El Secretario de Estado acudió al municipio de Schio, en la provincia de Vicenza, para la ceremonia de inauguración de la escultura «Let The Oppressed Go Free» dedicada a Santa Josefina Bakhita, realizada por el artista canadiense Timothy Schmalz: «El encierro en nosotros mismos nos impide abrir los ojos al otro. Debemos liberarnos de la indiferencia con la que miramos la realidad de nuestros días de sufrimiento, dolor y vulnerabilidad».
Ciudad del Vaticano.- Rezar a Santa Josefina Bakhita, la monja africana que trabajó por la liberación de los esclavos y que es patrona de las víctimas de la trata, para que nos libere a cada uno de nosotros de la «esclavitud» del individualismo y nos impulse a hacer algo por los demás. Este es, en síntesis, el deseo expresado por el cardenal secretario de Estado vaticano, Pietro Parolin, que esta mañana, 29 de junio, ha bendecido la escultura «Let The Oppressed Go Free» (Dejen libres a los oprimidos) en Schio, en la provincia de Vicenza. Se trata de una obra dedicada precisamente a Santa Bakhita, realizada por el artista canadiense Timothy Schmalz, autor ya del monumento Angel Unwares que representa a los migrantes de hoy y de ayer y que el Papa quiso colocar en la plaza de San Pedro.
Las diversas formas de trata en el mundo
La escultura bendecida por el cardenal representa a Bakhita mientras abre una trampilla de la que emergen figuras que representan las diversas formas de trata que existen en el mundo. Realizada en bronce, con 6 metros de largo, 1,2 de ancho y 2,4 de alto, «Let The Oppressed Go Free» ha sido posible gracias a la contribución financiera de la Rudolph P. Bratty Family Foundation, fundación perteneciente a una familia de emigrados a Canadá desde el norte de Italia.
Liberarnos de la esclavitud del encierro en nosotros mismos
En la ceremonia de inauguración en Schio, municipio del Véneto donde Parolin ejerció como vicepárroco durante dos años en la década de 1980, el Secretario de Estado -recibido con aplausos y los mejores deseos en su onomástica- quiso en primer lugar felicitar «de todo corazón» por la iniciativa y a «todos los implicados»: desde el artista al municipio, pasando por los benefactores. «Un gran agradecimiento», dijo el cardenal. Después, mirando la escultura, subrayó cómo la misma invita a la reflexión, a saber, que «las personas representadas no terminan ahí», a la altura de la trampilla, sino que «continúan», siguen bajo tierra. «Si no todos los hombres del mundo, al menos los aquí presentes pueden verse representados, porque creo que todos tenemos una esclavitud de la que debemos liberarnos, y todos debemos pedir a Santa Bakhita, patrona de las víctimas de la trata, que nos ayude a liberarnos de la esclavitud del encierro en nosotros mismos», dijo el cardenal.
Comprometerse a hacer algo por los demás
La referencia es a «ese individualismo que nos impide ocuparnos de los demás, como deberíamos hacer». «El Papa Francisco sigue insistiendo sobre este punto: sobre la indiferencia con la que miramos la realidad de nuestros días, especialmente la realidad del sufrimiento, del dolor y de la vulnerabilidad, la incapacidad de dar respuestas», remarcó el cardenal. «Creo -añadió- que sólo si nos liberamos de esta esclavitud a la que todos estamos sometidos -no hay nadie que pueda afirmar que está exento- podremos abrir los ojos, darnos cuenta de las situaciones que existen en el mundo y también cerca de nosotros, en nuestra realidad, y podremos ocuparnos y hacer lo que podemos hacer. No podemos hacerlo todo, pero creo que cada uno de nosotros puede hacer algo». El deseo de Parolin es, por tanto, «que todos se sientan comprometidos a trabajar en esto».
SALVATORE CERNUZIO
Imagen: El cardenal Parolin inaugura en Schio una estatua del artista Timothy Schmalz
dedicada Santa Bakhita contra el tráfico de personas .