En los dos países centroafricanos, devastados por la pobreza y la violencia, crece la alegría por el próximo viaje del Papa, previsto del 31 de enero al 5 de febrero. El relato de dos obispos comprometidos con la pacificación nacional: el Santo Padre traerá esperanza, necesitamos que el mundo no se olvide de nosotros. De Rumbek a Juba, jóvenes en camino para recibir a Francisco.
Ciudad del Vaticano, 30 de enero 2023.- «Todo está listo, la Iglesia y el Gobierno esperan al Santo Padre con gran alegría, no vemos la hora de que llegue aquí». Describe así la expectación ante el viaje que el Papa Francisco iniciará en la República Democrática del Congo el próximo 31 de enero, monseñor Félicien Mwanama Galumbulula, obispo de Luiza, una gran diócesis del país centroafricano, asolada por una pobreza endémica y sacudida por décadas de violencia y enfrentamientos.
Preparación espiritual
La Iglesia local se ha preparado para acoger al Pontífice sobre todo espiritualmente. «La Conferencia Episcopal local -explica el prelado- envió un mensaje pidiendo a todos que rezaran por el viaje del Papa. Al final de cada celebración eucarística recitamos una oración para pedir al Señor que esta visita contribuya a la reconciliación en Cristo de toda la población». Además, las diócesis y parroquias «celebraron catequesis para explicar a los fieles el significado del ministerio papal y la importancia de esta visita apostólica», añadió el obispo.
Deseo de pacificación
Al igual que toda la nación, Monseñor Mwanama Galumbulula espera anhelante las palabras que pronunciará el Papa durante lo que se ha descrito como una verdadera peregrinación de paz, y aguarda con impaciencia el encuentro de Francisco, el 1 de febrero, con las víctimas del este del país. «Lo que nos preocupa mucho ahora es la situación en la parte oriental, en las fronteras con Ruanda, con Uganda y con Burundi», dice el obispo, recordando que en esos territorios muere gente cada día a causa de las tensiones por la extracción de coltán, una mezcla de minerales necesaria para la producción de equipos electrónicos e informáticos. «El Santo Padre -recuerda el prelado-, en el viaje previsto a nuestro país para julio del año pasado y luego aplazado, hubiera podido detenerse en Goma, la capital de Kivu del Norte. Ahora se ha cancelado esta parada de la visita porque, en esa misma ciudad, hay rebeldes que siembran la muerte y grupos que explotan el coltán y dejan destrucción».
Carlassare: «También en Sudán del Sur, el Papa peregrino de paz»
Tras dejar la República Democrática del Congo, el Papa llegará a Sudán del Sur a primera hora de la tarde del 3 de febrero: será la primera vez que lo hace un Pontífice. En el país centroafricano, Francisco estará acompañado por el primado de la Iglesia Anglicana, Justin Welby, y el moderador de la Iglesia de Escocia, Ian Greenshields. Será una verdadera peregrinación ecuménica de paz, subraya Monseñor Christian Carlassare, obispo de la diócesis de Rumbek: «La dimensión ecuménica es muy importante», señala, «porque en Sudán del Sur hay una experiencia única: todas las Iglesias han estado verdaderamente unidas en la evangelización y esto nos ha hecho descubrir que la misma evangelización nos ha obligado a hablar de paz, de justicia, de reconciliación. Aquí, añade Carlassare, «el ecumenismo de expresión teológica se ha hecho carne».
Violencia sin fin
Monseñor Carlassare está familiarizado con la violencia que azota desde hace años a la joven nación, que no se independizó hasta 2011, ya que la vivió en primera persona cuando fue herido en las piernas por disparos en abril de 2021. Sabe perfectamente que, a pesar de que el conflicto étnico terminó oficialmente hace casi tres años, siguen produciéndose enfrentamientos, especialmente en la zona del Alto Nilo y en el estado Unidad. Básicamente, tienen lugar donde hay pobreza, donde hay personas desplazadas sin un hogar donde vivir y donde los recursos se explotan indiscriminadamente», explica el obispo.
A pie por el Papa
Para dar la bienvenida al Papa Francisco a su llegada a la capital, Juba, monseñor Carlassare se ha puesto en camino desde el pasado miércoles con numerosos jóvenes que partieron con él desde la diócesis de Rumbek. Cuatrocientos kilómetros en nueve días, pasando por nueve parroquias diferentes donde hablarán de paz, reconciliación y comunión a todos los cristianos que encuentren en el camino. «Con este compromiso nuestro -concluye Carlassare- queremos hacer llegar el mensaje que el Papa seguramente vendrá a reiterar: todos debemos ser uno, como dice la oración de Jesús. Será un gran momento de fe».
FEDERICO PIANA