En la sede de las Naciones Unidas en Nueva York, el Observador permanente de la Santa Sede intervino en el Foro de Alto Nivel titulado «Promover una cultura de paz en la era digital»: la dependencia excesiva de estas técnicas corre el riesgo de mercantilizar la educación, su uso debe hacerse con sentido de la responsabilidad.
Nueva York (Estados Unidos), 1 de septiembre 2023.- Dos fueron los temas centrales examinados por Monseñor Gabriele Caccia en su intervención de ayer, 31 de agosto, en el Foro de las Naciones Unidas: el impacto de las tecnologías digitales en la educación y su papel en la difusión de una cultura del encuentro y del diálogo, concluyendo, haciéndose eco de las palabras del Papa Francisco, que la promoción de dicha cultura «es posible gracias al progreso tecnológico, si éste va acompañado de una ética inspirada en una visión del bien común».
La inteligencia artificial y la promoción de la paz
Es imposible no reconocer las oportunidades y al mismo tiempo los desafíos que el progreso digital ha aportado en los últimos años a la tarea de promover una cultura de paz. Tanto es así que, señala el Representante vaticano, el propio Papa Francisco decidió dedicar su mensaje para la próxima Jornada Mundial de la Paz 2024 a la Inteligencia Artificial en relación con la paz.
La educación como formación integral de la persona
Al abordar el primer tema central, es decir, la tecnología y la educación, el Prelado señaló que «una excesiva dependencia de ellas corre el riesgo de mercantilizar la educación, degradándola a un mero instrumento de transmisión de conocimientos técnicos y privándola de un elemento humano esencial». De hecho, son los padres, los profesores, los políticos, los periodistas, las organizaciones y los grupos religiosos quienes tienen «un papel clave en la promoción de una cultura de paz», y en particular cuentan en la formación de los jóvenes en los valores del diálogo, el encuentro, la legalidad, la solidaridad, la paz y la justicia.
Es necesario un uso responsable de las nuevas tecnologías
En cuanto al papel de las innovaciones tecnológicas en la difusión de una cultura de la escucha y del diálogo, Monseñor Caccia subrayó cómo permiten hoy a los individuos «ejercer su derecho a la libertad de opinión y de expresión. Sin embargo, deben utilizarse con responsabilidad, ya que los derechos humanos implican también los correspondientes deberes». En este sentido, recordó el Observador permanente, el Papa Francisco afirmó recientemente que «en una época en la que todos parecen comentarlo todo, incluso al margen de los hechos y a menudo incluso antes de estar informados, redescubramos y volvamos a cultivar más la realidad de los hechos para no correr el riesgo de que la sociedad de la información se convierta en la sociedad de la desinformación».
El progreso se inspira en la ética del bien común
Y es otra cita del Papa Francisco con la que concluye el discurso de Monseñor Caccia que se convierte en reflexión y orientación a la acción cuando advierte que un «mundo mejor es posible gracias al progreso tecnológico, si éste va acompañado de una ética inspirada en la visión del bien común, una ética de la libertad, de la responsabilidad y de la fraternidad» que favorezca el desarrollo de las personas «en relación con los demás y con toda la creación».
ADRIANA MASOTTI
Ciudad del Vaticano
Imagen: Monseñor Gabriele Caccia, Observador permanente de la Santa Sede ante las Naciones Unidas.