Madrid, 13 de octubre de 2020
Buenas tardes a todos,
Hoy volvemos a solicitar al Gobierno de España que anule el Estado de Alarma en la Comunidad de Madrid. Nuestras medidas sanitarias están consiguiendo reducir las cifras de contagio, de hospitalizaciones, de atención hospitalaria, cada día, tal y como nos informan los expertos de la Consejería de Sanidad y hasta reconoce la propia Organización Mundial de la Salud.
Por eso, pensamos que la intervención atropellada es la peor decisión que puede tomar el Gobierno en relación con la salud de los madrileños y con el motor económico de España, que es precisamente Madrid. La España próspera y pacífica de los últimos 40 años se construyó desde el entendimiento, el respeto a la ley y la voluntad común y decidida de ser un país mejor.
Sirva como ejemplo la magnífica expresión “De la ley a la ley”, que fue el mecanismo de la otra importante Ley de Reforma Política de noviembre de 1976. O el hecho de dar cabida en el futuro del país a quien no lo tenía, pero representaba las sensibilidades de los españoles que finalmente acordamos la Constitución de 1978.
La Libertad requiere de un marco legal que sea efectivo. Es decir, normas ponderadas, claras y de obligado cumplimiento. Dinamitar el Estado de Derecho con la excusa del bien común es el camino recto hacia la anarquía y la vuelta a regímenes totalitarios.
Desafortunadamente, la manera de actuar del Gobierno de España, con el aval de sus socios contra Madrid, es una sucesión de ataques contra los derechos y libertades individuales y contra las instituciones de nuestra democracia liberal. Así lo han entendido también los tribunales.
Para la salud política de una nación es necesario que exista un consenso mínimo sobre los principios de libertad, legalidad y justicia. La nación reconciliada de 1978, representada por la Constitución y la Monarquía parlamentaria, es nuestra idea común de España.
Diálogo es aceptar los fallos de los tribunales, tanto si estos son favorables como si no lo son. Este es un Gobierno dialogante, de hecho, nacido del pacto entre tres partidos diferentes.
En los últimos cuatro meses nos hemos reunido con el jefe de la oposición en innumerables ocasiones. De hecho, cuatro veces en total ya, hoy será la quinta; hemos contestado a todas sus misivas, hemos recibido a los representantes de todos los partidos de la Asamblea, y haremos lo mismo con los miembros de la comisión de reconstrucción de la Asamblea este mismo viernes; he escuchado personalmente a 46 alcaldes de la región y nuestro gobierno ha visto, al menos dos veces, a todos los alcaldes. Y hemos enviado 6 cartas al presidente de Gobierno, al presidente Sánchez, hasta lograr sentarnos en una mesa con el Gobierno de España.
Lamentablemente, el Ejecutivo ha utilizado esa reunión exclusivamente para imponer y no para colaborar, tal y como prometían, para crear un caos normativo donde antes lo no había. Para que España pueda preservar la confianza internacional es imprescindible que el Gobierno sea respetuoso con las instituciones y cumpla con el Estado de derecho.
¿Qué no es diálogo? Las imposiciones de un Consejo de Política Interterritorial sin consenso; una ayuda prometida por el Gobierno de la nación que nunca ha llegado, ni para el aeropuerto, ni para las estaciones que habíamos comentado de autobuses y ferroviarias, ni siquiera un solo policía para ayudar a Madrid con su orden.
No es diálogo tampoco utilizar la Delegación del Gobierno en Madrid para desestabilizar al Gobierno autonómico, como tampoco lo es utilizar el Grupo Covid para dividir en lugar de para unir esfuerzos.
Un ejemplo de esta falta de diálogo ha sido el cambio de reglas inventado por el ministro Illa esta misma mañana para levantar el estado de alarma en Madrid. Sin criterio sanitario alguno se han incrementado las exigencias, y nos hemos enterado por los medios de comunicación en lugar de hacerlo por el Grupo Covid esta misma tarde.
Bajo la falsa manta de diálogo imponen sin escuchar, sin respetar el trabajo de nuestros técnicos sanitarios. No es tampoco dialogante ni moderado mirar para otro lado y no hacer lo correcto, aunque a veces este no sea el camino fácil. No estamos en política para elegir el camino fácil sino para defender los derechos, la libertad y la prosperidad de las personas a las que defendemos.
La Comunidad de Madrid es precisamente ese proyecto que algunos buscan destruir. Y lo es por ser una sociedad abierta, emprendedora y solidaria con el resto de España, leal a la Constitución y a las leyes, y que alberga orgullosa las instituciones del Estado.
Madrid es la España dinámica, creativa y constitucional que ha hecho de la Libertad su brújula social, moral y política. Y no vamos a renunciar a ello, porque es la única manera de construir sociedades prósperas
La Libertad es el bien más preciado que tiene el hombre, y vamos a seguir reivindicándola frente a quienes pretenden anularla y que, día a día, atropello a atropello, nos acostumbremos a ellos, narcotizados todos por los titulares y los problemas cotidianos. Hoy mismo hemos conocido que el Gobierno pretende reformar, unilateralmente y por la puerta de atrás, la reforma del Consejo General del Poder Judicial, hasta ahora basado en el acuerdo.
España avanza hacia un horizonte de mucha dificultad. Somos uno de los países que más están sufriendo esta crisis sanitaria, económica y social, y el que peor se está recuperando de todo el mundo desarrollado. Cada día se cierran más empresas y se pierden más puestos de trabajo. En la Comunidad de Madrid no vamos a resignarnos, no lo hemos hecho nunca.
Por eso, si los expertos sanitarios nos siguen informando con datos favorables sobre la evolución de la COVID, cada día volveremos a solicitar al Gobierno que anule el Estado de Alarma con el que pretende aniquilar nuestra autonomía y poner freno al desarrollo económico y social de nuestra región. Y lo digo hoy, precisamente hoy, día de la hostelería, a quien enviamos todo nuestro apoyo y cercanía porque es uno de los muchos sectores tan perjudicados por los confinamientos.
Con humildad, y con mucha precaución, los médicos nos dicen que estamos ganando la batalla al virus y que son nuestras acciones, y no las impuestas por el Gobierno las que están dando resultados positivos. De hecho, cada vez hay más expertos y científicos que abogan por estrategias como las que hemos emprendido en Madrid.
Por eso pido al Gobierno de la nación volver al diálogo, que nos sentemos y que estudiemos la forma de mejorar el plan de Madrid contra este virus que tan buenos
resultados está dando. Desde que me senté con el presidente Sánchez, por su parte, no se ha cumplido ninguno de los compromisos acordados.
Estoy convencida de que, si unimos las fuerzas las tres administraciones lo vamos a poder lograr y funcionará incluso mejor sin hacer más daño todavía a la economía más importante de España. Porque no hay que enfrentar falsamente la salud con la economía.
Por eso, una vez más, le ofrezco al gobierno de la Nación diálogo, mi lealtad institucional, el respeto a la ley, gusten o no las decisiones de los Tribunales de Justicia, y firmeza en la defensa de la Constitución, de la Nación y de las vidas y el futuro de cada madrileño y cada español.
Madrid sólo es Madrid si es libre. Pueden estar seguros de que no vamos a renunciar a la defensa de esa libertad que los españoles en Madrid nos reclaman cada hora.
Muchas gracias.