Al águila de Bonelli disparada se le colocó un emisor GPS la pasada primavera para su seguimiento, cuando aún era un pollo en el nido.
Los datos transmitidos por el emisor, al ser analizados por GREFA para el proyecto AQUILA a-LIFE, fueron decisivos para sacar a la luz este caso.
8 de septiembre de 2020 / Nicasio es el nombre con el que fue bautizada un águila de Bonelli nacida en 2020 en el término municipal de Loja, al este de la provincia de Granada. A iniciativa del proyecto europeo AQUILA a-LIFE, dedicado a la recuperación de esta ave rapaz, a principios del pasado mayo se colocó a Nicasio un emisor GPS, cuando aún era un pollo que no había dejado el nido, para poder obtener información de sus movimientos cuando echase a volar.
La información transmitida por este emisor, recogida y analizada por GREFA, la ONG que lidera el proyecto AQUILA a-LIFE, ha permitido descubrir que Nicasio murió el pasado 27 de agosto en un coto de caza de Loja a causa de un disparo e incluso identificar al presunto autor de este delito contra una especie protegida.
La precisión de los datos transmitidos por el GPS y la rapidez de GREFA en analizar esta información en el contexto del proyecto AQUILA a-LIFE fueron decisivas para que, por mediación de la Delegación en Granada de la Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible de la Junta de Andalucía, el Seprona de la Guardia Civil abriese una investigación. Estas pesquisas permitieron encontrar el emisor flotando en una cola del embalse de Iznájar (Córdoba), cerca del puente de la carretera A-333. Aún no ha podido ser hallado el cadáver del águila de Bonelli que portaba el aparato.
A raíz de este operativo se identificó a un vecino de Archidona (Málaga) que, según la información aportada por la Guardia Civil, ha confesado que disparó “accidentalmente” al águila de Bonelli y que al comprobar que el animal llevaba un emisor GPS, se lo quitó y lo arrojó al citado embalse, para después deshacerse del cadáver tirándolo a un contenedor de basura. En el esclarecimiento del caso ha sido fundamental la ayuda prestada por los equipos de la Estrategia Andaluza Contra el Veneno (EAV).
Durante la media veda
La muerte de Nicasio ha coincidido con los días en los que ha estado abierta la media veda, el periodo estival de aproximadamente un mes en el que se autoriza la caza de ciertas especies. GREFA y otras organizaciones conservacionistas vienen denunciando desde hace años que durante la media veda también mueren abatidos a tiros ejemplares de especies no cinegéticas y legalmente protegidas, como el águila de Bonelli.
«Se trata de un periodo muy sensible, ya que en esas fechas los pollos de águila de Bonelli acaban de abandonar sus nidos y son aún muy inexpertos. De hecho Nicasio estaba iniciando sus primero vuelos exploratorios el día en el que fue abatido», explica Ernesto Álvarez, presidente de GREFA.
Este caso pone también de manifiesto el gran valor de la información generada por el seguimiento científico vía GPS de las especies amenazadas. Más de trescientas águilas de Bonelli han sido marcadas con emisores GPS por AQUILA a-LIFE y otros proyectos similares anteriores con la misma especie. Esta tecnología ha permitido por ejemplo evaluar la gran mortandad causada a esta especie por las electrocuciones en tendidos eléctricos y actuar en consecuencia para reducir el problema.
“El marcaje con emisor GPS de Nicasio se hizo con las limitaciones propias del peor momento de la pandemia por el coronavirus, y no sin dificultades, pero pudo llevarse a cabo gracias al apoyo de muchos colaboradores que consideran fundamental la información transmitida por esta tecnología”, apunta Álvarez.
Se da la circunstancia de que Nicasio era uno de los tres pollos nacidos de una misma puesta de águila de Bonelli, cuando lo habitual es que esta especie ponga tan solo uno o dos huevos. En cuanto a los otros dos pollos, uno fue también marcado con GPS y el otro se extrajo del nido para liberarlo pocas semanas después en Álava, una de las zonas donde el proyecto AQUILA a-LIFE trabaja para recuperar la población de águila de Bonelli.
AQUILA a-LIFE agradece a la Junta de Andalucía su colaboración con este proyecto y en especial el apoyo que brindan en los marcajes con GPS de águilas de Bonelli los Agentes Medioambientales de la Junta de Andalucía especializados en trabajos de altura, el equipo técnico especializado en marcaje de fauna salvaje del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (Miteco), la empresa Soul Natura y la asociación Wilder South.
Más sobre AQUILA a-LIFE
El proyecto AQUILA a-LIFE (LIFE16 NAT/ES/000235), financiado por la Unión Europea, quiere contribuir a aumentar la extensión de la presencia del águila de Bonelli en el Mediterráneo occidental e invertir su tendencia poblacional regresiva. Para ello se contempla la liberación de ejemplares en España e Italia (Cerdeña), así como abordar las principales amenazas actuales para el águila de Bonelli, con especial dedicación a prevenir y reducir las electrocuciones.
El proyecto AQUILA a-LIFE, que estará operativo hasta septiembre de 2022, está coordinado por GREFA y también participan como socios la Diputación Foral de Álava, la Fundació Natura Parc (Mallorca), Gestión Ambiental de Navarra-Gobierno de Navarra, ISPRA (Italia) y LPO/BirdLife (Francia).
Imagen de portada:
Águila de Bonelli con un emisor GPS adosado a la espalda.
(Foto: Sergio de la Fuente / GREFA)