El vigésimo quinto aniversario de la apertura al público del Archivo Histórico del Dicasterio para la Doctrina de la Fe es una ocasión para hacer balance y mostrar los resultados de las investigaciones realizadas hasta la fecha sobre el Santo Oficio, en un simposio internacional de tres días en Roma organizado por el Comité Pontificio de Ciencias Históricas.
Ciudad del Vaticano, 23 de noviembre 2023.- Se celebra en Roma el simposio internacional «La Inquisición romana. Nuevas investigaciones, nuevas perspectivas», organizado por el Comité Pontificio de Ciencias Históricas, en colaboración con el Dicasterio para la Doctrina de la Fe, el Instituto Histórico Italiano para la Edad Moderna y Contemporánea y el Instituto Central de Bienes Sonoros y Audiovisuales. Este último ofreció también la sede de los trabajos, en la planta baja del Palazzo Mattei di Giove. Veintisiete ponencias de estudiosos de universidades e institutos de investigación italianos y extranjeros recorren la historia de la Inquisición romana, desde su creación por Paulo III en 1542 con la bula Licet ab initio, deslizándose en el tiempo hasta el siglo pasado con Pío XII. Se trata de trazar una historia actualizada del Santo Oficio, que, en 1965, al final del Concilio Vaticano II, a instancias de Pablo VI, que redefinió sus competencias y estructura, pasó a llamarse Congregación para la Doctrina de la Fe, y de nuevo en 2022, con la promulgación por el papa Francisco de la constitución apostólica Praedicate Evangelium, se convirtió en Dicasterio para la Doctrina de la Fe.
La jornada se abrió con los saludos de las autoridades, Giuseppe Parlato, comisario extraordinario del Instituto Histórico Italiano para la Edad Moderna y Contemporánea, Antonello de Berardinis, director del Instituto Central de Bienes Sonoros y Audiovisuales, el profesor Marek Inglot, SJ, presidente del Pontificio Comité para las Ciencias Históricas y el cardenal Víctor Manuel Fernández, prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, presidente de la Pontificia Comisión Bíblica y de la Comisión Teológica Internacional.
Abrir los archivos al servicio de la verdad
El cardenal Fernández, durante su saludo, recordó a su predecesor, el entonces cardenal Joseph Ratzinger, que en enero de 1998 hizo libre la consulta de los Archivos del Santo Oficio. Los estudios realizados durante este cuarto de siglo han demostrado que aún queda mucho por hacer, especialmente en lo que se refiere a la época moderna. El compromiso del Dicasterio para la Doctrina de la Fe es, por tanto, estar al servicio de la verdad histórica, perseguida también a través de la digitalización de sus archivos. «No tenemos miedo de abrir los archivos al servicio de la verdad», afirma el cardenal, que concluye citando algunos pasajes de la Evangelii gaudium: «Dar prioridad al tiempo significa preocuparse más por iniciar procesos que por poseer espacios. El tiempo ordena los espacios, los ilumina y los transforma en eslabones de una cadena en constante crecimiento, sin marcha atrás». Y también de la misma exhortación apostólica de Francisco: «El único modelo para evaluar con éxito una época es preguntarse en qué medida la plenitud de la existencia humana se desarrolla en ella y alcanza una auténtica razón de ser, de acuerdo con el carácter particular y las posibilidades de la misma época (Romano Guardini)».
Una investigación histórica objetiva
«Hay un nuevo amor por la verdad», afirmó Fernández a los micrófonos de Radio Vaticano – Vatican News, «de hecho -continuó- en este mundo todos queremos saber la verdad de todo, y a veces demasiado, por lo que nos llega lo que llamamos chismes, cotilleos, pero detrás de todo esto hay un valor que consiste precisamente en el deseo de conocer la verdad y no opiniones distintas -porque hoy en las redes sociales encontramos de todo y a veces es muy difícil saber lo que es verdad y lo que no- y todos hablan como si fueran especialistas. No es muy fácil discernir la verdad sobre un hecho, sobre un tema. En esto, los historiadores tienen una mente más limpia, por así decirlo, porque siempre buscan objetivamente la verdad, también con la ayuda de recursos científicos que dan a su trabajo una seriedad muy importante. Y por eso conferencias como ésta son siempre muy importantes para nosotros».
A la pregunta de si la búsqueda de la verdad debe ir acompañada de la misericordia, el Prefecto respondió que «cuando no se sabe cuál es la verdad, es muy difícil saber cómo puede ser una actitud de misericordia. La misericordia se tiene frente a una realidad, frente a algo que se conoce, que se sabe de qué se está hablando. Porque no se puede tener misericordia hacia una abstracción, sino siempre hacia una realidad que se ha conocido y valorado».
Nuevas adquisiciones sobre Pío XII
El profesor Agostino Borromeo, ex catedrático de la Universidad «La Sapienza» y miembro del Pontificio Instituto de Ciencias Históricas -conocido por haber coordinado la organización del primer simposio internacional sobre la Inquisición en 1998, año en que se abrió a los estudiosos el Archivo Histórico de la Congregación para la Doctrina de la Fe- es de nuevo el creador y organizador del actual congreso. El profesor explica las razones y los objetivos: «El punto de partida de la iniciativa es que precisamente en estos días se cumple el vigésimo quinto aniversario de la apertura del Archivo de lo que hace veinticinco años se llamaba Congregación para la Doctrina de la Fe, pero que era la heredera de la Congregación de la Inquisición, fundada en 1542. Fue un acontecimiento histórico. Como ese archivo había estado cerrado durante cuatro siglos, la apertura, el acceso a los estudiosos, que hasta entonces no había sido posible, supuso un gran avance para los estudios sobre la Inquisición. El objetivo de esta iniciativa es muy sencillo, responder a la pregunta: en estos veinticinco años, ¿qué se ha encontrado que no supiéramos? Y sobre todo: ¿hemos encontrado algo que haya cambiado nuestra visión en lo pequeño y en lo grande, en comparación con lo que sabíamos antes?».
La conferencia desvelará una gran cantidad de información hasta ahora desconocida sobre el personal del Tribunal, quiénes lo componían y ciertas políticas antiheréticas seguidas inicialmente que luego se abandonaron. En otros temas, la documentación permite profundizar en aspectos sobre los que sólo se tenía una vaga información. «Quisiera añadir -dice el profesor Borromeo- que en estos veinticinco años se ha abierto también otra parte del Archivo según un procedimiento que sigue la Santa Sede, pero que sigue también el Estado italiano, por lo que ésta es la primera conferencia en la que se hablará de Pío XII, porque hace sólo unos años se abrió una parte de la documentación sobre el pontificado del Papa Pacelli. Así que podremos aprender cosas totalmente nuevas, nunca antes conocidas. No será el descubrimiento de América, pero ciertamente, en lo que se refiere a la protección de la fe, que entonces se llamaba Santo Oficio, son elementos nuevos de un pontificado sobre el que todavía nos preguntamos.
El Tribunal de la Inquisición y los poderes «estatales»
«El Tribunal de la Inquisición era por definición un tribunal eclesiástico -señala el profesor Borromeo-, y se llamaba así porque, respecto a la justicia medieval -la inquisición medieval se remonta al siglo XIII-, el método de investigación había cambiado precisamente en relación con el delito que había que combatir: la herejía. El juez, hasta siglos antes, esperaba una denuncia. Si no había denuncia, no había procesamiento. Se comprendió que la herejía era un delito grave que había que investigar y, por tanto, el juez, a través de un fiscal, iba en busca de posibles herejes. Esto dio un vuelco total a la referencia política. El poder del Estado era consciente de que la unidad del Estado se basaba en la fe y, por tanto, tenía interés, salvo en casos concretos, en ayudar y apoyar a la Iglesia en su lucha contra los herejes, que eran vistos como rebeldes contra la Iglesia y, como tales, potencialmente rebeldes también contra la sociedad y el Estado.
MARÍA MILVIA MORCIANO
Imagen: La apertura del simposio.