Victoria Braquehais, misionera en Rep. Dem. del Congo y responsable de proyectos de desarrollo en Kanzenze (Katanga), y Carlos Arriola, doctor experto en desnutrición infantil y presidente de ASSAJO socio local de Manos Unidas en Guatemala, han transmitido la realidad de los países en los que viven y trabajan y cómo cada día le “plantan cara al hambre” sembrando capacidades, educación, solidaridad, salud, y cooperación.
En 2016, y sólo para la ejecución de Proyectos de Seguridad Alimentaria en los países en desarrollo, Manos Unidas destinará un presupuesto aproximado de 11 millones de euros; un 10% más con respeto a los años anteriores.
Manos Unidas considera inaceptable que en la actualidad cerca de 800 millones de personas sigan padeciendo hambre en el mundo. En el transcurso de la Rueda de Prensa de presentación de la Campaña 57, la presidenta de Manos Unidas, Soledad Suárez, aseguró que es posible acabar con esta lacra que afecta, sobre todo a los países en desarrollo, donde se calcula que un 12,9% de la población padece subalimentación crónica. Para Manos Unidas, solucionar el problema del hambre pasa por acompañar a los más pobres y reforzar el derecho a la alimentación de los pequeños productores, contribuir al cambio hacia unos sistemas alimentarios más justos y educar para una vida solidaria y sostenible.
En el encuentro con los periodistas, que tuvo en los Servicios Centrales de Manos Unidas, se ha presentado la nueva Campaña “Plántale cara al hambre: siembra” que marca el inicio de un «Trienio de lucha contra el hambre» (2016-2018) en el que Manos Unidas trabajará para dar respuesta a las causas y problemas que provocan el hambre en el mundo desde una triple perspectiva: el mal uso de los recursos alimentarios y energéticos; un sistema económico internacional que prima el beneficio y excluye a los débiles y unos estilos de vida y consumo que aumentan la vulnerabilidad y la exclusión.
Reunión de Manos Unidas con la Prensa
En el encuentro informativo, se pudo escuchar a Victoria Braquehais, misionera de la Congregación Pureza de María en República Democrática del Congo y responsable de proyectos de desarrollo en Kanzenze (Katanga/Lualaba). La religiosa mallorquina, que lleva 7 años viviendo en el que es el segundo país más grande de África, compartió con los periodistas la difícil realidad de una zona en la que el 99% de las personas viven con menos de 1 euro al día. Asimismo, Victoria resaltó los graves problemas y consecuencias que se derivan de la falta de agua, sobre todo para las mujeres, que se ven obligadas a abandonar la escuela porque al menos dos veces al día deben ir a buscar agua a lugares alejados con lo que, además, se ven expuestas a agresiones sexuales, en un país que es el primero en violaciones. También explicó la falta de oportunidades de desarrollo alternativas que se vive en una provincia que depende en exceso de la explotación minera. Braquehais insistió en la compleja situación política y económica que se da por el hecho de que la R.D.Congo sea un país muy rico en todo tipo de recursos, principalmente minerales, lo que hace que entren en juego muchos intereses que tienen consecuencias como la expropiación de las tierras y la explotación laboral infantil.
Victoria Braquehais, misionera de la Congregación Pureza de María
en República Democrática del Congo
Por eso, la misionera subrayó que “es importante sembrar reforzando la participación de la población local en todo proceso de desarrollo” e insistió particularmente en el empoderamiento de las mujeres a través de la educación, de la salud y del refuerzo de la soberanía alimentaria con sistemas de microcréditos. En respuesta a las preguntas de algunos periodistas, destacó la importancia de reflexionar sobre nuestros hábitos de consumo y nuestra forma de vida: “podemos cambiar nuestros hábitos de consumo para poder compartir lo que tenemos con quienes lo necesitan para vivir una vida digna.”. Insistió durante toda su intervención en la importancia de dar a conocer esta situación y apeló a la responsabilidad de los periodistas para transmitirla a la sociedad ya que «conocer esta realidad es el primer paso para cambiarla».
Por su parte Carlos Arriola, doctor experto en desnutrición infantil y presidente de la organización ASSAJO, socio local de Manos Unidas en Guatemala, el país de América Latina con índices más altos de desnutrición crónica infantil, inició su presentación compartiendo con la prensa la experiencia del caso de una niña y su madre en donde ésta última, ante la gravedad de la enfermedad de la hija, tiene que decidir entre la vida de su hija y la vaca que alimentaba a sus otros 7 hijos. Este relato permitió que la audiencia comprendiera las adversas características de la región de Chiquimula, donde el doctor trabaja y donde es muy difícil vivir con dignidad ya que la situación agrícola, la sequía y las tierras áridas dificulta la obtención de los alimentos.
Carlos Arriola, doctor experto en desnutrición infantil
Posteriormente, Arriola manifestó que las acciones para combatir estas malas condiciones pasan por “formar a las personas sobre una soberanía alimentaria basada en el derecho a la alimentación, partiendo del conocimiento de las leyes de su país para que sean los pobladores por sí mismos quienes luchen por obtener ese derecho». Arriola está convencido de que el hambre en su país, es una estrategia política porque un pueblo empobrecido es más fácil de manipular.
De igual manera, el doctor expresó que muchas veces “nos acostumbramos a exigir la cosecha, pero no a sembrar y ésto es a lo que está llamando la Campaña de Manos Unidas: a que juntos nos solidaricemos con las personas más necesitadas y contribuyamos a sembrar la semilla del desarrollo; es decir, no se trata sólo de conseguir alimentos, sino de promover procesos que generen condiciones para una vida mejor”. Arriola finalizó motivando a los medios de comunicación a que se sumen a esta Campaña y les pidió que ellos, a través de su información, «siembren esperanza para poblaciones que han sido postergadas» y se logre lo que dice el libro de los mayas, el “Popol Vuh”: “que todos se levanten, que nadie se quede atrás”.
Soledad Suárez, Presidenta de Manos Unidas, presentó las cifras de la organización y denunció la situación del hambre en el mundo así como el gran desperdicio de alimentos que se da en España. En 2015 los ingresos totales provisionales de Manos Unidas se han incrementado un 4,7% hasta los 45,1 millones de euros, sobre todo por el aumento en un 5,4% de las donaciones privadas. Suárez agradeció el apoyo a la Organización porque “estos ingresos han hecho posible que hayamos aprobado cerca de 600 proyectos de desarrollo que han beneficiado de manera directa a 2,8 millones de personas”.
Soledad Suárez, presidenta de Manos Unidas
Soledad Suárez explicó cómo la palabra “siembra” representa el principio de la alimentación y “la actividad prioritaria de muchos de nuestros socios locales y comunidades a las que acompañamos en nuestros proyectos y es que 2.500 millones de personas dependen de la agricultura para vivir”. La presidenta de Manos Unidas recordó que son justo esas personas las más vulnerables a los desastres naturales y a las crisis humanitarias; a la especulación con el precio de los alimentos; al acaparamiento de tierras y a la escasez de agua y su contaminación.
Soledad Suárez anunció que en el año 2016, y sólo para la ejecución de Proyectos de Seguridad Alimentaria en los países en desarrollo, Manos Unidas destinará un presupuesto aproximado de 11 millones de euros; un 10% más con respecto a los años anteriores 2014 y 2015.