El primero de los apuntes de la celebración del pasado 12 de Octubre, con ribetes históricos -para la continuación o defección de la Corona- fue que había nacido una estrella: la Princesa y empática Leonor, embutida en toda ocasión en su uniforme de dama cadete de la General.
En uno de los corrillos en los que el columnista tuvo ocasión de cambiar impresiones con el siempre prudente Rey Felipe al hacer mención de su heredera comentó: «Por ese flanco, la cosa está bien cubierta». Es un lugar común entre las personas que conocen al Monarca hablar de la capacidad de humor irónico que tiene el Jefe del Estado, y, en esta ocasión, el interlocutor intuyó que tiraba con bala. No puede extrañar la satisfacción de los padres de la princesa. Doña Letizia no la abandonó en ningún momento en los salones del Palacio Real, al ver cómo, llegado el momento, la que está llamada a ser la reina de todos empieza con buen pié. Lleva dieciocho años preparándose para rendir servicios al pueblo y la nación a los que debe el hecho de ser Princesa.
El segundo apunte tiene que ver con la situación política por la que atraviesa España. A los que acudieron a tan singular recinto como es el Palacio Real no les cabía duda alguna: Pedro Sánchez -que llegó, habló de sus particulares abucheos y desapareció- conseguirá su investidura gracias a su posición genuflexa ante aquellos que buscan liquidar el Estado y, de paso, mandar al exilio a Don Felipe y a su familia. Sin embargo, a los sesudos expertos constitucionalistas que adornaban las estancias todavía les queda un estrecho margen para repetir elecciones el 14 de enero. «Porque ningún jefe de Gobierno en su sano juicio daría el paso que Junqueras y Puigdemont exigen que dé el candidato socialista». Para éstos, significaría el fin de todo lo conocido para adentrarse en el proceloso mundo de lo desconocido…
El tercer apunte es la previsión acerca de cuánto durará el Rey en la cúpula del Estado. Precisamente íntimamente ligado esto a lo anterior. Si Pedro Sánchez, que abandonó el Palacio Real antes que el Rey Felipe en una clara muestra de desdén y desprecio, consigue poner en pie Frankenstein II resulta más que obvio que empezarán el primer día las embestidas de comunistas, separatistas y grupos marginales de todo signo contra la forma de Estado.
Y un cuarto corolario: muchos de los asistentes se preguntaban dónde estaba Núñez Feijóo, que se encontraba en el recinto palaciego. Al parecer, Moncloa redujo a la cúpula popular en una habitación ignota a los efectos de dejarles poco margen al deambular libre entre la concurrencia.
¿Volverá España a celebrar otro 12 de octubre presidido por la misma persona que en este 2023?
GRACIANO PALOMO
Publicado en OKdiario
14 de octubre 2023.