No somos un ejemplo de perfección. Así que no deberíamos hacer a los niños a nuestra imagen y semejanza. Quizás, en vez de aprender de los adultos, somos nosotros los que deberíamos aprender de ellos.
«La libertad y el pecado original» recoge una conferencia inédita (junto a otros documentos), impartida en Londres en 1921 por Maria Montessori. En ella, la pedagoga traza un hilo conductor entre su innovadora metodología, el concepto de libertad y lo que distingue a los adultos de los niños a partir del pecado original, en un momento en que seguidores y detractores debatían sobre la ortodoxia cristiana de su revolucionario método. Frente a quienes han considerado que su método supone una demolición de principios, Montessori defiende la libertad como base para una verdadera construcción educativa de la persona.