Pese a los requerimientos constantes del Consejo de Transparencia, el Gobierno (en su conjunto, empezando por el presidente y terminando en la vicepresidenta Díaz) se hacen los suecos cada vez que ese órgano de control del dinero público les requiere para que den razón de sus abultados gastos en viajes, comidas y representación.
No deja de ser irónico que se autotitulen de gobierno progresista y desprecien de esa manera a los contribuyentes depauperados, que son, al fin y a la postre, los que llenan las arcas para que puedan abrevar opíparamente de ellas.
Sin embargo, el runrún que lleva tiempo circulando por los cenáculos madrileños se relaciona con los fondos europeos (170.000 millones) que tras la pandemia la Unión Europea destinó a España para iniciar el proceso de recuperación y resiliencia. Es aquí donde el oscurantismo es mayor y ha sido denunciado en no pocas ocasiones por dirigentes de la UE y por eurodiputados encargados de velar por el buen destino de los caudales bruselenses.
¿Quién, quiénes, cuándo, cómo y por qué? ¿Quiénes han sido los principales beneficiarios de esos fondos europeos que han llegado hasta el momento a las arcas españolas? Sigo con gran interés este asunto y, hasta la fecha, no he encontrado respuesta por parte gubernamental.
Todo parece indicar que el sector público controlado por ese Gobierno que es responsable de dicho reparto es el principal beneficiado de los dineros europeos, mientras llega poco al sector que crea empleo de verdad, paga impuestos, hace crecer la economía y coadyuva decisivamente al progreso económico y social de la nación.
Como no soy ni diputado nacional ni dispongo de escaño en Estrasburgo, no dispongo de los mecanismos parlamentarios y legales para hacer que el Gobierno del progreso (sic) dé razón de los miles de millones que les han remitido. Es una obligación sin excusa de la oposición exigir las cuentas y dejarse de cuentos. Ya va siendo hora de que demuestren que gobiernan para todos, que Sánchez no es igual a Maduro y que la vicepresidenta Díaz ha abjurado, aunque sea por lo bajini, de los dictadorzuelos caribeños que antes tanto la representaron. Esto es Europa, aunque no lo parezca, y Europa antes que nada es sinónimo de democracia, transparencia y decencia.
GRACIANO PALOMO
Publicado el 7.1.2024 en OKdiario