La implicación de los padres en la educación de sus hijos es una de las claves para su formación y su éxito académico. Su papel es fundamental para asegurar que desarrollen todo su potencial y tendrá un impacto muy significativo, tanto en el desarrollo de su aprendizaje como en su bienestar.
Sin duda, hay muchas formas de participar activamente en la vida escolar de los estudiantes. Desde mantener un trato estrecho con el centro educativo, hasta guiarles en el estudio o, simplemente, mantener una comunicación constante sobre el día a día.
En este sentido, ¿cómo podemos implicarnos en la vida escolar desde los hogares para reforzar el aprendizaje de los niños? Un buen ejemplo es el que emplea la pedagogía Montessori que, más que un sistema de enseñanza es una actitud ante la vida, en la que la participación de las familias es crucial.
Esta pedagogía está basada en la idea de que los niños son naturalmente curiosos, desean aprender, y lo hacen mejor cuando tienen la libertad de explorar y descubrir el mundo a su alrededor de manera autónoma. Por lo tanto, el papel de los padres, así como de los educadores, es el de hacer de guía y ofrecer un ambiente seguro y preparado para que el niño pueda aprender a su propio ritmo.
De este modo, en la pedagogía Montessori, la implicación de los padres es crucial. Aquí algunas ideas basadas en este método sobre cómo los padres pueden involucrarse en la educación de sus hijos:
- Implicación directa en la vida escolar: Los padres, además de asistir a las reuniones escolares, deben conocer de primera mano a los profesores y comprender el proyecto educativo de sus hijos. Esto ayudará directamente en su proceso de aprendizaje y en el desempeño académico.
- Reforzar el propio aprendizaje desde el hogar: Mediante tareas como, la lectura de libros, la realización de actividades, etc. Incluso, si éstos llegan a casa emocionados por algo que han aprendido, podemos contribuir a profundizar en el tema y a seguir practicándolo en el hogar.
- Potenciar la motivación: Los padres juegan un papel crucial en el desarrollo de la motivación de sus hijos, ya que tienen la capacidad de influir en su actitud hacia el aprendizaje y en su percepción de la importancia de la educación. Frases como «has hecho un gran esfuerzo» o «lo lograste por ti mismo» pueden ayudar al niño a sentir una motivación intrínseca para alcanzar sus objetivos. De este modo, cuando los niños se sienten apoyados y valorados por sus padres, proporcionan efectos positivos en su autoestima y en su capacidad de afrontar desafíos.
- Promover su independencia: A medida que los niños crecen, necesitan aprender a tomar decisiones y a asumir responsabilidades por sí mismos. En la pedagogía Montessori este aspecto es fundamental. Los padres, desde el hogar, pueden asignar tareas a sus hijos, de modo que tienen la oportunidad de responder por sí mismos a tareas sencillas como, por ejemplo, hacer la cama y otras tareas sencillas.
- Fomentar su creatividad: Los padres pueden alentar a sus hijos a explorar sus intereses y desarrollar habilidades creativas. Esto puede incluir actividades como dibujar, tocar un instrumento, ejercicio físico o hacer manualidades, formas entretenidas y gratificantes de pasar tiempo juntos y contribuir en su aprendizaje.
- Mantener el contacto constante con la naturaleza: reservar momentos del día para conectar con la naturaleza, paseando por el parque o tomando un almuerzo al aire libre, ayuda a desarrollar la capacidad de atención y es importante para el desarrollo físico y cognitivo de los niños.
Con todo esto, podemos reforzar desde los hogares la participación en la educación de nuestros hijos, apoyando sus procesos de aprendizaje y potenciando su desarrollo en todos los sentidos. Además, cabe destacar la importancia de mejorar la comunicación y relación entre el hogar y la escuela, de modo que, conjuntamente, seamos capaces de potenciar los puntos fuertes de cada estudiante.
GRETCHEN HANGER
Profesora de Infantil en TEMS, The English Montessori School.