Si hace 50 años, cuando empezó a distribuirse masivamente el primer ordenador, alguien hubiera pensado utilizar esta máquina tan innovadora en el mercado y en la vida de las personas para comprar productos de primera necesidad, conocer gente nueva, comunicarse con sus seres queridos a través de videollamadas, reservar una mesa para cenar en su restaurante favorito y hasta recibir una clase online, seguro que habría sido una auténtica locura. Sin embargo, hoy en día, se puede hacer eso y mucho más ya que la tecnología, que es las que nos lo permite, forma parte esencial de nuestra vida.
La tecnología se ha convertido en parte fundamental de la rutina diaria de todos y sin la cual ya nos sería muy difícil acostumbrarnos a vivir. Asimismo, cada vez más, las nuevas generaciones se están acostumbrando a vivir en un mundo completamente digital donde predominan las pantallas, disponen de muchísima información en un solo click y necesitan estar permanentemente conectados. No podemos negarlo: la tecnología ya no es una opción para las nuevas generaciones, sino su estilo de vida.
De esta manera, los niños del futuro demandan una educación adaptada a su nuevo estilo de vida y orientada a reforzar la idea de que el mundo ya no es solo físico, sino que ahora predomina la digitalización, modernidad y conectividad. Entonces, ¿cómo es posible innovar en un sector que está arraigado a mantener las viejas costumbres? ¿Cómo se puede acercar más a las nuevas generaciones para que se interesen en aprender?
La clave principal es reconocer que el mundo está cambiando y lo menos idóneo, como padres y educadores, es negarnos, cruzar los brazos y refutar la idea de que ya nada es como antes. Es necesario aceptar que lo nuevo también puede ser bueno y aprender a implementar las TIC (tecnología de la información y comunicación) como una herramienta fundamental en el aula, nunca como una sustitución en el sector educativo, y asumir que las mismas suponen un gran beneficio en la educación, el desarrollo personal, el sentido de exploración y el recorrido académico de los más pequeños de la casa.
Por eso, la utilización de tecnologías en el aula, ya sea en la educación infantil, primaria, secundaria, bachillerato o en la etapa universitaria, es un hecho imprescindible para poder adaptarse a las nuevas necesidades y forma de vida de los alumnos de las nuevas generaciones, que conlleva muchos beneficios.
Con omisión del beneficio más conocido, que es la posibilidad de desarrollar clases de manera virtual sin necesidad de moverte de la casa, las tecnologías ayudan en la motivación diaria de los niños, y, por lo tanto, sus ganas de ir al colegio, debido a la posibilidad de utilizar elementos interactivos y dinámicos al mismo tiempo que aprenden. También, favorecen el desarrollo de capacidades como la solidaridad, la cooperación y el trabajo en equipo, ya que es mucho más sencillo organizar y llevar a cabo actividades en grupo. Además, favorece la buena relación del profesor con su alumno, de manera que el aprendizaje resulte más ameno, útil y satisfactorio.
Una educación basada en proyectos y en la personalización: la clave de la innovación
Por otro lado, es importante saber que existen diferentes tipos de inteligencia, de maneras de aprender y grados universitarios mucho más especializados orientados a lograr el mayor beneficio del talento de cada una de las personas. Algo diferente a lo que se está acostumbrado a ver y escuchar.
Por eso, otra manera de innovar y adaptarse a las nuevas necesidades en las aulas es a través de una educación que se enfoque en desarrollar y potenciar las habilidades, cualidades y atributos más destacados en cada estudiante. Y que, además, esté a la altura para ayudar a los estudiantes a enfrentar la alta competitividad en la economía global y el mercado laboral.
Favorablemente, existe un programa de educación basado en cumplir estos objetivos: el Bachillerato Internacional, un programa educativo que nace con el fin de abarcar el bienestar intelectual, social, emocional y físico de los estudiantes. Actualmente, se ha convertido en una opción idónea para aquellos estudiantes que buscan una educación integral, de alta calidad y orientada a prepararse para tener éxito en una sociedad más globalizada, diversa y digital.
También, otra característica indudable de este innovador programa es que está basado en una educación personalizada y adecuada a las diferentes necesidades de cada estudiante. Lo esencial es saber en qué destaca cada uno de los alumnos, para elaborar un plan de acción que lo ayude a desarrollar sus habilidades y aprenda a enfatizarlas para diferenciarse en el mercado laboral.
Para concluir, la innovación es un elemento clave en las aulas para seguir educando de la mejor manera y que, además, permitirá formar a los niños de hoy en adultos del mañana que sean capaces de desarrollarse en una sociedad que está constantemente evolucionando e implementando nuevas herramientas tecnológicas.
OLIVIA BAENA
Profesora de primaria en el Colegio Europeo de Madrid.