El autor de la obra, publicada por La esfera de los libros, es el máximo especialista en la evolución del centro derecha español.
Nacido en Villanueva de Gurmiel (Burgos) hace 61 años, Graciano Palomo es un especialista de la Transición Política española y más aún en la evolución del centro-derecha.
Profesor de Géneros Periodísticos, columnista en importantes publicaciones y contertulio en programas de radio y TV, ha publicado más de una decena de libros. El último de ellos “La larga marcha, de Rajoy a Casado” que analiza el acontecimiento de la expulsión del gobierno de Mariano Rajoy mediante una moción de censura basada en una retorcida sentencia por parte de los protagonistas de la moción.
Avenida.- “La larga marcha, de Rajoy a Casado” ofrece datos inéditos sobre la gestación de la moción de censura que echó a Rajoy de la presidencia del gobierno. ¿Fue una acción planificada?. ¿Sólo por Sánchez o había otras personas detrás de el?
Graciano Palomo.- Si. José Ricardo de Prada, juez conocido en medios judiciales, como de extrema izquerda, e intimo amigo de Baltasar Garzón, primer instructor de la causa, luego expulsado de la carrera judicial por prevaricador, el peor delito que se le puede imputar a un magistrado en ejercicio. Fue Garzón el que a los 10 minutos de conocerse una sentencia de 1.700 folios estaba en una televisión nacional leyendo ese párrafo de cinco líneas que necesitaba la izquierda politica y mediática para presentar la referida moción de censura.
¿Quiere decir ello que no hubo corrupción en la Gurtel? No. La hubo y mucha. Pero que fue aprovechada hábilmente para intereses políticos, clarísimo. Y no estoy diciendo que no sea legítimo…
A.- ¿El párrafo de la sentencia que sirvió de base para esta moción, fue incluido intencionadamente?
GP.- Sin duda. El juez José Ricardo de Prada consiguió convencer a otro magistrado Julio de Diego y esa fue la espoleta judicial que impulsó a la política. De Prada es conocido por su dependencia izquierdista y prueba de ello es que ha sido propuesto por la izquierda política para ser miembros del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ).
A.- Pendiente de la resolución del Supremo, este párrafo ha sido considerado por la Audiencia Nacional como no procedente. ¿De manifestarse en el mismo sentido el Tribunal Supremo, que consecuencias podría tener?
GP.- Políticamente ninguna. Han pasado dos años y medio y el Gobierno es el que es.
A..- Rajoy perdió, pero más perdió el pueblo español. ¿Cómo se les recompensa?
GP.- De ninguna manera. Así se escribe la Historia.
A.- ¿Cómo afectó a Rajoy esta moción y que comentó con sus colaboradores en aquella célebre reunión en un restaurante madrileño?
GP.- Quedó destrozado Rajoy y destrozado el Partido Popular. Todavía hoy se pueden ver las consecuencias.
A.-. Con la llegada de Pedro Sánchez al poder comienza una dolorosa y vergonzante etapa en la vida política, social y económica para España. La izquierda social comunista que nos (des)gobierna no ha podido aprobar unos presupuestos ni ha recibido el respaldo de las urnas para formar un gobierno sólido, además de estar lleno de casos de corrupción y evidentes muestras de totalitarismo. Los nacionalistas y separatistas, por conveniencia, sostienen a un presidente cuyo único objetivo era ser inquilino de la Moncloa. Ante esta situación ¿qué futuro tienen Pablo Casado y el PP?.
GP.- Pues no lo tiene fácil. Si el centro derecha y la derecha siguen cada uno por su lado, Sánchez se jubilará de presidente. Tiene todo el poder y la propaganda a su favor.
A.- Casado no era la opción que, discretamente, promovía Mariano Rajoy para sustituirle al frente del partido. ¿Quién o quiénes eran sus favoritos?
GP.- En primer lugar, Alberto Nuñez Feijóo; luego, Soraya Saénz de Santamaría.
A.- Casado tenía cerrado un compromiso laboral en Francia. ¿Qué o quién le impulso a tomar la decisión de optar al liderazgo del PP?
GP.- Básicamente, Teodoro García Egea quién con su “algoritmo” (Ingenieros de Telecomunicaciones) le convenció de que podía ganar el Congreso Extraordinaria como así fue. Y luego, la gente que provenía de Nuevas Generaciones (NNGG) de la que Casado había sido presidente en Madrid. Esa gente deseaba un cambio radical en el PP y le llevó en volandas.
A.- ¿Las distintas corrientes aparecidas tras la marcha de Rajoy, seguidores de Feijoo, Soraya o Cospedal, permanecen aún y están a la expectativa o están todos a una?
GP.- Más o menos, Casado ha conseguido la integración, pero no del todo. El sorayismo se ha ido de la vida política, salvo algunos, como Cuca Gamarra. Y también el “cospedalismo” se ha ido integrando. Una de las obsesiones de Pablo Casado es conseguir un partido unido para luego ir a por Ciudadanos y VOX.
A.- ¿La historia que estamos viviendo desde mayo de 2018, con la llegada de Sánchez al poder, tiene algún precedente histórico?
GP.- En democracia no. Nadie en su sano juicio podía intuir que los neocomunistas de Pablo Iglesias formaran parte de un Gobierno. Sánchez sigue apuntalado por socios increíbles como Bildu y ERC. Nadie podía pensar siquiera que un asesino como Igor González (parte del comando ETA que secuestró y asesinó a Miguel Angel Blanco) fuera homenajeado en el Senado por el presidente del Gobierno de España.
A..- El centro derecha está dividido (PP, Ciudadanos, Vox). ¿Es necesario un mejor entendimiento entre ellos?
GP.- Es que no hay otra manera de muñir una mayoría parlamentaria. Lo lógico es que fueran con una sola oferta electoral; lo otro es remar a favor de Sánchez y Podemos.
A.- ¿Cómo se podría explicar la llegada y permanencia de Pablo Iglesias en el gobierno de España?
GP.- Por la necesidad imperiosa que tiene el jefe del PSOE de mantenerse en el poder. Entre los socialdemócratas repugna el hecho de que un personaje como Iglesias comparta el Gobierno con ellos, pero es lo que hay. Sin duda, sorprende que muchos de los “barones” estén genuflexos ante Sánchez. Eso no se había visto nunca, ni siquiera en la época de Felipe González, que es el líder histórico del socialismo español.
A.- España se desangra ante la impasibilidad de un gobierno insensible. El PSOE, como partido, no reacciona. Vox no tiene apoyos suficientes para su anunciada moción de censura. Y la oposición no suma. ¿Qué futuro nos espera?
GP.- Una crisis histórica, sin duda. España es la más vieja nación del mundo y ha pasado por todo. Conoció la gloria, bajó a los infiernos, tuvo guerras civiles y perdió su lugar en el mundo libre. Ahora está en una encrucijada peliaguda con tres grandes crisis: sanitaria, económica/laboral y la institucional. Sólo cabe esperar que la sensatez, la moderación y el centrismo social regrese.
A.- “La larga marcha, de Rajoy a Casado” a poco de su aparición va camino de su tercera edición. ¿Es esta su obra más importante?
GP.- Históricamente, si. Se aportan muchos datos de relevancia para el futuro de los historiadores. Lo he currado mucho y, modestamente, creo que hay mimbres para que dentro de 50 años los profesionales de la Historia tengan una cabal idea de lo que ocurre en los tiempos presentes.
A.- Dos últimas cuestiones. Defina al gobierno de Pedro Sánchez y Pablo Iglesiás.
GP.- Sectarios, incapaces técnicamente y ávidos de poder.
A.- Y, ¿qué piensa de Pablo Casado y del Partido Popular?
GP.- Es la opción de la moderación desde la óptica de la derecha democrática. Pero el futuro no está escrito para nadie.
Ch. H.