Mediante la educación, las sociedades buscan formar a sus integrantes de forma íntegra en los conocimientos que le servirán en sus vidas diarias para explorar, buscar o analizar, comprender el mundo y que, desde estas raíces académicas, le sirvan de base para desempeñarse, resolver problemas y lograr cualquier objetivo en un futuro. Esta debe ser continua y cada uno de nosotros debe irla alimentando con conocimientos nuevos, día a día.
La educación es un sistema dinámico que va incorporando todos los días nuevos elementos tecnológicos, culturales, creativos y metodológicos, adaptándose a los nuevos tiempos y logrando que el mensaje llegue de forma eficaz y exitosa a cada uno de los estudiantes. Es de vital importancia ya que, en la gran mayoría de los casos, es un factor que influye en la calidad de vida de las personas, en su desarrollo social y económico. La educación siempre debe estar acompañada de materiales didácticos, entornos visuales y herramientas comunicativas. Ahora bien, si dentro de todo esto tenemos que destacar un papel fundamental, ese es el de los docentes.
Los profesores juegan un papel esencial en este proceso de enseñanza y aprendizaje de todo niño, niña y adolescente. Son los encargados de proveer una educación de calidad a los alumnos y de guiarles durante cada parte de su etapa educativa. Están presentes en el día a día de muchos desde que aprendemos a dar nuestros primeros pasos hasta el final de la vida educativa.
Sin duda, lo que ocurre día a día en las aulas tiene un gran impacto en el desarrollo de cada individuo, ya que allí están presentes todas las experiencias que vivimos con amigos, compañeros y maestros. Logramos crear y fortalecer vínculos, y es que todos nos acordamos de aquel compañero de clase que se sentaba con nosotros, o también de aquel profesor o de aquella profesora que marcó nuestra vida y nos ayudó a aprender y disfrutar del aprendizaje.
Así pues, todos los buenos profesores comparten ciertos aspectos que los estudiantes valoran durante las clases: el gusto y conocimiento que el profesor tenga sobre la materia que está impartiendo, las correctas estrategias y metodologías de enseñanza que estimulen la interacción y libertad del estudiante, su experiencia, motivación, pasión y profesionalidad. Todos estos factores garantizan a los alumnos una educación de calidad y, además, permiten que nazca un vínculo educativo, comunicacional y afectivo entre docente y alumno. Otro factor importante que fortalece este vínculo es la comprensión pedagógica, es decir, la capacidad del maestro de poder entender lo que su alumno necesita, algo totalmente esencial para conseguir una educación exitosa y eficaz.
Desde el inicio de la pandemia generada por la COVID-19, el proceso de aprendizaje tuvo un giro que no muchas personas contemplaban: la educación online. Y es que, aunque las nuevas tecnologías ya forman parte de la educación desde hace algunos años, este concepto ha logrado que las mismas se integren de forma masiva en la educación.
A raíz de esta situación, se ha evidenciado la importancia del rol que tienen los profesores en la vida de los estudiantes. Son muchos los beneficios que puede aportar la presencia de un buen profesor en el aula, como, por ejemplo:
• La empatía: un profesor empático es vital para el desarrollo educativo de los alumnos. Esta característica les motiva a facilita el aprendizaje, potencian sus ganas de aprender y les ayuda a establecer metas y obtener mejores resultados académicos. La empatía en el aula se empieza a desarrollar poco a poco: aprendiendo el nombre de los alumnos, sus intereses, motivaciones y problemas. Todo esto sin dejar de lado el respeto.
• La ayuda: el profesor debe estar dispuesto a ofrecer todos los recursos necesarios para dar respuesta a todas las dudas que los estudiantes puedan tener. Además, es mucho más fácil y rápido preguntarle al profesor en persona cuando se tiene una pregunta que queremos resolver.
• La responsabilidad y el respeto: estos son un pilar fundamental. La escucha activa, el compañerismo y la tolerancia forman parte de los valores que deben estar presentes en todas las aulas de forma bidireccional (tanto de profesor a alumno como de alumno a profesor). Todo esto se logra con una comunicación correcta y el seguimiento de normas, sin llegar a los castigos o a las amenazas.
• Ambiente agradable: este es de vital importancia ya que da lugar a la libertad, espontaneidad y participación de los alumnos en el aula. Para ello, es necesario favorecer desde el respeto todas las aportaciones que los estudiantes puedan hacer en las clases.
• La motivación: muchas veces, hay temas que son más interesantes para algunos alumnos que para otros. Es por ello que es de gran importancia motivar a los estudiantes y despertar su interés por la materia que se está enseñando a través de actividades didácticas o estableciendo relaciones entre el contenido y algún aspecto de los alumnos.
Aunque las nuevas tecnologías jueguen ya un papel fundamental en la educación, la figura del profesor sigue siendo esencial en los procesos de enseñanza y aprendizaje y está muy lejos de desaparecer. De hecho, no lo hará nunca. El ser docente conlleva una responsabilidad social, siendo un rol activo para que los estudiantes adquieran conocimientos, aptitudes y actitudes que los acompañen durante toda su vida. Todos estos factores en un profesor son el camino asegurado para ofrecer día a día una formación de calidad a todos sus alumnos.
María Larios
Profesora de Primaria del área de Ciencias bilingüe del Colegio Europeo de Madrid
Imagen: María Larios