Es natural la tendencia de los profesionales de la información (no tanto de la opinión) por avanzar la composición de un nuevo Gobierno -si se produjera o produjese- después de un lustro de sanchismo. En esta ocasión, si embargo, las cosas no están demasiado fáciles.
Núñez Feijóo no es precisamente un imberbe recién llegado a la política y de ahí que esté dando pistas con cuentagotas acerca de la futura composición de su primer Gobierno, insisto, siempre y cuando el pueblo español le otorgue la confianza necesaria para poder llevar adelante sus planes. Porque no es lo mismo poder contar con 165 escaños -según los expertos tesis posible si funciona el voto útil- que quedarse en 145. Si ocurriera lo primero, el jefe del PP podría gobernar con un Gabinete monocolor, cosa que ya hizo Adolfo Suárez en los inicios de la Transición. Si se produjese lo segundo, resulta obvio que Santiago Abascal tendrá algo que decir, es decir, el panorama será bastante diferente.
Hasta la fecha, el candidato de centroderecha lo único que ha dicho es que su vicepresidenta será una mujer «conocida», que no ha formado parte de ningún ejecutivo nacional, pero sí tiene experiencia de gobierno. Cualquier mediano conocedor del pensamiento del muchacho de Los Peares (cosa nada fácil) podrá colegir que tiene en mente a su número 2 en el PP, Cuca Gamarra, siendo descartada, la muy querida entre la grey popular, Fátima Báñez que fue ministra durante siete años bajo el manto y mando de Mariano Rajoy.
También ha dicho Núñez Feijóo que su ministro de Economía será una persona independiente, es decir, no militante, con prestigio nacional e internacional, técnico hasta las cachas y de solvencia acreditada en las cosas de comer. En los ambientes financieros y empresariales se da vueltas a los posibles nombres. El que más consenso concita al respecto es el actual Gobernador del Banco de España, Hernández de Cos, que, en efecto, es personaje con acreditada trayectoria de que algo sabe sobre el devenir de la economía.
No dejan de resultar meras especulaciones -con algún dato, cierto-, pero meras especulaciones. En cualquier caso, lo que los españoles exigirán a Alberto Núñez Feijóo es un equipo solvente, sobre todo, que no diga ni haga tonterías. La herencia es tan condenadamente endemoniada que no hay resquicio para las paqueiradas. El que mejor conoce la pista en la que tendrá que bailar es, sin duda, el propio protagonista.
GRACIANO PALOMO
Publicado en OKdiario.
Domingo 16 de julio 2023.