«El Vaticano intentó salvar todas las vidas»
26 de Noviembre de 2020.- «La Santa Sede no solo acogió en el Colegio Español de Roma a los exiliados que huían de la República, sino que también pidió –y muchas veces obtuvo– clemencia para los republicanos condenados a muerte por el bando nacional». Lo afirma el sacerdote e historiador Vicente Cárcel Ortí, que acaba de publicar el séptimo y último volumen de su serie sobre La II República y la Guerra Civil en el Archivo Secreto Vaticano.
En su trabajo de los últimos años en los archivos, «he encontrado muchos telegramas enviados a los responsables políticos de entonces para mitigar penas y para salvar vidas. Muchas veces lo consiguieron, pero otras no pudieron evitar ejecuciones. Tanto en una parte como en la otra el código militar fue implacable. Hay cartas en las que el nuncio en España reconoce: “He hecho todo lo que he podido, no ha sido posible…”».
Sin embargo, gracias a las intervenciones del Papa y de la Iglesia «se consiguió que a veces se ejecutara a dos o tres y así salvar a otros, tanto de uno como de otro bando». «El Vaticano intentó salvar las vidas siempre», afirma.
Cuenta Cárcel Ortí cómo los nuncios Antoniutti y Cicognani se dirigían indirectamente a Franco a través de sus ministros para indultar a condenados a muerte, como por ejemplo el cuñado de Azaña, Cipriano Ribas Chérif, que llegó a ser salvado gracias a su intervención. En ocasiones, los familiares de los presos pedían la mediación directamente al Papa, y otras veces se dirigían a la nunciatura o a los obispos, etc. «Hay miles de cartas sobre casos concretos», explica. «Franco concedió muchos indultos de condenados a muerte y rebajó muchas penas, aunque los que tenían delitos de sangre fueron ejecutados».
La II República y la Guerra Civil en el Archivo Secreto Vaticano
«Intentan cambiar la historia»
El historiador ha dedicado estos últimos años a investigar este período «sensible», ya que «muchos ahora quieren cambiar la historia». Para él, la proclamación de la Segunda República en 1931 «fue un golpe de Estado», porque las elecciones del 12 de mayo de ese año fueron unos comicios municipales: «ganaron en toda España los candidatos monárquicos. Los republicanos solo ganaron en Madrid, pero el rey se asustó y cogió el tren para marcharse».
«El Vaticano vio muy mal» estos hechos, «y el parecer general fue que no eran legítimos. Pero Pío XI era muy pragmático y aceptó la realidad como era, y por eso quiso colaborar con el nuevo régimen por el bien del pueblo. Esa fue la misma actitud que tomó Pío XII al final de la guerra, cuando Franco ganó la contienda». No en vano, el Papa Pacelli fue el secretario de Estado de Pío XI antes de subir a la sede de Pedro como Pío XII el 2 de marzo de 1939.
Según Cárcel Ortí, en ambos Pontífices «pesó mucho la cruel persecución que sufrió la Iglesia bajo la República». «Mataron a doce obispos y a miles de sacerdotes y laicos, aunque la historiografía actual lo quiera ocultar. Pío XII siempre tuvo esto en mente, y eso explica sus relaciones cordiales con la España nacional», detalla.
Sin embargo, tal como recoge el libro, al acabar la guerra Pío XII dirigió un discurso a los españoles invitando a la reconciliación. «Él manifestó su alegría por la victoria militar del bando nacional, pero también habló de amor, de perdón y de paz. Mencionó a “los que se han extraviado por una ideología perversa”, pero pidió que se los tratara con afecto, algo que lamentablemente no se hizo, porque lo que vino después fue una represión terrible».
Hoy, más de 80 años después de todos aquellos hechos, las heridas permanecen aún abiertas. ¿No se pueden cerrar, recuperado el espíritu de la Transición, en línea con las indicaciones del Papa en Fratelli tutti? «Sería lo deseable», responde Cárcel Ortí, quien para ilustrar la situación actual menciona una de las cartas del embajador republicano en Roma, Luis de Zulueta, gran amigo de Pacelli, al que en 1936 escribe: «Sigo con angustiosa preocupación lo que pasa en España. La insurrección provocó una revolución y luego una Guerra Civil. Nuestra pobre España va a quedar una mitad exterminada, y la otra mitad arruinada».
Entre el odio y la ignorancia
Este volumen concluye una obra que Vicente Cárcel Ortí comenzó en 2011. A través de siete tomos se pueden consultar cronológicamente los informes, cartas, telegramas y otros textos de los Papas, cardenales, obispos y políticos de la época. En total, son más de 3.000 documentos entre las decenas de miles que guarda el Archivo Vaticano. «Es una fuente que nadie había consultado hasta ahora», afirma. «Todo el mundo opina y escribe tonterías sobre esta época sin pasar por los archivos para conocer lo que pasó. Así tienes lo que hay ahora: por un lado mucho odio, y por el otro, ignorancia e incluso indiferencia».
Juan Luis Vázquez Díaz-Mayordomo
Imagen: Republicanos en la cárcel de Yeserías en los 40, en una imagen cedida por el Archivo Regional de la Comunidad de Madrid.
(Foto: Archivo regional de la Comunidad de Madrid.
Fondo Martín Santos Yubero)