Con el 1-0 tuvo ocasiones para sentenciar el partido pero fallo claras oportunidades de gol.
El Sevilla puso en serios aprietos al campeón de Europa jugando al contraataque. Con una defensa bien organizada controló la posesión del equipo de Guardiola y cuando recuperaba el balón salía con rápidas transiciones poniendo en serias dificultades a la defensa del Manchester City.
Se adelantó en el marcador y sus rivales no encontraban la forma de crear peligro, lo que si consiguió el Sevilla con varias oportunidades de gol, especialmente dos uno contra uno que no se convirtieron en gol más por el fallo del delantero sevillista que por el acierto del portero citizen.
El Manchester City no encontraba a Haland, su delantero estrella, pero fruto de tener la pelota llegó el empate a uno que se mantuvo hasta finalizar el encuentro. Los penaltis decidirían la Supercopa de Europa que cayó del lado del equipo británico al anotar sus cinco disparos, mientras que el Sevilla fallaba el quinto de su serie.
El Sevilla jugó como tenía que jugar, luchó sin reservas y dejó claro que es un equipo competitivo. Sin restarle méritos al vencedor, el Sevilla también pudo haber ganado. Perdió, pero lo hizo con dignidad.