Luto ciudadano en Stresa, donde anteayer se desprendió un teleférico causando 14 víctimas. Europa fue unánime en sus condolencias y consternación. El presidente italiano Mattarella pidió que se respeten todas las normas de seguridad. Los obispos italianos comparten el dolor de las familias. El obispo de Novara, diócesis donde se produjo la tragedia, pidió mayor cuidado en el mantenimiento ordinario de las infraestructuras, invitando a no centrarse sólo en la construcción de grandes obras.
Ciudad del Vaticano, 25 de mayo 2021.- A mediodía inició el luto en la ciudad de Stresa, donde anteayer se produjo el accidente en el teleférico de Mottarone. Durante 14 minutos se detuvieron todas las actividades, una por cada víctima. Preocupante las condiciones del único niño superviviente operado en el Hospital Regina Margherita de Turín.
Investigaciones por homicidio culposo múltiple
Se investiga un homicidio culposo múltiple tras el derrumbe del teleférico de Mottarone en Stresa, una tragedia que causó conmoción en toda Europa. El drama de lo ocurrido se resume en las palabras del Presidente de la República, Mattarella. El Jefe de Estado expresó el dolor y la participación de toda Italia a las familias y comunidades afectadas en el duelo. Mattarella no dejó de pedir el cumplimiento estricto de todas las normas de seguridad para todas las condiciones que afectan al transporte de personas.
Además, la fiscalía de la localidad de Verbania adoptó la misma línea y comenzó inmediatamente a investigar el incidente con la hipótesis de un homicidio involuntario. También se maneja la hipótesis de un ataque a la seguridad del transporte. Y lo que se preguntan es cómo un cable de acero se rompió de repente, provocando la caída de la cabina con un grupo de turistas a bordo, en una planta revisada hace apenas cinco años. Italia también recibió el más profunda pésame de Europa a través de las palabras de la Presidenta de la Comisión, Ursula Von der Leyen.
Consternación y dolor de los obispos
Los obispos italianos, reunidos en Roma para su 74ª Asamblea General, participan en el dolor de las cinco familias implicadas y aseguran oraciones de sufragio. El obispo de Novara, monseñor Franco Giulio Brambilla, vicepresidente de la Conferencia Episcopal Italiana, expresó sus condolencias:
“Esta tragedia nos deja atónitos. No puede ser que el primer domingo en el que la gente pensaba pasar el día en un lugar hermoso pueda terminar de esta manera. Estamos cerca especialmente de este niño que está luchando por la vida. Invité a todas las comunidades de la diócesis a rezar”.
Monseñor Brambilla dijo también: «Pedimos que las normas y los controles de seguridad sean estrictos. Hay que invertir no sólo en la construcción de nuevas plantas, sino en el mantenimiento de las ya existentes». Y subrayó: «Debemos entrar en una nueva lógica en la que las infraestructuras no puedan perjudicar la vida de las personas y su deseo de serenidad, de ocio, de paz y de alegría”. Y puso el ejemplo de una nación europea, sin mencionarla, que le llamó la atención «porque toda obra nueva importante debe incluir los diez primeros años de mantenimiento y gestión. Para que no se cree simplemente una obra nueva sin tener en cuenta lo que hay en el territorio».
Valorar el capital humano y los servicios esenciales
Monseñor Brambilla expresó su profunda conmoción por la muerte de los niños: «El dolor inocente de los niños es aún más desgarrador, pero no podemos atribuir a quién sabe qué tipo de fatalidad cosas que tienen que ver con el cuidado de las instalaciones y con el trabajo humano que, en este caso, no funcionó. La pena es doble y más insoportable sobre todo si se refiere al dolor inocente».
Y en cuanto a la fase de reapertura que vive Italia por la pandemia, el prelado precisó: «Un poco retóricamente llevamos 15 meses repitiendo que luego ‘no será como antes’. Que esta expresión no se utilice en términos automáticos o ‘mágicos’. Nada será como antes si realmente queremos volver a lo esencial, a no cometer los errores que hemos cometido, e innovar en las cosas que hemos entendido». Por ejemplo, “una corrección radical de la globalización, la valoración del capital humano, y de algunos servicios esenciales que deben mantenerse en cada país».
Antonella Palermo
Imagen: Accidente de Mottarone
(Foto: ANSA)