Cuando hace ahora un año los barones y dirigentes del Partido Popular fueron en busca de Alberto Núñez Feijóo, el galaico nunca pudo pensar que sólo con la voluntad de liderar el centroderecha español le iba a caer de inmediato tal somanta de palos. Desconocía el pelaje de Pedro Sánchez y la catadura moral de los que le rodean. Al fin y a la postre reman por mantener el estatus social y económico que la sociedad civil ni les brindó ni les ofrecerá a su salida del poder político.
Si hace doce meses, el PP como articulación principal del centroderecha en España, estuvo a punto de saltar por los aires ante el fiasco Casado/García Egea tras el ataque infantil a la lideresa madrileña Díaz Ayuso, un año después ese PP que estuvo a punto de volar por los aires tras una monumental crisis, aparca cerca del complejo de La Moncloa a la espera de que el pueblo le entregue la llave para acceder a palacio.
Feijóo, con algunos errores (la política en Madrid no es la misma, ni se mide por los mismos registros que en Galicia, entre ellos los mediáticos), ha unido al partido, presenta soluciones a los muchos y graves problemas del país y, sobre todo, sabe recoger votos a diestra y siniestra que van quedando en el camino.
Escrito todo lo anterior, tengo que decir y afirmo que unas elecciones generales no las gana nunca la oposición. Las pierden los Gobiernos. Es el caso. Los argumentos para mandar a casa a Sánchez y sus cuates son tan numerosos, serios, graves que salvo las encuestas de Tezanos todas ellas aventuran un cambio de ciclo y de líder en España. ¿Que Sánchez y sus frankensteines pequeñitos están dispuestos a forzar la maquinaria democrática? Eso es algo con lo que hay que contar desde el principio. ¿Que están haciendo cosas raras con el censo y los inmigrantes? Todo indica que sí. ¿Que manipulan sin pudor los medios públicos -TVE, Efe- y lo intentan también con los privados? Nada más hay que encender algún dial radiofónico o apretar el mando televisivo.
Feijóo debe estar satisfecho. Principalmente por las óbleas xacobeas que le remiten cada día desde todos los ministerios y las baterías hueras de Ferraz. Basta simplemente con aplicar el viejo adagio cervantino: ¿Ladran, Sancho?… ¡Pues eso!
GRACIANO PALOMO
Publicado en okdiario
Sábado 8 de abril 2023