Nacho Álvarez, el mejor economista que tuvo nunca Podemos (ahora en Sumar), entre otras cosas, porque no hay otro, ha querido impresionar a su nueva jefa y se ha inventado una paga de 20.000 euros para los jóvenes cuando cumplan 23 años a título de herencia universal de la que tampoco han dado muchos detalles, salvo que la impresionante cuantía se pagaría con cargo a los «ricos».
Es comprensible la carcajada general entre aquellos que han usado la calculadora para concluir lo que supondría llevar a la práctica la ocurrencia electoral. Sorprende, en cualquier caso, que dicha paqueirada venga avalada por una mujer, Yolanda Díaz, que es vicepresidenta del Gobierno y lleva cuatro años al frente del Ministerio de Trabajo, esto es, que debe tener algún contacto con la realidad.
El profesor Pérez Tapias, andaluz de porte y humor, socialista por más señas, se ha referido a la herencia de los 20.000 euros de esta guisa: «La verdad, Shakespeare no se esperaba esta versión de su comedia El sueño de una noche de verano…». Otros expertos han tabulado la generosa oferta sumando la cifra global atendiendo a los nacimientos: 38.000 millones de euros. Lo que resulta más gracioso es de dónde van a sacar mayúscula tajada. ¿De los ricos? ¿Otra vez con la cantaleta? Si hubieran estudiado un mínimo, resulta que en la denostada amnistía fiscal que hizo en su día el ministro Montoro apenas pudieron recaudarse mil millones de euros y ahora sería mucho menos. Los ricos suelen tener economistas y fiscalistas mucho más listos que los cerebros ex podemitas (ahora yolandistas) y ni buscando debajo de las piedras se podría lograr dicha cantidad.
En realidad, la idea de la factoría de Nacho Álvarez no es nada original. Ya la expresó en su día el famoso economista Thomas Piketty –incluso en una transferencia siete veces mayor- y años después es recogida por la ambición electoralista de Díaz y su equipo.
La primera premisa del gobernante es, sin duda, el realismo. Así, la situación de los jóvenes españoles –el mayor índice de paro de toda la UE- no terminará de salir del atolladero. Está bien, es loable cualquier intento de poner algo de optimismo a un horizonte tan negro. Pero no insuflar esperanzas vanas que luego conducen directamente a la melancolía. No parece que ni lo del interrail, y ahora la herencia, hayan conquistado a los jóvenes. Simplemente, no se lo creen. A lo que aspiran, una vez terminada su formación, es a encontrar un trabajo digno, una vivienda digna y pagar unos impuestos justos y razonables. Los experimentos con gaseosa.
GRACIANO PALOMO
Publicado en OKdiario.
Sábado 8 de julio 2023.