los mejor preparados de las promociones. Piensan mayoritariamente, según está acreditado, que jamás van a poder tener una vivienda en propiedad y que el dinero público de las pensiones en ningún caso les llegará a ellos cuando tengan edad y condiciones.
Subrayo que Sánchez lleva ya seis años al frente del poder y, en lo relativo a las macrocifras públicas, todo ha ido hacia atrás como los cangrejos. Lo único que ofrece es propaganda, mentiras a gogó, promesas ad calendas grecas, ocurrencias y escaso trabajo serio, responsable y decisivo.
¡Seis años, oiga! Y el tipo pretende pasar a la historia como un estadista.
¿Por qué esos jóvenes han decidido poner pies en polvorosa en una nación que es la cuarta potencia (todavía) de la Unión Europea? Sencillamente, porque se han preparado concienzudamente para que al final todo lo que se encuentra es filfa. Mientras el Gobierno dedica gran parte de su tiempo en perseguir a los empleadores, el dinero decide invertir en otros lugares donde la seguridad jurídica es mucho más efectiva.
Estamos ante un gobierno que ha abandonado la socialdemocracia, se ha instalado en el radicalismo de izquierda y abraza en no pocas ocasiones los postulados del comunismo fáctico, sólo matizado por las razones que impone la Unión Europea y el mundo libre..
Esta es la verdad. Y la verdad es siempre la verdad.
A partir de ello, ¿qué puede extrañar que los jóvenes mejor preparados para los desafíos globales quieran emigrar hacia latitudes más entendibles y seguras?
GRACIANO PALOMO
Publicado en OKdiario el 13.1.2024