En la Oficina de Prensa de la Santa Sede ha tenido lugar la presentación del manual »Making Human Rights Work for People Living in Extreme Poverty: a Handbook for Implementing the UN Guiding Principles on Extreme Poverty and Human Rights» (Derechos humanos para las personas que viven en la extrema pobreza: un manual para la aplicación de los principios rectores de la ONU sobre la extrema pobreza y los derechos humanos). Han intervenido en el acto Mons. Bernardo Johannes Bahlmann, O.F.M., obispo de Óbidos (nordeste de Brasil); Michel Roy, Secretario General de Caritas Internationalis; P. Michael A. Perry, O.F.M., Ministro General de la Orden Franciscana de los Frailes Menores, Francesca Restifo, Franciscans International (FI), Directora de Abogacía Internacional y Jean Tonglet, ATD Fourth World (Cuarto Mundo) Delegado para Italia y Relaciones con la Santa Sede.
Mons. Bernardo Johannes Bahlmann, O.F.M.,
obispo de Óbidos (nordeste de Brasil)
Tras las intervenciones de mons. Bahlmann, que habló de la deforestación del Amazonas y de las consecuencias catastróficas para las poblaciones que la habitan y para todo el planeta y del Padre Perry que recordó cómo los franciscanos viven en estrecho contacto con comunidades afectadas por la pobreza en diversas partes del mundo e intentan establecer un fuerte vínculo entre la protección de sus derechos y los del ambiente, tomó la palabra Francesca Restifo que explicó el contenido y los objetivos del Manual.
Francesca Restifo, Franciscans International (FI),
Directora de Abogacía Internacional
»La eliminación de la pobreza extrema no representa solamente un deber moral -afirmó Restifo- es también una obligación legal, en virtud de la normativa internacional vigente en materia de derechos humanos. La pobreza extrema no es sólo una cuestión económica; es un fenómeno multidimensional que incluye tanto la falta de ingresos económicos como de las capacidades básicas para vivir con dignidad; algo que afecta de manera significativa a la capacidad de las personas para ejercer o recuperar sus derechos en un futuro previsible. Los principios rectores son el primer instrumento de la ONU dedicado a las personas en situación de pobreza. Nos hemos dado cuenta del potencial de este documento y de inmediato sentimos la necesidad de traducirlo a un lenguaje accesible a todos. Como está en ellos sancionado: «La extrema pobreza no es inevitable. Es, al menos en parte, una situación creada, fomentada y perpetuada por las acciones y omisiones de los Estados y otros agentes económicos. Pero los medios para erradicarla existen y son accesibles «.
Los medios son »una impostación basada en los derechos humanos que proporcione un marco para erradicar la extrema pobreza a largo plazo partiendo del reconocimiento de las personas que viven en la pobreza como titulares de derechos y agentes de su propio cambio. El empoderamiento, es decir, conseguir que las personas sean independientes y activas en sus comunidades a la hora de reclamar sus derechos. La participación y la consulta con estas personas en las políticas que las afectan personalmente».
»El objetivo del manual que hoy presentamos -continuó- es ayudar a los actores locales a entender mejor las consecuencias, en términos de derechos humanos, para las personas que viven en la pobreza extrema, y proponerles una serie de acciones concretas para exigir sus derechos y convertirse en agentes del cambio. Nuestro objetivo fue traducir sus retos individuales en acciones colectivas. Para conseguirlo escuchamos en primer lugar las necesidades de los que trabajan con las personas que viven en condiciones de pobreza… Han sido dos años de constante consulta y colaboración a nivel capilar con las comunidades locales y un constante intercambio de ideas e información. Hemos consultado con los activistas que operan en las bidonvilles urbanas y en las zonas rurales con acceso limitado a los servicios básicos, con las poblaciones indígenas locales que están perdiendo sus tierras y sus medios de vida a causa de las operaciones de las grandes empresas multinacionales, y con aquellos que trabajan directamente sobre el terreno para proteger a las mujeres, los niños, los migrantes y los refugiados».
Hablando del contenido del manual, Restifo resumió que después del capítulo introductorio, la segunda parte establece algunos principios fundamentales, tales como la importancia de ganar la confianza de las personas que viven en extrema pobreza, la evaluación de los riesgos que podrían correr si reclaman sus derechos y su participación activa en todas las etapas del proceso. En la tercera parte se dan sugerencias y se proponen acciones concretas que se pueden emprender para ayudar a las autoridades a que respeten sus obligaciones en materia de derechos humanos – propuestas válidas tanto para los países en desarrollo como para los ya industrializados-. Esta es también la parte que se centra en los grupos de derechos, reconociendo su individisibilidad, interrelación e interdependencia. Es una guía práctica para actuar de acuerdo con la situación y los problemas particulares de las partes interesadas. Por último, la cuarta parte está dedicada a la importancia del seguimiento de las acciones emprendidas.
Por último, Restifo subrayó que no hay una clara línea divisoria entre la pobreza extrema y la pobreza, pero la primera se caracteriza por las violaciones múltiples e interrelacionadas de los derechos civiles, políticos, económicos, sociales y culturales. »La pobreza extrema -aclaró- afecta a varios ámbitos de la existencia humana y, a menudo, crea un círculo vicioso de impotencia, estigmatización, discriminación, exclusión y privación material .. elementos que se alimentan recíprocamente. Algunas personas pueden ser pobres y al mismo tiempo formar parte de un tejido social en el que, de todas formas, resultan integradas. Otras no disfrutan de las mismas posibilidades».