31 diciembre 2022.La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, pronuncia su Discurso de fin del año 2022.
Feliz Navidad. Felices Pascuas.
Estas Navidades hemos recuperado la normalidad después de la pandemia. A todos nos ha dejado para siempre el recuerdo de los que fallecieron, aunque también hemos aprendido el valor de la vida, de la libertad y la alegría.
Quizá, por eso, ahora somos más capaces de ver el drama de la soledad no deseada y el abandono que sufren muchos de nuestros conciudadanos, de toda edad y condición. Niños, familias rotas, nuevos madrileños de otros países que han dejado atrás su casa, mayores, personas que sufren acoso o maltrato…
Y si siempre la solidaridad es una obligación, mucho más en estos momentos en que la mala situación económica y social afecta a miles de personas, agravado todo por la pandemia, la invasión de Ucrania y la inflación. Y por el sentimiento de preocupación que nos trasladan algunos mayores, lejano sentimiento hoy rescatado por la división social.
Así que lo primero que hago al entrar en vuestras casas es felicitar a todos los que, no solo en Navidad, ayudan de manera profesional o voluntaria a los que pasan por malos momentos, y animar a que sigan con este esfuerzo.
Desde mi responsabilidad política como presidenta de la Comunidad de Madrid, mi obligación es gobernar para ayudar.
El dinero público es el de todos, como lo es la Administración y los funcionarios a su servicio. Y esa administración tiene que ser austera, eficaz y destinada a dar los mejores servicios que la sociedad demanda.
Entre los servicios más importantes, está la ayuda a los que menos tienen.
El año que dejamos ha sido bueno para la Comunidad de Madrid: hemos seguido trabajando para mantenernos como el motor económico de España, aportar los mejores hospitales públicos de la nación, resucitar el turismo nacional e internacional, convertirnos en el centro digital de Europa y Norte de África, impulsar la mayor obra del Sur de Europa, que es Madrid Nuevo Norte, y cumplir ya más del 95% de nuestro programa electoral.
Prometimos rebajar los impuestos, y lo hemos hecho; prometimos la gratuidad del transporte público para los mayores, y ocurrirá a partir de mañana; prometimos rebajar las tasas universitarias, y lo hemos hecho; prometimos un plan para abaratar el alquiler de vivienda para jóvenes, mayores, personas con discapacidad y mujeres jóvenes embarazadas, y ya hemos comenzado con seis promociones en el barrio de Valdebebas, y los municipios de Colmenar Viejo, Torrejón de Ardoz, Tres Cantos y Alcorcón con alquileres un 40% más bajos que el precio del mercado. Y prometimos congelar las tarifas del agua y del transporte público, y también lo hemos hecho.
A mi gobierno le enorgullece especialmente la buena marcha del Plan de maternidad, paternidad y natalidad, el más ambicioso de España en defensa de la vida y para ayudar a las familias. 5.500 mujeres ya se han beneficiado de las ayudas directas para madres menores de 30 años con rentas inferiores a 30.000 euros.
Además, hemos hecho fijos a más de 10.000 sanitarios; se han mejorado las condiciones salariales de más de 11.000 profesionales entre enfermeras y médicos de Atención Primaria. La Comunidad de Madrid cuenta con 5.000 profesionales más que antes de la pandemia. En total, los profesionales que dan cobertura a la sanidad pública ascienden a 92.000. Nunca Madrid había tenido tantos profesionales sanitarios ni tanta estabilidad laboral.
Es un hito en España, y en Europa, el nuevo edificio de seis plantas y 16.000 metros cuadrados, dotado de la tecnología más avanzada en el bloque quirúrgico del Hospital Gregorio Marañón, así como las Nuevas Urgencias del Niño Jesús, la UCI Neonatal de La Paz, o el nuevo servicio de oncología y radioterapia del Hospital de La Princesa.
La Comunidad de Madrid es líder en la creación de empleo y la zona de España donde se constituyen más empresas; somos pioneros en el transporte público no contaminante; y no nos hemos olvidado de los problemas individuales de las personas con planes sobre salud mental, ayuda a los jóvenes contra las adicciones y asistencia para combatir la soledad no deseada.
Desde el punto de vista político, hemos sido firmes en la defensa de la importantísima figura de Su Majestad el Rey y el papel de la Constitución y del espíritu de concordia que definió a la España de la Transición. Es decir, la España de todos, elegida por todos.
Y estos principios los vamos a mantener el año que viene. El modelo de gobierno sectario es contrario al modelo de gobierno que convence, que une y busca el bien común.
Hago mías las palabras de Su Majestad el Rey en el discurso de la pasada Nochebuena: un país o una sociedad dividida o enfrentada no avanza, no progresa ni resuelve bien sus problemas, no genera confianza. La división hace más frágiles a las democracias.
Y así opino: una sociedad enfrentada no avanza.
A lo largo de estos más de cuarenta años nos hemos dado un modelo de libertad basado en los contrapesos, en la disparidad de criterios, en la pluralidad, en el disenso y consenso, en la discusión y el pacto. Cada uno desde su punto de vista, pero siempre con objetivos comunes: cumplir las reglas hechas entre todos y buscar lo mejor para España.
Es evidente que cada día se necesita defender con absoluta claridad la España fiel, la que no busca el enfrentamiento, la que quiere vivir en paz, libertad y sin ira. Cediendo, construyendo y siendo leales a lo heredado con el compromiso de mejorarlo pensando en los que están por venir.
Mientras vemos cómo los independentistas y los que a través del terror y la violencia hoy se hacen fuertes y consiguen sus objetivos, siempre en contra de España y su libertad, sólo la confianza en nosotros mismos y en nuestra Constitución nos garantizará un país moderno y fuerte, a la altura de lo que siempre ha sido.
Si permitimos que los enemigos confesos de España decidan su integridad territorial y quienes han cometido graves delitos, incluso quienes han acabado con vidas inocentes, sigan tomando posiciones en contra del conjunto de los españoles, nuestra convivencia y el país que conocemos, desaparecerá.
Y la prosperidad alcanzada entre todos, el futuro de las nuevas generaciones y la confianza en nuestras instituciones, se perderán.
Por eso hemos de ser firmes en nuestras convicciones y os invito a defenderlas en todo lugar. No solo sin miedo, sino con entusiasmo. Con mucho trabajo y compromiso, sí. Pero como tantas veces cuando la situación lo ha requerido. Esta es una de ellas. Pregúntate: ¿cómo mejorar nuestro país?
Esto no depende de ideologías partidistas, sino de amar España y creer en los valores del Estado de derecho, lo que nos ha situado como una de las naciones clave sin la que no se entendería este mundo.
Esto va de comprender que nos hemos dado un marco de convivencia, unas reglas garantes y quienes, en la pluralidad y el entendimiento concebimos un país fuerte e ilusionado, hemos de unirnos.
Dije en mi discurso del Día de la Constitución: toda España es de todos.
Lo que pase a unos, nos pasa a todos; y si se hunde este viejo y precioso barco, se hunde con todos a bordo.
Propongo que nos atrevamos a hablar en libertad y con alegría. No llamaremos tanto la atención, pero somos muchas más voces unidas, y llevamos razón.
Queremos seguir al lado de la Constitución, de la Monarquía Parlamentaria, del pluralismo político, de la unidad de España y de la libertad, esto es lo que desea la inmensa mayoría de los españoles. Demos tranquilidad a los mayores, confianza a los jóvenes, oportunidades a quienes las han perdido.
Sigamos avanzando por ese camino ancho que trazó la Constitución de 1978. Un camino en el que cabemos todos.
Sigamos aprendiendo la lección de convivencia que guarda nuestra Constitución porque, como dijo el primer presidente de nuestra joven Democracia, Adolfo Suárez, “aunque la concordia es difícil, cuando se logra, alcanzamos momentos estelares en la humanidad”.
Idea que suscribo enteramente: cuando se logra la concordia alcanzamos momentos estelares en la humanidad.
Señoras y señores:
Les deseo todo lo mejor para este 2023, que será un año decisivo en nuestra Historia. Afrontémoslo con valor, entusiasmo, y la sabiduría de las tremendas lecciones aprendidas.
España entera sabe que, con nosotros, con la Comunidad de Madrid, se puede contar. La casa de todos. La de siempre, con más ganas que nunca.
Un año más, sabremos estar a la altura, abiertos y dispuestos.
Feliz Año Nuevo.