En el Ángelus de este III Domingo de adviento, el Papa dirige su pensamiento a las miles de personas que cruzan la selva entre Colombia y Panamá para intentar llegar a Estados Unidos y tener un futuro más digno. Pide a los países afectados una acción conjunta ante un drama que no debe permanecer en silencio.
Ciudad del Vaticano, 17 de diciembre 2023.- En las preocupaciones del Papa – expresadas después del rezo del Ángelus en este tercer domingo de Adviento y en vísperas de la Jornada Internacional del Migrante proclamada por la Asamblea General de la ONU – están las personas, miles de ellas, que tratan de encontrar un futuro mejor atravesando la selva del territorio fronterizo entre Colombia y Panamá, la selva del Darién.
Evitar el silencio sobre esta tragedia
«A menudo se trata de familias con niños que se aventuran por caminos peligrosos -recuerda el Pontífice-, engañados por quienes les prometen falsamente una ruta corta y segura, maltratados y robados».
«No son pocos los que pierden la vida en esa jungla. Es necesario el esfuerzo conjunto de los países más directamente afectados y de la comunidad internacional para evitar que esta trágica realidad pase desapercibida y dar juntos una respuesta humanitaria».
Más de medio millón de migrantes a través del Darién
Un récord de más de medio millón de migrantes con destino a Estados Unidos han cruzado este año la peligrosa selva del Darién desde Colombia a Panamá, según cifras publicadas a principios de diciembre por el gobierno de Panamá. Esta cifra duplica la registrada en 2022. A lo largo del viaje, los migrantes también se topan con bandas criminales que roban o exigen dinero para guiarles a través de la selva. A pesar de los peligros, el Paso del Darién, de 265 kilómetros de longitud, se ha convertido en un corredor clave para los emigrantes que se dirigen a Estados Unidos desde Sudamérica a través de Centroamérica y México. La mayoría de las personas que se aventuran en este camino en busca de un futuro mejor son venezolanos, pero también ecuatorianos, haitianos, chinos, vietnamitas, afganos y personas procedentes de países africanos. El flujo es tan grande que Panamá, con la ayuda de organizaciones internacionales, ha creado centros de ayuda a los emigrantes en distintas partes del país.
ANTONELLA PALERMO
Vatican News
Imagen: Migrantes en la frontera entre Panamá y Colombia.
(Foto: AFP)