Con motivo de la fiesta de Santa María la Real de la Almudena, el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, ha renovado el tradicional Voto de la Villa. Después de mostrar su dolor porque «miles de vecinos nuestros han fallecido víctimas de la peor pandemia desde hace un siglo» y «muchos miles más afrontan la pérdida de sus empleos y de los recursos necesarios para vivir dignamente, ha clavado la mirada en la Virgen y ha asegurado que «volvemos nuestros ojos y nuestros ruegos a vos, nuestra patrona y protectora, fiando en vuestra misericordia, como hicieron nuestros antepasados, para imploraros que nos ayudéis a luchar contra la plaga de nuestro tiempo y que protejáis especialmente a los más débiles y a los más desfavorecidos».
Voto íntegro
Señora:
Me corresponde hoy el honor de renovar el voto que nuestros antepasados realizaron ante vuestra imagen siglos atrás.
Imagen venerada en esta catedral que lleva vuestro nombre, consagrada a vos por san Juan Pablo II, y edificada por la devoción que los vecinos de esta Villa, comenzando por la Corona, siempre os han profesado a vos, nuestra patrona.
No en vano, tras la demolición de la antigua Iglesia de Santa María de la Almudena, fue doña María de las Mercedes, esposa del rey Alfonso XII quien donó los terrenos sobre los que se levanta la catedral en la que hoy nos encontramos, en respuesta a los ruegos de la Real Esclavitud a la que me honro en pertenecer.
Generación tras generación, desde hace más de nueve siglos, los vecinos de Madrid se han dirigido a vos, Señora, para implorar vuestro auxilio en tiempos difíciles.
Como en 1438, cuando los madrileños formularon voto para agradeceros vuestra intercesión en el cese inmediato de una terrible peste que entonces asolaba la Villa.
O como en 1646, cuando el Concejo de Madrid decidió sacaros en procesión para rogaros que salvarais a la ciudad de unas graves inundaciones provocadas por tres meses de intensas lluvias. Y cuentan nuestros antepasados que al poco de iniciarse la procesión, dejó inmediatamente de llover y el cielo se despejó de nubes.
En agradecimiento por vuestra intercesión, aquellos madrileños decidieron, a instancias nuevamente de la Real Esclavitud, formular con estas hermosas palabras el voto que hoy renovamos: «Esta Villa vota la asistencia a la festividad de Nuestra Señora de la Almudena PERPETUAMENTE PARA SIEMPRE JAMÁS, esperando que este servicio le será muy agradable a la Virgen Santísima y puede esperar muy buen suceso la intercesión para las armas de su majestad y bien público de esta Villa».
Nuevamente, en este año de 2020, los madrileños atravesamos tiempos muy difíciles. Miles de vecinos nuestros han fallecido víctimas de la peor pandemia desde hace un siglo. Y muchos miles más afrontan la pérdida de sus empleos y de los recursos necesarios para vivir dignamente.
Por ello nuevamente, los madrileños volvemos nuestros ojos y nuestros ruegos a vos, nuestra patrona y protectora, fiando en vuestra misericordia, como hicieron nuestros antepasados, para imploraros que nos ayudéis a luchar contra la plaga de nuestro tiempo y que protejáis especialmente a los más débiles y a los más desfavorecidos.
Y en el acto de la renovación del Voto de la Villa ante vuestra imagen, os pido, Señora, en nombre de todos los madrileños:
Que protejáis y confortéis especialmente a los sanitarios y a todas las personas que cuidan de nuestra salud, de nuestra seguridad y aquellas que hacen posible que se mantenga el pulso diario de nuestra ciudad, para que no desfallezcan en sus tareas.
Que nos infundáis a todos los madrileños esperanza, y también la fortaleza y el sentido de la responsabilidad necesarios para cumplir fielmente, sin excusas y en todo momento, las órdenes que las autoridades sanitarias dictan para nuestra protección y la de nuestros vecinos.
Que iluminéis la inteligencia de los científicos que, en todo el mundo, se afanan por encontrar remedios eficaces contra esta nueva peste que nos aflige.
Que inspiréis a empresarios y emprendedores para que encuentren nuevas formas de crear empleo y riqueza con las que reactivar nuestra economía.
Que nos inspiréis a todos los que tenemos responsabilidades de gobierno, hoy más que nunca, el deseo, la voluntad y el valor de aparcar todas las disputas estériles para luchar todos juntos por el bien común. Y el acierto de plantear unas políticas firmes, capaces de atajar la fractura social que puede acarrear esta pandemia.
Que nos otorguéis a todos los madrileños un corazón aún más abierto a la solidaridad con nuestros conciudadanos, para que ninguna familia madrileña se sienta desamparada en estos tiempos tan difíciles.
Que consoléis a las familias y los amigos de quienes han fallecido durante estos durísimos meses.
Y que esta durísima prueba que estamos atravesando, nos sirva para construir en el futuro una sociedad más cohesionada, más justa y más humana.
Que así sea.