Exministros socialistas, jueces, fiscales, inspectores de Hacienda, profesores universitarios, jubilados, ciudadanos en la desenfilada, medios de comunicación libres (entre los que no se encuentran RTVE ni EFE), entidades cívicas…, se han puesto en pie contra el más que evidente desguace de la nación más vieja del mundo.
Ajeno al sentir de una calle que le rechaza, Pedro Sánchez chapotea feliz en su laberinto convencido de que puede continuar engañando a los de un lado de su muro y al del otro. Ha revalidado su poder a cambio de arrasar con todo («Se carga todo para seguir un rato más…», ha llegado a decir un alto dirigente de los empresarios) y está por ver cuál es el recorrido real de su nueva andadura en manos de secesionistas y comunistas. Todo dependerá, en cualquier caso, de su capacidad demostrada para violentar el Estado de derecho y la capacidad real de las distintas oposiciones, la política, la social, mediática, para poner coto a sus desvaríos y ambiciones trufadas de psiquiatra.
Como se ha venido reflejando en este mismo papel digital Palo Alto, semana tras semana, la oposición frontal de una parte mayoritaria de la sociedad civil a la piqueta sanchista llega demasiado tarde. Los empresarios, por ejemplo, que temen sufrir nuevas andanadas por parte del próximo Gobierno, toleraron sin pestañear y sumisos todas las afrentas y ataques que durante los últimos cinco años les remitió el sanchismo. Ahora no saben dónde meterse. Lo mismo los jueces, a los que el Gobierno anterior vituperó y sacó la piel a tiras, incluso con argumentos ad hominem. Por cierto, resultan especialmente llamativos los casos de los tres jueces que han formado parte del último equipo ministerial de Sánchez, esto es, Margarita Robles, Marlaska y Pilar Llop. No han abierto la boca y han despreciado las protestas de sus compañeros de toga cuando han levantado la voz ante la liquidación efectiva del Estado de derecho. ¿Van a volver a estar entre ellos impartiendo Justicia? Me temo que si así lo desean lo van a tener difícil, muy crudo.
Entre las mentiras de Sánchez hay una que es especialmente llamativa, que abre las carnes y que sintetiza todo el detritus de su andadura política: afirmar que se ha rendido al independentismo por el bien de España. No sólo se conduce como un felón, sino que considera al pueblo español como un rebaño ovino y lanar.
Ahora la cuestión es cuánto dura el engendro gubernamental que trata de perpetrar durante cuatro años. Esto pinta mal.
GRACIANO PALOMO
Publicado en OKdiario.
19 de noviembre 2023.