Los mejores analistas de la situación española son conscientes de que el año 2024 será decisivo para conformar el futuro rumbo de la nación y la posibilidad de que el actual poder tenga una alternativa posible y real, sin la cual el sistema democrático estaría cojo.
Se puede observar que en sectores de la derecha existe un especial interés en buscar sustituto a Núñez Feijóo al frente del único partido desde el que se puede aspirar de forma realista a mandar a Pedro Sánchez a la cola del paro.
Es fácil imaginar el interés y las intenciones en la derecha más extrema para calentar el braserillo, tratando de provocar un maremoto en la formación política básica para constituir un nuevo poder cuya idea sustancial es la permanencia del Estado y, por ende, de España. Se vuelven a equivocar de manera fehaciente como se equivocaron con anterioridad.
Por un lado, parecen desconocer y, en efecto, desconocen cómo funciona el Partido Popular; por otro, olvidan que su actual presidente ha ganado todas las elecciones desde que sustituyó en el puente de mando de Génova 13 a Pablo Casado. Cierto es que los resultados del 23J supuso una decepción para la dirigencia, para la militancia y para los millones de votantes. Cierto.
Los hechos no se discuten; se aceptan o no. Y el hecho sustancial de la hora española es que en el Palacio de la Moncloa continúa habitando el presidente que a diario da pruebas de que, más que el país y los intereses generales, le interesa su propio statu quo. A partir de este hecho incuestionado e incuestionable, la imaginación es libre.
Se podría entender que a la derecha del Partido Popular le vendría muy bien una nueva crisis en esta formación. En cualquier caso, no parece muy oportuno invocar para ello cuestiones patrióticas, ni siquiera el interés general de España. Están en su derecho democrático para ello, pero sin perder de vista que con ello fortalecerán el sanchismo que, mientras tenga un voto más en el Congreso de los Diputados, se aferrará al poder como percebe a la roca.
Intentar derribar en las actuales circunstancias al líder del centroderecha, asunto que también intentan Sánchez y sus cuates, es un dislate que conlleva irresponsabilidad política y social.
Iniciamos, el enigmático 2024 y, sinceramente, no sé qué tiene que pasar en ese espectro de la vida pública española para que surja un mínimo sentido común.
GRACIANO PALOMO
Publicado el 6.1.2024 en OKdiario.