No hay ningún Gobierno en el mundo libre, mucho menos en la UE, que se atreva a plantear una ley para regular la vivienda en la que se prime el derecho del okupa frente al legítimo derecho del propietario. Ninguno, salvo el Frankenstein en España.
No es éste un tema baladí. Afecta a millones de personas, unas porque no tienen posibilidades de adquirir una vivienda en propiedad ante el desastre económico al que asistimos; otras porque tampoco encuentran donde cobijarse ante la carestía del alquiler (al alza por la falta de oferta, retraída ante las condiciones cubanas establecidas por el Gobierno) y, finalmente, otras asustadas ante el hecho de que los okupas les han birlado el apartamento amasado con muchos años de trabajo y ahorro al objeto de compensar la magra pensión que reciben.
Pues bien, frente al derecho consagrado desde los tiempos de Roma a la propiedad, el Gobierno del señor Sánchez, con el espinazo doblado por los independentistas catalanes (ERC) y los bilduetarras, sin los cuales no podría durar ni un minuto, se vanagloria de sacar adelante una ley que no tiene un pase ni ante el Tribunal Constitucional español, ni ante las instancias comunitarias europeas. Si no hay parque suficiente de viviendas en alquiler es porque los legítimos propietarios han decidido no alquilar porque, sencillamente, no les compensa. ¿Algún problema con ello? Tampoco, cinco años después, el Gobierno de Sánchez se ha preocupado por este grave problema; claro, que más de la mitad del mismo vive gratis total en lujosos inmuebles del Estado, entre ellos, muchos(as) que van dando lecciones de justicia y solidaridad.
Es una ley, como tantas, que sólo servirá para excitar las bajas pasiones de los okupantes; de paso, perjudicará a la clase humilde que busca cobijo en régimen de alquiler ante el hecho cierto que dada la persecución a los pequeños propietarios estos impondrán la ley del sentido común: abstenerse de poner sus inmuebles en el mercado. Durará poco tiempo la dichosa ley oportunista y electoralista. Porque si, en efecto, el pueblo español, ante el desastre y el carajal de Sánchez, decide libremente llamar a otro primer ministro en su lugar, esta ley –insisto, como otras- irá directamente al inodoro. Una vez más, son lo que parecen: inútiles, sectarios e incompetentes.
GRACIANO PALOMO
Publicado en OKdiario.
Domingo 23 de abril 2023.