Madrid, 7 de septiembre de 2020.
Buenas noches.
Les agradezco estos minutos de atención. Comparezco ante ustedes porque mañana comienza el curso escolar más difícil de nuestra historia y necesitamos su comprensión y su colaboración.
Desde la Comunidad de Madrid hemos diseñado un gran esfuerzo organizativo de tal manera que el regreso a las aulas se producirá de manera escalonada durante las próximas semanas para velar por la seguridad de alumnos y profesorado.
Los expertos de las consejerías de Educación y Sanidad, más las direcciones de los centros, han elaborado un gran plan para hacer de los colegios un lugar seguro. Y es muy importante que las familias sepan que no mandamos a los alumnos a una zona de riesgo, sino a un lugar seguro.
Hemos bajado la ratio de las aulas para que los grupos de convivencia sean más pequeños; los centros están organizados para vigilar las entradas y las salidas; vamos a hacer PCR y seguimiento serológico constantemente; se van a desinfectar las aulas cada día profundamente; y estamos utilizando nuevos espacios para evitar aglomeraciones. Esto es posible gracias al gran esfuerzo de las direcciones de los colegios porque nadie conoce mejor que ellos sus instalaciones y a sus alumnos.
Agradezco también a los ayuntamientos su colaboración en la cesión de centros culturales, polideportivos, teatros y todos los espacios que servirán para dar mayor seguridad a alumnos y profesores.
Los profesores son profesionales que han demostrado ya su valía en esta pandemia. Ellos saben cómo sortear las dificultades para reanudar la actividad docente de manera eficaz. Les pido absoluta confianza en el profesorado y en las direcciones de los centros. Ellos son los que van a sacar adelante este curso tan difícil. En estos momentos, más que nunca, debemos respetar la autoridad del profesor.
Estoy segura de que los alumnos nos van a dar una lección de madurez. Sobre ellos recae lo que nunca pensamos que tuviera que cargar sobre las espaldas de nuestros hijos: la responsabilidad de ser solidarios y cumplidores de las normas obligatorias, por el bien de todos: llevar siempre mascarilla; lavarse las manos con frecuencia, y evitar abrazos, que es nuestra habitual manera de comunicarnos y que, desafortunadamente, ahora nos puede hacer mucho daño. Seguro que los jóvenes se inventan un modo divertido de saludarse desde la distancia.
Todo volverá a la normalidad, aunque ahora estemos viviendo unos momentos que nunca imaginamos. Y es muy importante la colaboración de las familias. Por favor, respeten la orden de no entrar en los centros si sus hijos tienen más de 3 años; vigilen que sus hijos acuden sin síntomas de fiebre; que las personas mayores no dejen y recojan a los alumnos y, si no hay otra posibilidad, que cuiden al máximo las normas de distancia.
Son las familias las que más nos pueden ayudar para que el curso comience y se mantenga sin alteraciones. Tenemos que vivir con respeto a la epidemia, pero no con miedo. Los científicos insisten en que el lavado de manos, el uso de la mascarilla y la distancia de seguridad son medidas eficaces para evitar contagios. También sabemos que el contagio entre niños es menor que entre otras edades. Tengamos confianza y seamos solidarios.
Pido a los partidos políticos, a los medios de comunicación y a las fuerzas sociales que volvamos a lo que fue la ayuda generalizada de la primera fase de la pandemia, cuando nos vimos obligados a cerrar colegios o residencias. En aquel momento, la solidaridad primó sobre todas las cosas. Hoy, hay mucho alarmismo y confusión, que no convienen a nadie. Tenemos que aprender de cuando todos remábamos en la misma dirección y nos hizo un país envidiable.
Porque serán días difíciles y anómalos, pero si permanecemos firmes y vamos a una, el virus desaparecerá y nuestro modo de vida volverá con total normalidad. Quiero insistir a las familias, finalmente, en que no tengan miedo. La Educación no se puede parar. Estaríamos ante un perjuicio tremendo si cerráramos los colegios e institutos porque ese tiempo sería muy difícil de recuperar en la vida de nuestros alumnos.
La Educación es esencial. Vamos a pedir a los jóvenes un esfuerzo que hace muchas generaciones que no se ha demandado a nuestra sociedad. Estoy segura de que van a responder aprobando este curso con buena nota. Un curso donde la relación entre el alumno y el profesor mejorará también gracias a que los móviles no podrán ser utilizados en los colegios, para que se conviertan en lugares de estudio y compañerismo.
Familias, alumnos, profesores, direcciones de los centros, personal de limpieza, conserjes, conductores de autobuses van a convertirse a partir de mañana en nuestros nuevos héroes. Y estoy segura de que no nos van a defraudar porque todos van a hacerlo de sobresaliente.
Eso es lo que la sociedad espera de ellos, y será lo que la sociedad les agradecerá mañana.
Buenas noches.