Estos niños «son carne de cañón para ser raptados y convertidos en soldados por los terroristas», dice María Lillo, de la ONG Policía Amigo, que hace frente a esta lacra dando una oportunidad educativa los pequeños.
20 de noviembre 2023.- Octubre de 2022. Madrid. Inés, Cristina y Álex llenan una mochila con gran cantidad de material escolar. No faltan cuadernos de distintos tamaños, ni lápices de varios colores. La escena bien podría ser un capítulo más de la vuelta al cole de la pequeña de la casa, que ronda los 4 años. Nada más lejos de la realidad. En esta historia, la mochila no se sube a ningún autobús escolar, sino a un avión en dirección a Burkina Faso. No serán los hombros de Inés los que levanten un futuro que tiene forma de goma y sacapuntas, sino los de la pequeña Latifa, para la que aquella mochila no está repleta de bolígrafos sino de oportunidades para escapar de la guerra.
«El conflicto con los yihadistas en Burkina Faso se ha agravado en los últimos meses y dos millones de personas se han visto obligadas a desplazarse del norte a la capital», dice María Lillo, miembro de la junta directiva de la ONG Policía Amigo, que acaba de regresar del país. Allí se ha encontrado con Latifa, a la que le ha entregado la mochila de Inés, y con otros miles de niños desplazados. «En total, hemos repartido cerca de 5.000 mochilas».
Con la expansión de los terroristas, las calles de Uagadugú —la capital— se ha llenado de transeúntes. Son familias con niños. «Los padres se van a mendigar y, muchas veces, se quedan los pequeños solos», explica Lillo. Son menores cuyos progenitores no tienen ni el dinero para pagar la cuota escolar, ni el material necesario para asistir al colegio. «Al estar sin control, son carne de cañón para ser raptados y que los yihadistas los conviertan en niños soldado», asevera. Por eso, «este año ha sido más importante que nunca entregar las mochilas», que han logrado liberar a 5.000 niños de las garras de la yihad.
Niños pequeños recibiendo el material escolar. Foto: ONG Policía Amigo.
Aun así, María Lillo ha vuelto con sentimientos encontrados de su viaje a Burkina Faso. Por una parte, piensa que «hemos hecho un bien enorme. Todos esos miles de niños que han recibido una mochila tendrán una oportunidad». Sin embargo, «ha habido otros tantos miles de niños a los que no hemos podido llegar. No teníamos mochilas para todos».
De esta forma, la directiva de Policía Amigo expresa su voluntad para seguir adelante y volver a organizar la campaña de recogida de mochilas un año más, a pesar de que «nos han dicho que estamos locos por querer volver a un país cada vez más plagado de terroristas». No obstante, desde la ONG han modificado el plan de entrega y lo han readaptado a las condiciones de seguridad. «Otros años entregábamos también mochilas en Mauritania y Mali y nos movíamos más dentro de Burkina Faso, pero en esta ocasión no nos hemos movido de la capital, que todavía mantiene unas condiciones de seguridad suficientes». Y «mientras haya un mínimo de seguridad en el país, Policía Amigo va a seguir ayudando a esos niños», concluye María Lillo, no sin antes reporta la labor realizada también en Marruecos: «Hemos llevado 30 toneladas de material a todas aquellas zonas a las que no ha llegado todavía la ayuda humanitaria tras el terremoto de hace unos meses».
JOSÉ CALDERERO DE ALDECOA
Alfa y Omega
Imagen: María Lillo entregando varias mochilas.
(Foto: ONG Policía Amigo).