Con motivo del Día Internacional de la Instrucción, la agencia de la ONU publica nuevos datos: el cierre total o parcial de las escuelas ha afectado dramáticamente a cientos de millones de niños en su acceso al estudio. También es significativo el impacto en su salud mental.
Ciudad del Vaticano, 24 de enero 2022.- Las consecuencias de la pandemia de coronavirus se están dejando sentir con fuerza en las escuelas de todo el mundo, comprometiendo el acceso a uno de los derechos más cruciales de los niños: el aprendizaje. Según las últimas cifras de Unicef, más de 635 millones de estudiantes se han visto afectados por la suspensión total o parcial de las clases que muchos institutos se han visto obligados a tomar para contener el contagio. La falta de acceso a la escuela, en los contextos más pobres, ha supuesto también la privación de las únicas comidas seguras disponibles en la hornada de un menor.
Pérdida de competencias básicas
«En marzo se cumplirán dos años de las interrupciones en la instrucción mundial ligadas al Covid-19. Sencillamente, estamos asistiendo a una pérdida de escala casi insuperable en la escolarización de los niños», afirmó Robert Jenkins, responsable para la instrucción de Unicef. Los fundamentos del aprendizaje, como la aritmética y la alfabetización, se están viendo afectados. Unicef señala:
“En todo el mundo, la interrupción de la instrucción ha supuesto que millones de niños se hayan perdido de forma significativa el aprendizaje académico que habrían adquirido de haber estado en las aulas, siendo los más pequeños y marginados los que afrontan la pérdida mayor”.
Penalizadas las zonas desfavorecidas económicamente
Las zonas de ingresos bajos y medios del mundo fueron las que más sufrieron, ya que el bloqueo del aprendizaje debido al cierre de las escuelas hizo que hasta el 70% de los niños de 10 años fueran incapaces de leer o comprender textos sencillos, en comparación con el 53% antes de la pandemia.
“Sólo en Etiopía, según el informe de Unicef, se calcula que los niños de primaria han aprendido entre un 30 y un 40 por ciento menos de matemáticas de lo que habrían aprendido en un curso escolar normal”.
En Estados Unidos, la situación no fue mejor: «Se observaron pérdidas de aprendizaje en muchos Estados, como Texas, California, Colorado, Tennessee, Carolina del Norte, Ohio, Virginia y Maryland”. En el documento se señala:
“En Texas, por ejemplo, dos tercios de los alumnos de tercero están por debajo de su nivel en matemáticas en 2021, frente a la mitad de los niños en 2019”.
Aumenta el abandono escolar
Las dificultades de acceso a los lugares de aprendizaje y la escasa posibilidad de estudiar a distancia han repercutido en el abandono escolar, en contextos en los que ya suelen ser dramáticamente difíciles. Unicef revela en su informe:
“Alrededor de 3 de cada 4 niños de la escuela primaria en varios Estados brasileños no saben leer, en comparación con 1 de cada 2 niños antes de la pandemia, mientras que, en todo Brasil, 1 de cada 10 estudiantes, de entre 10 y 15 años, informó que no tenía intención de volver a la escuela una vez que se reabriera”.
La situación en Sudáfrica también es sombría, ya que los escolares llevan un retraso que va del 75% al año escolar completo. Se cree que entre marzo del 2020 y julio del 2021 unos 400.000 o 500.000 estudiantes han abandonado la escuela.
Salud mental y nutrición en riesgo
Pero la falta de aprendizaje académico de los niños del mundo no fue el único gran daño causado por la pandemia. De hecho, el cierre de escuelas, según Unicef, ha repercutido en la salud mental de los niños, además de exponerlos a un mayor riesgo de abusos.
“Cada vez hay más pruebas que demuestran que el Covid-19 ha provocado altos índices de ansiedad y depresión entre los niños y jóvenes, y los estudios han revelado que las niñas, los adolescentes y los que viven en zonas rurales tienen más probabilidades de sufrir estos problemas”.
Por otra parte, más de 370 millones de niños de todo el mundo se quedaron sin las comidas escolares durante el cierre de las escuelas, perdiendo lo que para algunos de ellos era la única fuente fiable de alimentación y nutrición diaria, concluyó Unicef.
El Pacto Educativo Global promovido por el Papa Francisco
El año pasado, con motivo de la Jornada Mundial de la enseñanza, el Pontífice se detuvo en el tema de la educación, promoviendo la iniciativa de un Pacto Educativo Global «para reavivar el compromiso por y con las nuevas generaciones, renovando – tal como subrayaba el Papa Francisco – la pasión por una educación más abierta e inclusiva», capaz de escuchar con paciencia, dialogar de forma constructiva y comprenderse mutuamente», e invitando a todos a «aunar esfuerzos en una amplia alianza educativa para formar personas maduras, capaces de superar la fragmentación y la oposición y de reconstruir el tejido de relaciones para una humanidad más fraterna».
Paola Simonetti
Imagen: Escuela con niños sirios refugiados en el Líbano