La audiencia del Papa Francisco con miembros del Grupo del Partido Popular del Parlamento Europeo estaba prevista para el 9 de junio en el Vaticano. Dado que el encuentro no tuvo lugar, el Santo Padre envió un mensaje desde el Hospital Gemelli a su presidente, Manfred Weber, en el que pide a los parlamentarios una fuerte toma de conciencia de la responsabilidad de los políticos cristianos «para traducir el gran sueño de la fraternidad en acciones concretas de buena política a todos los niveles».
La responsabilidad de los políticos cristianos, la riquísima herencia de la doctrina social de la Iglesia a la que recurrir en nuestro trabajo cotidiano, la idea de una Europa que sepa mantener juntas la unidad y la diversidad de las culturas, la necesidad de una visión elevada de la política que haga realidad el sueño de la fraternidad y garantice a todos los hombres y mujeres del continente una vida respetuosa del ser humano.
Estos son algunos de los contenidos del mensaje enviado por el Papa Francisco al presidente del Grupo del Partido Popular Europeo del Parlamento Europeo, PPE, Manfred Weber. El texto lleva la fecha del 9 de junio, día en el que estaba prevista la audiencia con los parlamentarios del PPE, cancelada posteriormente debido a la hospitalización del Santo Padre en el Policlínico Gemelli.
Superar la brecha entre ciudadanos e instituciones
El Pontífice recuerda su visita al Parlamento Europeo en noviembre del 2014 y desea ofrecer algunos elementos de reflexión. La primera surge de la constatación del menor interés de los ciudadanos de a pie por el Parlamento Europeo en comparación con las primeras elecciones de los miembros de la institución. Es necesario entonces, escribe, «cuidar bien la relación entre ciudadanos y parlamentarios».
“Se trata de un problema clásico de las democracias representativas. Y si ya es difícil mantener vivo el vínculo dentro de cada país, aún lo es más para el Parlamento Europeo, que está aún más ‘distante’. Pero, por otra parte, hoy en día la comunicación puede ayudar mucho a superar las distancias”.
La formación continua es necesaria para los parlamentarios
Un segundo punto es el pluralismo, que es de esperar en un gran grupo parlamentario, pero el Papa Francisco subraya que, sobre ciertos principios y valores éticos, «necesitamos estar unidos» y para ello es necesaria una formación adecuada de sus miembros. Y observa.
“Es normal que necesiten también momentos de estudio y reflexión en los que profundizar y debatir las cuestiones éticamente más relevantes. Es un reto apasionante, que se juega sobre todo en el plano de la conciencia, y que pone de relieve también la calidad de quien hace política. El político cristiano debe distinguirse por la seriedad con la que afronta las cuestiones, rechazando soluciones oportunistas y manteniéndose siempre firme en los criterios de la dignidad de la persona y del bien común”.
La Doctrina Social de la Iglesia como punto de referencia
El Obispo de Roma señala «un patrimonio muy rico en la que apoyarse para aportar su contribución original a la política europea, a saber, la doctrina social de la Iglesia» y subraya en particular los dos principios de solidaridad y subsidiariedad..
“Hay aspectos ético-políticos, ligados a cada uno de estos dos principios, que comparten con colegas de distintas filiaciones, que ponen el acento en uno o en otro respectivamente; pero el entrelazamiento de ambos, el hecho de activarlos conjuntamente y hacerlos funcionar de manera complementaria, esto es propio del pensamiento social y económico de inspiración cristiana, y por ello está particularmente confiado a su responsabilidad”.
Para Europa una inspiración alta y fuerte
Fundamental es entonces, continúa el Papa Francisco, poseer «la visión de una Europa que mantenga juntas la unidad y la diversidad», que tenga en cuenta la variedad de las distintas culturas e identidades de los pueblos y que al mismo tiempo logre, con sus instituciones e iniciativas, que «este riquísimo mosaico forme figuras coherentes».
“Y para esto se necesita una fuerte inspiración, un ‘alma’, me gusta decir que se necesitan ‘sueños’. Se necesitan valores elevados y una visión política elevada. Con esto no pretendo restar importancia a la gestión ordinaria, a la buena administración ordinaria, de hecho, si es buena ya es mucho. Pero no basta, no es suficiente para sostener una Europa que se enfrenta a los grandes retos globales del siglo XXI. Para afrontar estos retos como una Europa unida, necesitamos una inspiración alta y fuerte”
Traducir la fraternidad en acciones concretas
El pensamiento de Francisco se dirige a la «apuesta original» de los padres fundadores de la unidad europea para pedir a los parlamentarios que atesoren sus enseñanzas, superando la idea de una organización política que sólo busca proteger los intereses de sus naciones, para construir un lugar donde todos puedan vivir una vida «fraterna y justa».
En este sentido, la fraternidad, «el gran ‘sueño’ – escribe el Papa – que he compartido con toda la Iglesia y con todos los hombres y mujeres de buena voluntad», puede ser «una fuente de inspiración» para dar nueva alma a Europa a través de «un proyecto de alcance mundial». El Papa precisa su pensamiento.
“Considero que los políticos cristianos de hoy deberían ser reconocidos por su capacidad de traducir el gran sueño de la fraternidad en acciones concretas de buena política a todos los niveles: local, nacional, internacional. Por ejemplo: desafíos como el de las migraciones, o el del cuidado del planeta, me parece que sólo pueden ser abordados a partir de este gran principio rector: la fraternidad humana”.
La idea original de los fundadores de una Europa unida
El Papa insiste en llamar la atención sobre el principio inspirador de construir una Europa unida, tras las tragedias de las guerras del siglo pasado, y escribe.
“¿Qué ideal, sino el de generar un espacio en el que se pueda vivir en libertad, justicia y paz, respetándose mutuamente en la diversidad? Hoy en día, este proyecto se ve sometido a prueba en un mundo globalizado, pero puede relanzarse recurriendo a su inspiración original, más actual y fecunda no sólo para Europa, sino para toda la familia humana”.
Para concluir, el Papa en su mensaje invita a mirar a los jóvenes que piensan primero su vida dentro de un horizonte europeo en el que se mueven, estudian y trabajan. «Mirémoslos a ellos – escribe – a los jóvenes, y pensemos en una Europa y un mundo que estén a la altura de sus sueños».
ADRIANA MASOTTI
Ciudad del Vaticano
Imagen: El Papa Francisco durante el encuentro con una delegación del Grupo del Partido Popular Europeo
del Parlamento Europeo, 18 de marzo de 2022.
(Foto: Vatican Media)